Alejandro Ahumada R.
Alberto Mayol académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago (USACH) estuvo en Antofagasta defendiendo la participación de la facultad que representa en el concurso para la innovación que desarrolla Corfo.
La iniciativa, afirma, es parte de un plan mayor. Con una vasta labor de investigación de los fenómenos sociales y culturales asociados a territorios mineros como Antofagasta, Mayol, apuesta a la conformación en la región, de un centro de investigación en ciencias sociales que sea parte del convenio que sostiene la USACH con la Universidad de Oxford, Inglaterra.
"Queremos avanzar en traer materialmente un centro de investigación de la Universidad de Oxford. Tener programas de estudios con acceso permanente a estudiantes de la región. Que hayan pasantías para personas de la región y generar a partir de eso una red internacional más grande que vincule a las personas que están preocupadas de la innovación", sostiene.
¿En qué consistiría ese centro?
-Nuestro interés es fundamentalmente tener una relación permanente y establecida en Antofagasta. No queremos una relación de visitantes. Tener un domicilio y hacer investigaciones en la zona y ser el pilar, como el paraguas, de la innovación y queremos hacerlo colaborando con los actores académicos y no académicos de la zona.
¿Considera ese trabajo la participación de las universidad es locales?
-Una de las cosas que enseña la innovación es el sentido colaborativo. Varias universidades han abierto las puertas y nos han preguntado en qué pueden ayudar. Es parte de las conversaciones que hay que ir produciendo. Nosotros estamos terminando el diseño inicial y esperamos comentárselo a las nuevas autoridades de Corfo. Queremos contarles lo que sabemos de innovación en zonas mineras y cómo las instituciones de la región se puedan subir a este proyecto.
¿Cuáles son los principales hallazgos de las investigaciones?
-El elemento cultural se ha visto como relevante y no se ha activado para generar transformaciones relevantes. Sentimos que lo que han hecho las universidades para potenciar sus perspectivas sobre innovación han chocado con la incapacidad para relacionarse con lo cultural. Para la activación productiva no solo se requiere elementos productivos, sino elementos previos, culturales, que son las carreteras por la donde avanzan esas ideas.
Y respecto a la región, ¿Cuáles son los datos que más llaman la atención?
-Los datos son contundentes. Tener un PIB per capita tan espectacular y que eso sea difícil trasladarlo a la calidad de vida cotidiana de la gente. Es un desafío mayor. Pero no es algo que solo pase acá, también pasa en otra zonas mineras. Aunque la fórmula existe, la aplicación no es sencilla. Se requiere una convicción política grande para empezar a orientar la mirada de forma diferente.
Mencionó a Australia como un referente en innovación
-Si uno revisa la literatura, Chile y sus zonas mineras no son un fracaso como producción de valor, pero tampoco es un caso de éxito. Los australianos vieron que era necesario pasar de la producción de capital al desarrollo de tecnología. Potenciaron la posibilidad de diseñar maquinarias para el mundo minero y hoy son un actor relevante. Pasaron a ser proveedores de otras industrias y además a vincularse con la tecnología avanzada. Tenemos que avanzar en ese camino y conocer los efectos sociales que puedan tener y cómo se pueden morigerar.
¿Cuáles son esos elementos culturales que impactan en la generación de una cultura innovadora?
-Un estudiante de música que a los ocho años tuvo la primera experiencia en conocer un concertista y que a las 12 tuvo su primera pasantía, tiene más probabilidades de comprender un proceso innovador porque lo ha experimentado desde pequeño. Esa experiencia puede marcar enormemente. Si la anticipas, si produces capital cultural tempranamente, las posibilidades de producir innovación son muchos más altas.
¿El cambio de políticas públicas es un factor que, me imagino, influye en esos objetivos?
-Las políticas públicas que no conversan con las visiones de mundo de las personas, que no necesariamente quiere decir que sean aceptadas por todos , resultan estériles. Una cosa es que estar de acuerdo con la iniciativa o no, pero lo que importa es que cuando hablemos de innovación la gente lo entienda y valore. Ese camino es mas lento, pero más seguro. Lo que debemos hacer es formar competencias que ayuden a construir innovación.
¿En qué influye la discusión acerca de la descentralización ?
-Las dinámicas centralistas son parte del problema y no de la solución. Pero hay que saber relacionarse con el poder. Se tiene el derecho a plantear que no se ha avanzado por culpa del centralismo, pero también se debe buscar la forma de defender las propuestas propias.
"Nuestro interés es fundamentalmente tener una relación permanente y establecida en Antofagasta. No queremos una relación de visitantes".