Daniel Contreras Palma
El cabo segundo Marcelo Parra (27) asegura que la conexión con su caballo "Machote" (7 años) fue inmediata. Tras cuatro años entrenando como parte del Cuadro Negro del Ejército, el binomio ha logrado estrechar aún más el lazo de confianza entre hombre y animal, factor clave a la hora de ejecutar arriesgadas acrobacias.
En esta entrevista el uniformado cuenta cómo es el día a día junto a su caballo, al que considera como un "verdadero hijo".
¿Desde cuándo pertenece al Cuadro Negro del Ejército y qué lo motivó a ingresar?
-Anteriormente pertenecía al Regimiento Escolta N°1 de Granadero, éramos escolta presidencial, y desde ahí nace el amor hacia el caballo por su nobleza, además por el cariño mutuo que se genera entre el corcel y el jinete.
Luego se dio la oportunidad de pertenecer al Cuadro Negro y sin pensarlo decidí unirme. El pertenecer a esta división es como estar en una familia que despierta una gran pasión, que es lo que me ayuda en las mañanas a despertar con el ímpetu para hacer lo que me gusta.
¿Desde cuándo trabaja junto a su caballo y cómo es su relación?
-Con "Machote" llevamos cuatro años trabajando juntos y ha sido espectacular, porque desde el momento en que él confía mí y yo en él, vamos generando un lazo de amistar, cariño y lealtad. Al trabajar con ellos, independiente del caballo que sea, uno desarrolla un respeto y amor por ese ser que es tan noble. Al principio nosotros no teníamos idea de su temperamento ni nada. Nos asignaron un caballo y la conexión fue inmediata.
¿Cómo es el día a día con "Machote"?
-Al momento de entrar al trabajo lo primero que hacemos es darle el buenos días a nuestro animal. Luego le damos desayuno, se limpia y se hace aseo a su pesebrera, siempre nos preocupamos de su forraje, de la desparasitación del ejemplar, sus dientes, se le hace todo tipo de tratamientos. En la unidad tenemos todo lo necesario para que el caballo esté al cien.
¿Qué le llama la atención de este lazo que se genera entre jinete y caballo?
-Uno les da azúcar o zanahoria y ellos nos van agarrando cariño. Cuando uno llega se ponen felices porque estamos todo el día con ellos. Lo que se forma como binomio es un cariño muy especial, es como tener un hijo con la diferencia que los caballos no hablan, él no me va a decir que tiene sed o que tiene hambre, uno tiene que ser capaz de saber cuáles son sus necesidades.
¿Cuánto tiempo de trabajo le lleva a un binomio poder realizar una acrobacia?
-Con paciencia, dedicación y en base a repeticiones, el caballo puede llegar a realizar una acrobacia. Primero realizamos un trabajo de mansedumbre, de ahí pasamos a las montas y luego a los ejercicios por repeticiones. Ahí uno tiene que tener la confianza y lealtad con el caballo, porque uno no sabe cómo va a reaccionar el ejemplar. Para lograr que el caballo realice un ejercicio de forma correcta se necesita al menos un año de trabajo.
¿Qué maniobras son las más complejas para el jinete y su caballo?
-Todos los animales reaccionan distinto, al igual que los seres humanos. Todo lo que nosotros hacemos tiene un grado de dificultad y riesgo. Lo importante es aprender del animal y que ellos aprendan de nosotros.
¿Cómo definiría el carácter de "Machote"?
-Es como un niño. Cada vez que él me ve se alegra y se llena de energías, y lo mismo me pasa a mí. Tanto es así que me preocupo más del caballo que de mí.
Una vez que los caballos no pueden participar más de las exhibiciones, ¿qué pasa con ellos?
-Los caballos tiene mucho tiempo de trabajo y de vida en el Ejército. Cuando no pueden realizar sus ejercicios, que son de alto impacto físico, pasan a ser caballos de equinoterapia.
"Al trabajar con ellos, independiente del caballo que sea, uno desarrolla un respeto y amor por ese ser que es tan noble".