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Barómetro 2019: debilitamiento de la democracia

"El desafío de los líderes políticos consiste en adoptar un liderazgo que revalorice la democracia como sistema de gobierno". Alberto Torres Belma, Sociólogo y académico de la Universidad de Antofagasta
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El Instituto de Políticas Públicas de la UCN, presentó los resultados del estudio anual "Barómetro 2019", aplicado en la Región de Antofagasta.

Entre los resultados obtenidos destaca que un 67% de los encuestados opta por la democracia como forma de Gobierno, pero un porcentaje similar se declara insatisfecho con ella. Por otra parte, un 30% cree que un político populista se caracteriza por "ofrecer más de lo que puede hacer".

En ese contexto, los partidos políticos de Gobierno y oposición deben poner atención a las cifras, por cuanto se desprende de los datos que la ciudadanía concibe un hastío con la forma actual de hacer política, impregnada por una creciente farandulización y promesas grandilocuentes, que debilitan la democracia como forma de gobierno. Para ello, es importante que los anuncios en materia de políticas públicas se sostengan en dos principios esenciales: realismo y mesura.

La falta de realismo y mesura es el caldo de cultivo para el surgimiento de caudillismos y líderes populistas, que a través de su autoridad carismática y retórica, empatizan con el descontento, adoptando políticas y decisiones cortoplacistas que reducen los niveles de insatisfacción en el presente, pero que hipotecan el futuro de nuestras sociedades.

No obstante, aún guardamos una pequeña esperanza, considerando que un 68% de los encuestados prefiere un tipo de político "tradicional", versus un 4% que opta por un líder "populista". No obstante, un 28% de los encuestados "no sabe o no responde" cuando se les consulta por el tipo de político que prefiere. Por político "tradicional" debiésemos interpretar un "buen político".

El desafío de los líderes políticos consiste en adoptar un liderazgo que revalorice la democracia como sistema. Resulta peligroso que ésta reciba una valoración de un 67%, cifra que debiese ser cercana al 100%. Dicha cifra no puede constituir la antesala de crisis institucionales que en el pasado han contribuido a dividir y polarizar la sociedad chilena y la imposición de la violencia ideológica, legitimada por el Estado.

Hannah Arendt, en su libro "La condición humana" (1958) plantea que el discurso político es acción. No se entiende, entonces, el discurso como una expresión de pensamientos, sino como una acción concreta, ya que crea realidades y pensamientos en las personas, como también expectativas sobre una mejora en la calidad de vida.

Pareciera que la concepción de discurso planteada por Arendt, como también todos los argumentos expuestos anteriormente, deben ser trabajados en forma integral por las autoridades, considerando que en los últimos cinco años un 45% de los encuestados refiere que su calidad de vida ha "permanecido igual" frente a un 33% que percibe que "ha mejorado". Si bien es cierto la distancia entre ambas cifras no es abismante y además es transversal al color político del gobierno, plantean como desafío el desarrollo de una buena política, del respeto a la diversidad, la necesidad de consensos y un menor grado de farandulización del arte de la política.

La maldita primavera

"Así es que si está sufriendo, qué mejor que consolarse sintiéndose parte de la tradición literaria". Marcela Mercado, Gestora cultural
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La primavera es la estación del amor, pero, siendo realistas, no es así para todos. También puede ser el lugar donde la tristeza adquiera mayor fuerza producto de un mal amor. Y si uno está en estado de desamor, puede entregarse al vacío sin fondo de la amargura, a las harinas, a los amores casuales, a trolear en las redes sociales o puede utilizar determinadas herramientas culturales para ver cómo su propia experiencia ha sido configurada, por ejemplo, en la literatura.

Una galería de personajes sufrientes, podría comenzar con Catulo que era un poeta latino de antes de Cristo que tiene 25 poemas dedicados a una mujer llamada Lesbia. Estos poemas son una serie que forman una historia de amor que termina mal, pues al parecer Lesbia era una mujer de la alta sociedad romana que estaba casada y era infiel. Uno de sus amantes era Catulo. El amor romántico se configura en Catulo como el hombre enamorado que solamente piensa en su amada y que escribe poemas, y que se contrapone al hombre modelo de la sociedad romana que está dedicado a la cosa pública. Por otra parte, podemos observar que la mujer digna de poesía en Catulo, no es la mujer santa, sino que era esta mujer que era engañadora del amante y del marido. Es una imagen diferente a lo que se constituyó en la poesía posterior.

Otro sufriente fue el joven Werther que es el protagonista de la novela de Goethe, que es un texto del año 1774. Werther es el titán de la sensibilidad, él sufre pues se enamora de una mujer llamada Charlotte que está casada y no hace caso de su amor. Aparece acá el amor contrapuesto a las convenciones sociales. Presenciamos la contraposición literaria tan propia del romanticismo entre el "yo" y "todos los demás que me odian". En el final de la novela, se termina despidiendo de ella y quitándose la vida. Esta obra fue la más famosa de Goethe y se convirtió en una fiebre, los hombres comenzaron a vestirse como el Werther y a sufrir del mismo modo.

Una última mirada la podemos dar a través de Jane Austen, la gran escritora de las relaciones amorosas en el capitalismo. "Sensatez y sentimientos" es la historia de una familia empobrecida y la novela está centrada en dos hermanas, Elinor y Marianne, que serían la sensatez y los sentimientos respectivamente. El coronel Brandon es un hombre mayor que pretende a Marianne, pero ella está enamorada de John Willoughby, que se presenta como un tipo muy romántico, pero en realidad es un cazafortunas que la termina abandonando por una heredera. Ella sufre mucho, pero termina enamorándose del Coronel quien la espera siempre.

Así es que si está sufriendo, qué mejor que consolarse sintiéndose parte de la tradición literaria. Mal de personajes, consuelo de sabios, o sea, que esto que estoy sufriendo, ya lo sufrió alguien mejor que yo y encima está escrito para que yo pueda utilizarlo. Así la vida se convierte en una excusa para el arte, una de las mejores razones por las que vale la pena vivir.

Súper ciclo del cobre: más diversificación

El boom de precios de hace algunos años dejó notorios efectos sobre el territorio, pero desnudó la completa dependencia de Antofagasta respecto de la minería. Efectos como los alto ingresos familiares, la menor pobreza, la atracción de inmigrantes y la consolidación de las universidades regionales, son puntos muy positivos del período.
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Un reciente estudio -elaborado por cinco académicos, de distintas universidades del país- del impacto del llamado "súper ciclo del cobre", dio cuenta que el período se caracterizó por tres factores fundamentales: por los altos precios, el boom de inversiones y el estancamiento de la producción.

Mientras la producción chilena se triplicó entre 1992 y 2004, por la partida de Zaldívar, Escondida, El Abra, Radomiro Tomic, entre otros, a partir de 2005, la producción llega a una meseta explicada porque las faenas arribaron a su peak de producción.

Aquel fue un período caracterizado por la enorme inversión, tanto así que Antofagasta recibió montos del orden los USS$ 25 mil millones entre 2005 y 2013, considerando un 30% para inversiones nuevas y un 70% para obras de faenas que ya funcionaban.

A esta altura es obvio decir que el fenómeno se explica por China que pasó de representar un 4% de las manufacturas mundiales a un 20% en la actualidad, a lo que sumó un agresivo plan de urbanización que explicó el incremento en el precio de los commodities.

¿Pero qué dejó el súper ciclo para Antofagasta?

Un notorio empuje para los sectores de la construcción, servicios a la minería, comercio y hoteles, universidades, entre otros, los mismos que decrecieron cuando se acabó el ciclo de inversión.

Y en lo fundamental, se generaron las condiciones para una producción estable en torno a las 3 millones de toneladas anuales. En aspectos socioeconómicos, bajó la pobreza, subieron los salarios y se crearon miles de nuevos empleos.

¿Pero qué evidenció el período?

No han aparecido nuevos sectores que reemplacen a la minería, es decir, la región no tiene diversidad productiva y tampoco se ha consolidado un cluster.

Hubo cierto abandono de lo público que dejó muchas materias pendientes, por ejemplo, en materia de vivienda, detalle multiplicado por el potente fenómeno inmigratorio vivido en la década.

En resumen, el fenómeno dio cuenta de que Antofagasta depende muchísimo de la minería, pero el territorio no ha logrado diversificarse para no depender solo de esta actividad. Un asunto muy pendiente.