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Borde costero de Antofagasta completa más de 14 kilómetros sin sombras

NECESIDAD. Desde el Puerto Coloso (sector sur), hasta caleta La Chimba (sector norte), existen muy pocos espacios sombreados. Expertos aconsejan sembrar árboles o instalar pérgolas.
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Jonathan Vilella Coyán

Caminar por el borde costero de la ciudad pasado el mediodía de un día de sol cualquiera, no siempre es la mejor experiencia. Los extensos kilómetros de asfalto que a esa hora se recalientan bajo los pies hacen sentir la urgente necesidad de contar con espacios más sombreados, sean estos naturales o artificiales.

De hecho, y según pudo constatar este Medio, desde el Balneario Municipal hasta Caleta La Chimba, hay poco más de 14 kilómetros en los que casi no se proyecta ninguna sombra. Solo las sombrillas del parque El Trocadero. Nada más.

Jorge Escobar Cuevas, es un antofagastino de 72 años, encargado de seguridad en un condominio del sector sur, que hace tres años tomó la determinación de hacer ejercicios en el Parque de Los Eventos, aprovechando el mobiliario que existe para estos fines.

Junto a "Kunza", su perro de compañía, visita el lugar un par de veces por semana. Para él, la falta de sombrillas en el lugar es uno de los obstáculos más grandes que tiene a la hora de ejercitarse.

"Resulta evidente que es necesario poner más sombras en el borde costero. No hay espacios cubiertos que otorguen mayor comodidad a la persona, que lo inviten a quedarse un rato. Ahora ando haciendo ejercicio con jockey y polera larga ya que de alguna forma me tengo que proteger de los rayos solares", precisó.

Acotó que en el caso concreto de ese sector se ha hablado mucho de una remodelación. "Pero la verdad es que no sé si en ese proyecto se contemplan o no espacios cubiertos. Este sector es bastante extenso y la sombra mejoraría mucho la calidad de vida de quienes pasamos por aquí", sostuvo.

Una visión similar aportó la estudiante universitaria Magaly Pastén. Para ella, el poder disfrutar de sombra en el borde costero de la ciudad es una necesidad imperiosa, considerando la vida que hoy existe en el sector.

"Me parece compleja la situación. Al final el borde costero es el lugar donde tenemos más actividades recreativas, de reencuentro, de paseo. De hecho ahora me vine para acá (al lado del Muelle Histórico Melbourne Clark), para descansar un rato y no hay sombra, solo una palmera que con suerte da sombra al mediodía. Hacen falta no sé si más árboles, o un paseo, o estructuras que puedan proyectar sombra", dijo.

Agregó que este tipo de infraestructuras (sombrillas o pérgolas), mejoraría mucho la calidad de vida de las personas. "La recreación es importante en ciudades como Antofagasta donde el tiempo libre es poco. Por eso el abandono de las zonas de recreación, además de ser alto, es preocupante".

Necesidad

Para el director de Magíster en Arquitectura en Zonas Áridas, MAZA de la UCN, Claudio Galeno, la sombra en el borde costero de la ciudad es una necesidad urgente.

"Para una de las ciudades en el Desierto de Atacama, obviamente que la sombra es tremendamente necesaria. Entiendo que por la falta de agua, estamos en una zona desértica, es una de las razones, tal vez, de que no hayan más árboles que puedan dar sombra naturalmente. Pero eso también se puede solucionar mediante un sistema artificial como los espacios pergolados", explicó el arquitecto.

Respecto de las infraestructuras, que dan sombra y que fueron retiradas por el municipio debido a su estado de oxidación como una forma de evitar situaciones como la muerte del joven basquetbolista en Las Almejas en 2017, Galeno sostuvo que hay soluciones mucho más útiles para la comunidad.

"Cuando se han hecho estructuras metálicas con sombras hemos visto que han tenido que ser retiradas ya que no han resistido el tema de la humedad, pero hay algunas experiencias que han resultado mejor. Como las pocas que están para el sector sur, cerca del balneario; de madera laminada y columnas de hormigón. Son mejores, pero pocas", dijo.

Sector sur

Efectivamente, la situación aunque similar, no es la misma en el sector sur. Desde el Balneario Municipal hasta poco antes de llegar a la UA (Campus Coloso), existen cuatro pequeñas estructuras, de madera y cemento, que proyectan sombra; separadas entre ellas con distancias de una cuadra, aproximadamente.

No obstante, antes y después de este tramo, el bordemar no tiene estructuras de sombra. De hecho, desde el Estadio Militar al mirador de Coloso, hay nueve kilómetros sin ningún tipo de sombra.

Para el urbanista, Emile Ugarte, la solución tanto para evitar la radiación UV como para controlar las temperaturas que se dan en el lugar, pasa sí o sí por arborizar el sector.

"Cuesta hoy que la autoridad entienda que nuestro espacio público natural, es nuestro borde costero, lo primero que haría sería arborizar las calles y el borde costero. Los árboles no solo absorben el CO2, también climatiza. Cuando hay mucho calor, los árboles cumplen la función de climatizar, por lo que bajan las temperaturas", dijo.

"Cuesta que las autoridades de hoy entiendan que nuestro espacio de reunión natural, es el borde costero".

Emile Ugarte, urbanista

José, Escobar, deportista

"Necesitamos sombra. Acá hay kilómetros de puro cemento, que se recalienta con el sol. No hay donde ocultarse".

Magaly, Pastén, estudiante

universitaria

"Creo que es importante que existan espacios con sombra en el borde costero, ya que se realizan varias actividades".

Nicolás, Villegas, Bailarín

"Estoy hace tres días acá y sí, se nota que hacen falta lugares con más sombra. Me imagino cómo es vivir aquí".