Tras su notable paso por Munich, donde logró llevarse el título, Cristian Garín (33°) llegó ayer a Chile para prepararse para sus siguientes desafíos en el circuito ATP.

Luego de entrenar cerca de 10 días en el país, "Gago" viajará de nuevo a Europa y desde el 19 de mayo estará presente en el ATP 250 de Ginebra. Después de este certamen, el chileno finalizará la gira sobre arcilla en Roland Garros, segundo Grand Slam de la temporada que inicia el 26 del mismo mes.

Después de culminar los torneos sobre polvo de ladrillo, la raqueta número uno del país cambiará de superficie. Desde el 10 de junio competirá en el ATP 250 de Hertogenbosch, en Holanda, campeonato que se disputa sobre pasto.

Inglaterra

Terminada su participación en Holanda, Garín viajará a Inglaterra para jugar el ATP 500 de Londres, el cual comienza el 17 de junio. Este será su último torneo oficial sobre césped antes de jugar en Wimbledon, tercer Grand Slam del año.

Cuando finalice su participación en el pasto británico, Garin volverá a la arcilla. Estos torneos todavía no están 100% confirmados y dependerán de cómo le vaya en el césped, pero asoman en el horizonte el ATP 250 de Bastad (15 al 21 de julio), ATP 250 de Gstaad o ATP 500 de Hamburgo (22 al 28 de julio) y el ATP 250 de Kitzbuhel (29 de julio al 03 de agosto).

Se vienen meses de mucho tenis y competiciones para Garín, quien está pasando, por lejos, el mejor momento de su carrera. Ya demostró que puede ser un protagonista del circuito e intentará seguir por ese camino.

Universidad de Chile sigue sin poder salir de la profunda crisis en esta temporada 2019. Los azules cayeron el domingo por 3-1 frente a Audax Italiano en La Florida y se mantuvieron en el último lugar en el Campeonato Nacional, en zona de descenso.

Uno de los más cuestionados en el delicado momento del equipo es el técnico uruguayo Alfredo Arias, quien no ha podido conseguir ningún triunfo desde que arribó a la banca. En ese sentido, el volante argentino Nicolás Oroz sacó la voz en al conferencia de prensa de este martes para defender al DT.

"Primero está el trabajo del técnico, y luego son los jugadores los que refrendan el trabajo de él. No creo que sólo sea responsabilidad suya, estamos tratando de respaldarlo. Queremos salir luego de esto para que se deje de hablar de que tenemos que cambiar el técnico otra vez", reconoció el ex O'Higgins.

Sobre la presión de ser el 10 de los estudiantiles, el mediocampista sostuvo: "Es algo que busqué. Podría haber elegido otro número y pasar desapercibido. Sé que tengo condiciones y personalidad para ser el 10 de la U. Me gusta esa presión. No sé si hablaría de mí si estuviésemos en otra situación".

"Uno llega a este club y dice voy a pelear el torneo, que la cancha va a explotar. Tenemos expectativas que no se están logrando. No conozco otra manera de salir de esto que no sea seguir entrenando", añadió.

Respecto al duelo del domingo frente a Coquimbo Unido, Oroz comentó: "Todavía no pensamos. Ha pasado muy poco tiempo y estamos tratando de dar vuelta la página. Sabemos que es un rival muy difícil".

Lo realizado por el Liverpool ayer en las semifinales de Champions League se puede catalogar de varias formas. Épico, sorprendente, epopeya, casi imposible.

Pero mostrando el mismo fútbol que exhibió en la ida, esta vez el elenco inglés sí estuvo acertado y terminó protagonizando una de las remontadas más memorables que se recuerden en las últimas Champions.

El elenco de Anfield Road se impuso 4-0 al Barcelona y dejó sin validez el triunfo 3-0 de los catalanes en la ida. Sencillamente espectacular lo realizado por el conjunto dirigido por el alemán Jürgen Klopp.

Pero el nacional no podía solo. Le faltó más compañía de un equipo que no lo fue. El Barcelona hoy sencillamente se confió de las individualidades de Lionel Messi y Luis Suárez, quienes hoy fueron una sombra con respecto al choque en el Camp Nou.

De principio a fin, Liverpool fue más. A los 7 minutos, Divock Origi marcó el primero y encendió la ilusión de los hinchas locales. Si bien no pudieron sacar más diferencias en dicho lapso, los británicos se desataron en el complemento.

Clave fue el volante holandés Georginios Wijnaldum, quien ingresó iniciado el segundo período y los 53' y 55' igualó la llave en favor de los rojos. Lo increíble es que entró por la lesión del escocés Andy Robertson.

El dueño de casa siguió machacando y merecía el cuarto tanto, ante un Barcelona que sólo esperaba el pitazo para ir a la prórroga. Pero a los 78' y en una jugada digna de fútbol amateur, Liverpool apuró en un corner y Origi puso el cuarto ante los desconcentrados jugadores catalanes.

La epopeya ya estaba escrita. El resto del partido tuvo a un conjunto catalán buscando el descuento sin ideas (y sin Vidal que fue sustituido a los 74') ante un Liverpool que escribió una de las páginas más doradas de su rica y engalanada historia en este torneo.

En la vereda contraria, Barcelona vive un dejavu del año pasado (cuando fue eliminado por la Roma en semis teniendo una amplia ventaja) y uno de los episodios más bochornos del último tiempo y pasará otro año más sin tocar la "Orejona".