Chilenos en el extranjero destacan las ventajas de trabajar menos horas
PROYECTO. En promedio, su jornada es de 40 horas. Más tiempo para la familia y pasatiempos, entre los beneficios. También destacan los efectos positivos en la salud mental.
Más tiempo para compartir con la familia y desarrollar sus pasatiempos son las principales ventajas que observan chilenos residentes en otros países respecto a trabajar menos horas.
En Chile, el debate sobre la reducción de la jornada laboral se instaló con la presentación del proyecto de ley de las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola, iniciativa que busca disminuir de 45 a 40 las horas de trabajo.
El gobierno también entró en la discusión y propuso reducir la jornada a 41 horas semanales, pero con flexibilidad.
Mireya González, es actriz. Vive hace cuatro años en Amsterdam y uno de los aspectos que más admira de Holanda es el sistema de trabajo.
Ahí, asegura, el gobierno privilegia la vida en familia y el bienestar mental, por eso gran parte de ellos trabaja en forma part time, o de lunes a jueves.
"La jornada laboral en Holanda es de 40 a 42 horas a la semana. La diferencia es que la mayoría no trabaja los cinco días a la semana, se toman un día libre. En general, en el caso de las familias se reparte un día para el hombre y otro para la mujer", precisó.
Horarios
Comenta que esto se hace porque en general los estudiantes salen un día temprano a la semana, y los padres se toman ese día para compartir con ellos. La actriz aseguró que esto permite que exista un mejor ambiente laboral, ya que no existe una presión de cumplir horarios como en otros países.
Y agrega que el horario de colación es de media hora. Por eso, a las cuatro o cinco de la tarde ya están fuera del trabajo, lo que les permite tener tiempo para la familia.
El ingeniero industrial Waldo Ramos lleva cinco años viviendo en Irlanda, donde ha tenido dos trabajos: el primero en Apple y actualmente trabaja en la escuela de inglés "NED Training Centre en Limerick".
Ramos comentó que en ambos trabajos la jornada laboral ha sido muy flexible. En Apple, por ejemplo, debía cumplir con 40 horas a la semana, las que se podían distribuir como más le acomodara.
"Tenía la costumbre de empezar a las 7.30 de la mañana y terminar a las 15.30 horas, lo cual es increíble ya que en verano en Irlanda se oscurece a las 23 horas, por lo que después del trabajo me quedaban muchas horas de luz de día para disfrutar", relató.
El ingeniero industrial comenta que en Ned Training Centre no tiene horario fijo. "Cada uno sabe que debe cumplir con su trabajo sin la necesidad de estar a una hora específica. Lo mas importante es la productividad por sobre las horas trabajadas y nuestra calidad de vida que va directamente relacionada con la cantidad de horas libres que te quedan por día".
Rafael Donaire vive en Berlín, Alemania, y trabaja en una empresa de producción con un contrato de 37,5 horas semanales, más la de colación.
Su horario es de lunes a jueves desde las 7 de la mañana hasta las 16 horas y los viernes de 7 a 13 horas.
"¿Alcanza el tiempo para producir? Sí. Y el comodín de que es un país desarrollado de verdad no hace la diferencia. Trabajé alrededor de siete años en Chile, también en industria de producción y muy pocas veces necesitábamos horas extras. El problema en Chile es la esencia colonialista que aún mantienen los empresarios chilenos", aseguró.
Sobre generar incentivos, Donaire considera que no son necesarios y los asocia a un recurso que utilizan las empresas que asumen que no llegarán a sus metas, aunque también destacó la importancia de que las remuneraciones se mantengan.
La periodista María José Alanis, vive hace casi dos años en Canadá y comenta que la modalidad de horario es de medio tiempo, mientras que la jornada completa de 40 horas.
Según ha observado, no existe ningún problema e incluso asegura que hay mucho trabajo y cada año llegan más inmigrantes a ocupar las plazas laborales.
Tareas
"Creo que por cultura los chilenos y latinoamericanos en general somos más productivos que los canadienses. Por ejemplo: ellos se van a centrar en trabajar en lo que los contrataron. Es decir, si te pagan por poner bombillas nuevas, solo harás eso", comentó.
Si bien la periodista considera esto como una actitud poco productiva, también lo relaciona con hacer respetar los derechos laborales.
"Acá me di cuenta que somos sumamente explotados en Chile. Por lo que el discurso que tanto se acuña en contra de los trabajadores es falso. Acá sí se saca la vuelta", dijo.
La profesional añadió que los canadienses no viven para trabajar, sino que trabajan para vivir, lo que impacta positivamente su calidad de vida.
El empresario antofagastino Francisco Daniels vive en Francia, país donde el 2002 comenzó a regir la jornada laboral de 35 horas. Esto tenía como objetivo la creación de empleos, permitir una nueva organización del trabajo por intermedio de una negociación colectiva y un equilibrio entre la vida privada y familiar.
Estas modificaciones, advierte, se hicieron sin bajar los sueldos y las empresas que introdujeron las 35 horas recibieron ayuda.
Daniels asegura que los índices de cesantía bajaron y que el primer año se crearon 300.000 empleos.
"Fue una reforma costosa para el Estado, pero se logró un mejor equilibrio entre vida privada y vida de trabajo", recalco el empresario.
Waldo, Ramos,, vive en, Irlanda
"Todos saben que deben cumplir con su trabajo sin tener que estar a una hora específica. Lo más importante es la productividad".
Mireya, González,, vive en, Holanda
"La jornada laboral es de 40 a 42 horas. La diferencia es que la mayoría no trabaja los cinco días a la semana".
María José, Alanis,, vive en, Canadá
"Los latinoamericanos somos más productivos. Aquí si te pagan por poner bombillas nuevas, solo harás eso".
Rafael, Donaire,, vive en, Alemania
"Alcanza el tiempo para producir. Y el comodín de es que es un país desarrollado de verdad no hace la diferencia".