Ha sucedido nuevamente en Antofagasta un lamentable hecho que denota incultura, desapego e indolencia con la ciudad, en este caso con su patrimonio artístico: en nuestras narices se destruyó un mural del destacado y recientemente fallecido pintor antofagastino Juan Salva. Alguien, con pésimo criterio, mandó a pintar de blanco el muro de la Feria Modelo que contenía una obra creación del pintor.

Digo "nuevamente" porque no es la primera vez. Por espacio no alcanzo a nombrar muchos ejemplos de destrucción o daño a nuestras obras artísticas públicas o patrimonio arquitectónico, pero mencionaré los más recientes: 1) La destrucción irreversible del bello monumento al Chango López que se ubicaba frente al Hotel Antofagasta, por la incapacidad de la empresa a cargo de la remodelación de la costanera central de removerlo sin dañarlo; 2) La desaparición de la escultura metálica de homenaje al pescador y al minero que se ubicaba frente al balneario municipal; 3) El pintarrajeo del emblema de un club de fútbol capitalino en la ladera del cerro "El ancla" a metros del monumento -uno de nuestros emblemas ciudadanos- contaminándolo visualmente. Ahora hay ahí un rayado con una escritura de demanda social que lleva más de un año en el lugar.

Otro ejemplo: la casa del doctor y poeta Antonio Rendic, inmueble que evoca el recuerdo de uno de nuestros personajes ciudadanos insignes, ahora es ocupada por una carnicería cuyo dueño y/o concesionario, con poco criterio, tapa la placa recordatoria ubicada en la fachada de la vivienda con la oferta carnicera del día.

Estos hechos demuestran poco apego de -al parecer no pocos- antofagastinos a su ciudad, quizás por la falta de transmisión de nuestra historia ciudadana a sus habitantes y a sus nuevas generaciones.

Aunque a veces se previene a los organismos respectivos del peligro al que están expuestos los monumentos y también la arquitectura patrimonial, poco y nada se hace, pasando lo de ahora con lo del mural: su destrucción irreversible.

Rafael Ramos Psijas, profesor, magíster en Educación