Migrantes venezolanos: "Ya nadie quiere vivir en Venezuela... nadie"
MIGRACIÓN. En medio de los tensos días que vive Venezuela, Antofagasta se está transformando en una de las estaciones de escala de la ruta por tierra hacia Santiago. Algunos venezolanos desplazados han debido pedir dinero o comida en la calle para poder subsistir.
Si la situación en Venezuela hace unos meses ya era compleja, lo que se vive en estos días tiene a ese país en una tensión que amenaza con derivar en la violencia.
Un apagón de días que incluso habría cobrado víctimas fatales; la revelación del New York Times respecto a que camiones de ayuda humanitaria fueron quemados accidentalmente por un seguidor de Guaidó y no por orden de Nicolás Maduro como lo habían señalado varios gobiernos (incluido el de Chile); y la solicitud del propio Juan Guaidó para decretar "estado de alarma nacional" ante el apagón, son un ejemplo de los problemas políticos, económicos y de gobernabilidad de ese país, lo que ha provocado un éxodo masivo a lo largo de los últimos años.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, el 2018 se alcanzó la cifra de 3,4 millones de migrantes venezolanos en todo el mundo, de los cuales 2,7 millones están desperdigados por Latinoamérica.
Jean Pier Aquino, es un venezolano de 21 años que junto a sus hermanos menores, primos y algunos amigos (en total 12 personas), abandonó su país hace ocho meses. Cuando llevaba tres meses afuera, su abuela materna le notificó que su madre había muerto, situación por la cual continuó su marcha sin intenciones de volver a Venezuela.
Llegó a Chile hace tres semanas, primero a Arica y después Iquique. A Antofagasta arribó la semana pasada. Su proyecto es continuar hacia Santiago, donde un primo que lo ayudará con el hospedaje para que pueda comenzar a trabajar y establecerse.
En Venezuela había terminado el bachillerato y se disponía a entrar a la universidad para estudiar Criminología cuando la situación política reventó (2016) y la crisis social pasó de mal a peor.
En Venezuela vivía en el complejo habitacional "Ezequiel Zamora", junto a otras muchas familias vulnerables. Allí, relató, recibía por parte del gobierno una bolsa de alimentos con 10 productos (yuca, plátano y arroz), cada tres meses.
"La situación en Venezuela es peor de lo que se ve en la televisión. En ese complejo habitacional que nos dio el gobierno vive pura gente pobre. Ahí nos daban una bolsa de comida cada tres meses (...) imagínate la gente comiendo yuca, plátano y papá todo el mes... y la bolsa nunca duraba los tres meses", relató.
Jean Pier dice que muchos de sus compatriotas comenzaron a robarse entre ellos mismos con tal de poder tener para alimentarse.
"Hay demasiado vandalismo en Venezuela, la gente intenta sobrevivir como sea, así sea robando a otros, tratan de hacer todo para sobrevivir y yo para no hacer eso mismo, me fui del país junto a mis hermanos, para no caer en ese mundo, porque te digo, la necesidad hace que uno caiga en ese mundo", reflexionó.
Resiliencia
Jean Pier se mantiene positivo. Su viaje de ocho meses recorriendo Sudamérica (ha pasado por Colombia, Ecuador, Perú y ahora Chile), le ha hecho valorar su vida y la de sus hermanos. Mientras todos estén bien -dice-, aunque no siempre tengan para comer o para pagar un pasaje en bus, se puede seguir adelante.
"Me ha ido bien, yo no me decaigo, tengo mucha fe en Dios. No importa si no tengo para desayunar o comer, no me aflijo. Yo sigo adelante. Lo más importante para mí son mis hermanos y si ellos están bien, yo también lo estoy", reconoció.
Ayuda
Jean Pier junto a sus hermanos han logrado financiar su viaje apostándose en algún lugar de la calle (donde les dé la sombra), para con un cartel en mano, pedir algún tipo de cooperación. No importa si es dinero o comida, cualquier ayuda les sirve, no obstante, llegar a Santiago es lo más apremiante ahora.
"Yo me quiero quedar en Chile, quiero llegar a Santiago para terminar con este viaje de una vez, ya estamos cansados de caminar, hemos caminado mucho y aquí todo es desierto (...) en Santiago tengo algunos familiares que me ayudarán con el hospedaje, mientras encuentro un trabajo para comenzar a establecerme y regularizar mis papeles. Ya es lo último, ha sido largo todo esto, pero ya estamos cerca", precisó.
Consultado respecto a por qué eligió venir a Chile, manifestó que "para nosotros los venezolanos, Chile es un país muy grande, es otra cosa. Es como el país de la ayuda, donde uno puede conseguir todo lo que quiere, donde puede conseguir las mejores oportunidades, cualquiera no llega a Chile, cualquier venezolano no está en Chile".
Venezolanos en Antofagasta:
La familia Blanco Morales viajó más de 3.300 kilómetros para llegar desde Valencia, Venezuela, a Antofagasta. Llegaron el lunes 4 de marzo después de cuatro meses recorriendo países como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Viajaron buscando nuevas oportunidades debido a la crisis política que sufre su país de origen. José Blanco, de 36 años, padre de Dennire (7), Nellysmar (5) y Josleidys (4), -con quienes viaja-, relató que una vez salieron de Venezuela, el destino a llegar era claro. Así como lo hicieron sus compatriotas hace algunos años, también querían llegar a Santiago de Chile junto a su familia para buscar un mejor pasar. No obstante, después de que su situación se hiciera pública, varias personas quisieron ayudar, algunos con trabajo y otros con habitaciones disponibles pagando un precio menor. De esta forma, la familia Blanco Morales hoy reside en Antofagasta. Ya no deben buscar ayuda en la calle, ahora tienen ingresos. Los suficientes como para mantenerse en la ciudad y ahorrar para continuar, más adelante, su viaje a la capital de Chile. Blanco agradece la ayuda de los antofagastinos, de hecho dice "lo único bueno que nos dejó Maduro fue el hecho de tener que salir del país, ya que así pudimos conocer otras realidades y darnos cuenta de que la gente en verdad sí es solidaria".
Para la vocera de la comunidad venezolana (asociación Miranda), en Antofagasta, Beni Zambrano, el fenómeno migratorio de Venezuela es una realidad que los chilenos deben entender como momentánea, considerando que los compatriotas que han salido de Venezuela lo han hecho únicamente por el contexto político-social que atraviesa el país. "Instamos a que la comunidad aborde este fenómeno de manera empática, sin juzgar a las personas, ciertamente también hay algunos rechazos, pero entendemos que las situaciones son complejas, pero en ningún caso pretendemos juzgarles, sino tratar de entender y hacer un llamado a la comunidad respecto a que tengan conciencia de que esta es una situación nueva para las personas venezolanas, que es difícil, que no es fácil atravesar un montón de países en bus (...) Hay que resaltar que estas condiciones, de estas personas, es temporal. Son personas que hacen estas actividades (pedir ayuda en la calle), de manera temporal, mientras se organizan, mientras se van a otras ciudades, mientras consiguen trabajo en sus profesiones, etc.". Respecto a cómo abordan esta temática como asociación, Zambrano dijo que "se escapa de nuestras manos, nosotros al igual que ellos también somos migrantes, solo tenemos más tiempo en el país. Sin embargo, el llamado que podemos hacer es a intentar mantener una sana convivencia intercultural entre la comunidad venezolana y la comunidad de Antofagasta".
Efrén Sánchez Acevedo, de 17 años, llegó hace poco más de dos semanas a Antofagasta. Se vino de "El Tigrito" (San José de Guanipa), ciudad ubicada en la zona centro-sur del Estado Anzoátegui, en Venezuela, hace un año. En su camino pasó por Colombia, Ecuador, Perú y ahora Chile. Como todavía es menor de edad no ha podido regularizar sus papeles ya que no tiene dinero ni trabajo. Su meta es llegar a Santiago o "a cualquier otra ciudad donde pueda regularizar mis papeles". Sueña con establecerse en Chile, estudiar derecho (quería estudiar ingeniería en petróleo en Venezuela), y así poder ayudar a su familia (es el mayor de cuatro hermanos). No le avergüenza pedir ayuda, porque necesita comer. Salió de su país debido a lo que define como la "dictadura" de Maduro. Desde que salió de su país ha pasado de todo, hambre, sed, frío y frustración, no obstante no piensa en volver. "Si te soy honesto la gente se muere de hambre en Venezuela, nadie quiere estar allá, nadie, nadie. Pero no todos se atreven a salir porque en verdad el viajar solo es algo muy duro".
3,4 millones venezolanos están en Chile según cálculos del gobierno, convirtiéndose en la colonia más numerosa, superando a las peruana, boliviana, haitiana y colombiana.