Masonería y Fraternitas Republicana
"La Masonería ha encontrado su nicho (perdido hace muchas décadas) para insertarse como actor relevante". Carlos Cantero Ojeda, Geógrafo, Máster y Doctor en Sociología
Proclamarnos como institución: ética, filosófica e iniciática nos impone obligaciones. En el último tiempo, muchas voces se han levantado llamando a la Masonería a una acción coherente y consecuente, para asumir el liderazgo que le adeuda al país por décadas.
El 9 de septiembre la Gran Logia de Chile, abrió su principal Templo, para recibir en su seno una pléyade de actores importantes del país, que concurrieron a la convocatoria de la Primera Fraternitas Republicana, ceremonia que puso el acento en el encuentro de un país de Hermanos, en la transversalidad y sentido integrador, exaltando los valores de la fraternidad y los principios republicanos.
También se atrajo el interés de la institucionalidad nacional, representantes de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con sus máximas autoridades observando con expectación "La Buena Nueva" contenida en los postulados Masónicos.
Fraternitas Republicana, constituyó un hito histórico, un proceso iniciático masivo y público, en que la Masonería renovó el compromiso con el humanismo laico; con sus elevados principios y valores, de cara a la ciudadanía y a las autoridades del país, declarando la irrenunciable promoción de la vigencia de los mismos en la sociedad. Este evento está llamado a despertar el sentido público de la Masonería, de encuentro con el mundo profano.
Los grandes iniciados de todos los tiempos, desde antiguo han enseñado y practicado una verdad que arranca desde el fondo de la historia humana, recogida en el Libro de los Libros, La Biblia, en San Juan 1:1. "En el principio era el verbo……". En el mismo sentido los sabios de nuestra cultura enseñan que, "en el lenguaje se construye la realidad", se reflejan las emociones gatillantes de procesos sociales, de contagio de emociones, de viralización de ideas. El lenguaje de amor genera amor; el lenguaje fraternal genera fraternidad; el lenguaje de unidad genera unidad. El lenguaje de perdón, de encuentro y reencuentro, de regeneración del tejido social, terminará uniendo a los chilenos. Es el desafío de la Masonería, los hombres y mujeres que promueven una consciencia superior, para el reencuentro del alma nacional, superando dolores y desgarros.
Se ha logrado un gran avance y experiencia preparatoria para lo que vendrá. En el caso en comento ha quedado resonando como eco el llamado del Gran Maestro en torno a la necesaria Fraternidad y los valores republicanos entre los chilenos; el énfasis de la gran maestra de la Masonería Femenina, pidiendo por la justicia y los valores en el hacer; y, el Presidente Piñera, llamando a reorientar los valores patrióticos.
Debemos hacernos cargo de un Chile en que, el todo es la relación de cada una de las partes. La influencia de la Masonería depende de la unidad, del compromiso de acción de cada miembro, de la proyección hacia la sociedad en su quehacer elevado.
La masonería está asumiendo su liderazgo local, nacional y global. La cadena es lo que son cada uno de sus eslabones: Todos somos uno y uno somos todos. Principio unitario, de unidad y unicidad.