Alejandro Ahumada R.
El Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) define estándares para ciudades de escala humana, entre los que se destaca la recomendación de 10 metros de espacio público por habitante. Según los registros de Creo Antofagasta, la ciudad posee 2 metros por habitante, la segunda con menos espacio público en Chile.
En paralelo, las áreas verdes, también se han convertido en un tema prioritario para definir la calidad de vida que presentan los barrios de cada comuna.
Según el Sistema de Indicadores y Estándares de Desarrollo Urbano del CNDU el promedio nacional de áreas verdes en plazas y plazoletas de acceso público, es de 10m2 por habitante, Antofagasta presenta 2,27.
Lo que indican dichas cifras, falta de espacios públicos y depreciación de áreas verdes, son parte habitual del paisaje que rodea no solo la Villa Balmaceda, sino que gran parte del sector norte alto de la región.
Prat B
Un recorrido por la Población Prat B, por ejemplo, evidencia la falta de espacio público de calidad en el sector.
Los estrechos pasajes del sector dificultan el tránsito de peatones. El lugar no cuenta con áreas verdes, ni plazas para el esparcimiento. El consultorio más cercano está a 15 minutos y la locomoción colectiva solo transita por la avenida Puerto Natales.
Según vecino del sector, hay además, un incipiente microtráfico en algunos de sus pasajes y el alumbrado público es deficiente.
"Hace más de 35 años que vivo acá. Nunca ha sido fácil porque estamos alejados del centro. Pero creo que en el último tiempo la sensación de inseguridad y tráfico ha crecido mucho. Hay muchos robos y asaltos a vecinos y carabineros no siempre llega hasta acá. Falta vigilancia y apoyo de las autoridades", señala un vecino que prefiere mantener su anonimato.
Villa Escondida
Más al norte, subiendo por la avenida Ignacio Carrera Pinto, se encuentra la Villa Escondida.
Pasajes estrechos, autoconstrucción y ausencia de veredas se repiten a lo largo de los tres pasajes que conforman la villa. El poco espacio público es ocupado para el estacionamientos de vehículos.
"La gente tiene que transitar por el pasaje porque el estado del pavimento está muy malo. Vivo acá desde que se entregaron estas casas hace 24 años y nunca han arreglado el pavimento", indica Mónica Hernández, vecina del sector.
A diferencia de otros sectores, la villa cuenta con transporte público cercano y con servicios básicos que se concentran en la Plaza del Bicentenario.
"En la plaza está el consultorio y la comisaría, eso es bueno porque no tenemos que recorrer tanto cuando hay alguna urgencia. Hay colegios municipales y subvencionados cerca. Si los niños quieren jugar hace poco se inauguró un centro deportivo con canchas y lugares para picnic", indica Hernández.
Doña Francisca
A pasos de la Feria Juan Pablo II se encuentra la Villa Doña Francisca 2.
La estrechez de los pasajes de dificultan el tránsito de vehículos. La mayoría de las viviendas se han extendido hasta el límite de edificación. Acá no hay veredas y los pocos niños que juegan lo hacen entre medio de vehículos que se apilan en fila.
"Vivo hace 25 años en el sector. Hace 5 que me cambié a esta villa y la verdad es que no podemos quejarnos porque tenemos casi todos los servicios a mano, supermercados, consultorios, escuelas. El problema es que la calidad de vida no es buena. Los espacios son muy estrechos, casi todos hemos construido en altura, casi ninguno tiene patio y eso al final afecta la calidad de vida", afirma Héctor Castillo, contador que posee su propia oficina en su hogar.
"Vivo acá desde que se entregaron estas casas, hace 24 años y nunca han arreglado el pavimento que está muy malo".
Mónica Hernández, vecina Villa Escondida
"El problema es que la calidad de vida no es buena. Los espacios son muy estrechos, casi todos hemos construido en altura".
Héctor Castillo, vecino Villa Doña Francisca 2