La discusión sobre el proceso de descentralización ha estado presente hace bastante tiempo; ya en el 2012 la encuesta Bicentenario manifestaba poco más de la mitad los chilenos estaba de acuerdo que las regiones pudieran elegir a través del sufragio a sus autoridades regionales y a su vez, disponer de recursos generados en su territorio, como también su presupuesto.
Es mediante al diagnóstico de desigualdades territoriales y de acceso a servicios en el 2014, que se conformó la Comisión Asesora Presidencial sobre descentralización y desarrollo regional, donde en aquel informe se propuso abordar tres áreas de descentralización: I) Ley de Transferencia de Competencias; II) Reforma Constitucional para elección directa de Intendentes y III) Ley de Rentas Regionales.
El debatir sobre qué tributos deberían quedar en la región y que otros deberían partir a la zona central, es un importante para el desarrollo de nuestro territorio y economía.
No obstante, en la literatura local podemos ver como hay evidencia que más tributos para los gobiernos locales no se traducen en mejoras en la calidad de vida de nuestros habitantes, como en el estudio de Oyarzo, M., Paredes, D., 2018; donde demuestran que ingresos nuevos a través de patentes mineras, no ha generado ninguna variación en los indicadores de calidad de vida (Educación, salud, bienes públicos, entre otros).
Es por lo anterior, que invito a todos los parlamentarios a que la discusión no solo debe estar enfocada en cuántos ingresos más vamos a recibir producto de la nueva Ley de Rentas Regionales, sino también debe estar presente el desafío de cuán responsables serán las nuevas autoridades con la asignación de estos dineros. Debido a lo que podría pasar, es que estos recursos se destinen a seguir aumentando la dotación de personal de los organismos públicos en perjuicio de mejorar los indicadores de ciudad y calidad de vida.
Si de algo estoy seguro, es que los habitantes de la región no quieren seguir alimentando a más burócratas, sino más bien desean una mejor ciudad, educación y salud.
Independiente que todos queramos la torta más grande, lo importante es saber comer la torta, porque si no sabemos distribuir sus partes, solo dejaremos pedazos y migajas que se transformarán en grasa y la grasa en las instituciones, gobierno central o regional solo generará agrandar la burocracia, hecho que no le hará bien a nuestra región.
Por ello, es que la discusión de esta ley es un problema de recaudación y de redistribución, donde el futuro Gobernador no solamente debe hacer propuestas de mejoras, sino también realizar propuestas de eficiencia y eficacia en los recursos que le tocará administrar.
José Miguel Castro
Diputado de la República