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Caso quemados: sentencian a once exmilitares por homicidio calificado

JUSTICIA. Condena es por quemar vivos a Rodrigo Rojas y Carmen Quintana.
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El ministro en visita Mario Carroza dictó sentencias contra los exmilitares responsables de quemar vivos a Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana el 2 de julio de 1986, acción que le causó la muerte al primero y graves lesiones a la segunda.

El 2 de julio de 1986, en Estación Central, Región Metropolitana, de acuerdo a lo establecido por el magistrado, ambos fueron aprehendidos tras ser sindicados por los uniformados como "participes de disturbios y autores de barricadas instaladas en la vía pública". Para arrestarlos, "fueron golpeados y amenazados con armas de fuego" y, a pesar de que no revestían peligro alguno para nadie, los agentes del Estado rociaron sus cuerpos y vestimentas con combustible y luego, usando una bomba molotov de contacto directo, provocaron un fuego que se irradió "rápidamente hacia las víctimas".

Penas

El magistrado condenó a Julio Castañer González, Iván Figueroa Canobra y Nelson Medina Gálvez en calidad de autores del homicidio calificado de Rojas y el homicidio calificado en grado de frustrado de Quintana. Por ello, los sentenció a 10 años y un día de presidio.

También se sentenció a Luis Zúñiga González, Jorge Astorga Espinoza, Francisco Vásquez Vergara, Leonardo Riquelme Alarcón, Walter Lara Gutiérrez, Juan Ramón González Carrasco, Pedro Franco Rivas y Sergio Hernández Ávila en calidad de cómplices del homicidio calificado de Rojas y homicidio calificado en grado de frustrado de Quintana, por lo que deberán cumplir con penas de 3 años y 1 día de cárcel.

En el aspecto civil, en tanto, se acogieron las demandas de indemnización de perjuicios, condenándose al Estado a pagar 450 millones de pesos a la víctima sobreviviente, Carmen Quintana, y familiares de ella y de Rojas.

Ganar por nocaut

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"Hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear".

Con estas palabras del sorprendente Roberto Bolaño comienzan estos quince cuentos. Uno de ellos, "El perdedor" obtuvo el primer lugar en el Concurso de Cuentos UCN, 2014.

La acción principal y presente siempre gira del cuadrilátero de un ring. Y allí se expresan y culminan diversas motivaciones del vivir rutinario: "Saúl Mardones había ganado por nocaut en el primer asalto… su golpe de derecha no había envejecido" (pág. 4); "Y al que hiciera una jornada brillante se le daría un vale para el prostíbulo del bloque 24; el que perdía, simplemente era ejecutado" (pág. 158).

Cada una de las peleas resultan de motivaciones diferentes: amor, dinero, venganza, muerte, poder, por eso, a menudo, el final es novedoso.

Novedad es la primera característica de estos cuentos de Manuel González Cristi. La segunda, nos parece, la presencia de la mujer en varios de sus papeles: esposa incondicional (pág. 24), hembra seductora (pág. 76), madre (pág. 103), colegiala (pág. 141)…

El transcurso de las peleas, el escritor las comenta con sobriedad y con tal realismo que a nosotros lectores nos transforma en espectadores ansiosos.

En el puerto (Iquique) y la pampa, donde el salitre peleaba con sobrevivir, suceden estos "Cuentos desde el ringside". Pero sus historias se extienden mucho más. Y sus protagonistas imaginarios, se entrecruzan con campeones reales. Surgen los nombres del Tani y Godoy: "Witt le dijo a mi abuelo: vas a emplear la misma estrategia que Arturo Godoy. Primero, trata de agotar a tu rival, eludiendo el combate, haciendo un buen juego de piernas" (pág. 161).

Narraciones que se despliegan durante la primera mitad del siglo XX y hoy, todavía, al subirse al ring, la fuerza de los puños es una diversión, y también un medio para espantar el hambre, la pobreza.

González Cristi (Iquique, 1947) supera con creces su condición de "escritor tardío", porque satisface plenamente el primer requisito de un escritor: saber, hasta sus límites, el tema de su obra.

Guillermo Ross-Murray L-K, docente, Escritor

Andrés Sabella

Guaidó, tras arresto de su número "dos", dice que no se atreven a detenerlo a él

CRISIS. El Presidente encargado de Venezuela dijo que habrá acciones inmediatas de la comunidad internacional por la detención de su jefe de despacho.
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La policía política de Venezuela detuvo ayer a un estrecho colaborador del Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien aseguró que pese a la nueva embestida del régimen chavista no cejará en su lucha para que Nicolás Maduro deje el poder.

"No nos van a sacar del camino", afirmó Guaidó a la prensa, tras considerar la detención de Roberto Marrero, su director de despacho en el Congreso, una "afrenta" a su persona y a la comunidad internacional y una "torpeza" del régimen chavista.

La autoridad descartó que el arresto de Marrero sea un paso previo a su propia detención y dijo que no se atreven a apresarlo debido al "respaldo internacional" que tiene.

Guaidó, reconocido como Presidente interino de Venezuela por unos 60 países, incluido Chile, responsabilizó directamente a Maduro de los hechos.

Sin dar nombres, dijo que un "muy alto funcionario" del régimen llamó a los miembros de una comisión internacional que visitan el país para negar la responsabilidad en el hecho. "Entonces, Nicolás Maduro o no se atreve o no manda... le rompieron la cadena de mando, pasaron por encima de él y secuestraron injustamente a Roberto Marrero".

"Son ellos los que se niegan a una solución política a la crisis", advirtió el jefe del Congreso en Caracas.