Un censo realizado por la Universidad de Valparaíso dio cuenta que poco más de 15 mil ejemplares conforman la población permanente de lobos marinos (común y fino) que habita las costas de la Región de Antofagasta. Además se estimó que en toda la zona norte del país (Arica y Parinacota a Coquimbo) existen entre 39 mil y 49 mil animales.
Este es solo un ejemplo de la biodiversidad existente en todo el Norte Grande, incluyendo el altiplano, la Pampa y el borde costero. Desde extremófilos, hasta grandes mamíferos como las ballenas, son posibles de observar en este espacio tan único.
El estudio de los lobos, encargado a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, indican que en la costa chilena, de Arica y Parinacota a Aysén, la población total asciende a 156 mil ejemplares (también se encuentran en la costa peruana).
En este territorio existen 216 loberas de lobo marino común, de las cuales 64 son reproductivas; y 31 loberas de lobo fino, 24 reproductivas.
En la zona norte, los principales puntos de reproducción están en Punta Lobos, Punta Piojo y en el sector Bandurrias del Sur, este último ubicado entre Punta Angamos y Punta Tetas en Mejillones.
La citada existencia en Mejillones es bien notable, ya que da cuenta de la importancia que tiene ese espacio con diferentes especies marinas. Allí hay un hábitat especial que debe ser resguardado y cuidado, lo que al parecer se ha hecho durante el último tiempo y pese a los temores por la instalación de varias empresas pesadas.
Con todo, los resguardos deben ser de magnitud, para dar garantías completas de que estamos resguardo la naturaleza.
Como se sabe, el lobo marino está protegido por una veda que se extiende desde el 2013 y expira en enero del próximo año. El animal ha sido perseguido por pescadores, que los ven como una amenaza para su actividad, lo que es inaceptable.
La Región debe pensar en el largo plazo y tomar conciencia de que estos nichos ofrecen una enorme oportunidad para el turismo, una actividad que nuestra tierra debe mirar cada vez más en serio.