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El drama venezolano y la política chilena

"Para quienes hemos compartido pan, vino y horas de amistad hemos recibido dosis de humanidad como hace tiempo no experimentábamos".
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Sangra y clama al cielo. Los venezolanos viven un drama con visos de tragedia y lo padecen en su propio país y fuera de éste. ¿Cuáles son las vertientes que pueden describirse de esta realidad que de alguna manera nos toca a muchos chilenos?

El drama venezolano desnudó la política chilena. Las izquierdas oscilan entre una tibia preocupación y una displicencia indignante. La condena de la derecha chilena a Maduro no tiene efecto práctico alguno. El gobierno impelido por la realidad apabullante, se ha puesto del lado de la democracia y ha expresado su rechazo al régimen imperante. La clase política y económica que dirige y controla Chile por dos siglos ya no tiene mucho que ofrecerle al país.

Y esa élite domina todo el espectro político; de allí salieron experimentos revolucionarios y extremistas; de allí nació la extrema izquierda actual que sin pudor alguno apoya el régimen chavista. El matrix político -extremo en las izquierdas- es transversal en el mundo político; la ciudadanía ha tomado otro bus. La derecha tradicional se quedó sin doctrina, mística y relato y la supuesta derecha renovada vive un travestismo ininteligible. Y el gobierno actual es fiel hijo de Maquiavelo, preocupado fundamentalmente de la eficacia del poder y si para ello necesita la bandera que enarbola la izquierda, lo hace sin temor.

Los signos de los tiempos indican que es el momento de un cambio de paradigma en la conducción del país. Es la hora de la vapuleada clase media -el verdadero centro de la vida nacional- de ese grupo de personas que se esfuerza; que a veces trabaja y estudia, que quiere la mejor educación para sus hijos, que efectivamente quiere elegir su destino y que muchas veces le cuesta llegar a fin de mes con tanto saldo anterior. Y existe en este grupo humano, una generación dorada, joven y madura, para este gran cambio. Una generación que no sabe de odios y resentimientos; que no divide de forma maniquea el mundo; generación que no es individualista sino solidaria y con responsabilidad social. Generación que no le gusta la dictadura, la revolución o la violencia. Esta generación gobernará muy pronto el país.

Este grupo de personas es la que hoy convive con los venezolanos que han llegado a nuestras principales ciudades y comparten sus penas, alegrías y esperanzas; esperanza por regresar un día a su tierra amada que hoy se empobrece.

Estas personas comparten con garzones o nanas venezolanos; en su patria ingenieros, abogados y doctoras. Qué bien hablan el castellano los venezolanos, qué gratos y buenas personas son. Para quienes hemos compartido pan, vino y horas de amistad hemos recibido dosis de humanidad como hace tiempo no experimentábamos. Cervantes, padre de nuestra hermosa lengua materna, por boca de su alter ego, dice: "La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar. Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".

Salvador Lanas Hidalgo

Director académico de Escuela de Liderazgo USS

I+D: Menos burocracia, más apoyo

"No podemos negar que Chile está dando pasos en I+D, estableciendo una herramienta para fomentar la innovación".
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Si bien la inversión en I+D en Chile ha mejorado durante los últimos años, las cifras aún son poco alentadoras si comparamos el 0.37% del PIB invertido según la VI Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en I+D en 2017, con el 2.38% que invierten en promedio países de la OCDE y el 4% en países como Israel.

No podemos negar que Chile está dando pasos en I+D, estableciendo una herramienta para fomentar la innovación, pero aún falta pulirla. Como está, la Ley no lee bien qué necesitan los emprendedores y sus empresas para destinar parte importante de sus recursos en investigación y desarrollo.

En ese sentido, las reformas planteadas por el Gobierno para solucionar los problemas de acceso, aumentar el tope de crédito tributario y simplificar los procesos de postulación, son bienvenidas. Sin embargo, aún queda mucho trabajo en torno a la simplificación e integración de la información en lo relacionado con los procesos de revisión de los proyectos presentados.

El mayor problema radica en el proceso de revisión, cuando se solicita la certificación ya iniciado el proyecto. En este caso, si no se aprueba dentro del cierre del año tributario, se recuperan los impuestos al año siguiente.

Es decir, si se realiza el gasto en 2018 y se aprueba a principios de 2019, recién en 2020 se puede utilizar la rebaja. Como usuarios regulares de la Ley hemos visto lentitud en las aprobaciones, situación que impide hacer uso del beneficio en el período solicitado y produce un desincentivo. A esto se suma que el Servicio de Impuestos Internos (SII) puede cuestionar la rebaja tributaria y volver a pedir todos los antecedentes para revisarlos, lo que hace indispensable establecer que Corfo tenga la autoridad de validar una rendición, sin tener que volver a repetir el proceso.

Otro de los problemas de la normativa que se reconoce en las modificaciones, es que el tope máximo anual del crédito tributario al que las empresas pueden acceder, es de 15.000 UTM, lo cual no es suficiente, ya que más bien depende del impacto que del monto. Para nuestra empresa que se dedica a desarrollar proyectos de I+D, sabemos que la magnitud de la industria y el impacto que genera, determinan los montos.

Dentro de ese aspecto, es importante considerar que si la Ley busca impulsar la inversión en I+D para mejorar la capacidad competitiva de las empresas chilenas, no se debería discriminar por monto, sino que por la magnitud del proyecto y su impacto para el desarrollo del país.

En conjunto con estas modificaciones, para que la Ley sea más efectiva todavía, el apoyo debe ir más allá de lo financiero, donde ambas partes entiendan y conozcan los proyectos. Que los emprendedores beneficiados cuenten con una contraparte que los guíe en cada uno de los procesos, simplificándolos y apostando a mejores resultados. De esta forma se podrá aprovechar la normativa, lo que se traducirá en promover la diversificación de la matriz productiva y de innovación en Chile.

Mauricio Svriz

Gerente de Bejos y mentor Endeavor

Igualdad: Mujeres

Las demandas del segmento son de amplio espectro, pero hay una cuestión elemental y de consenso: La mujer no es un sexo débil, no puede mantenerse esa versión histórica. Afortunadamente en Occidente los logros son bien palpables, aunque aún hay desafíos por conseguir. El desafío para la clase política y el país es entender y gestionar correctamente estas demandas legítimas.
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Las masivas marchas del viernes en Antofagasta y otras ciudades del país y el planeta no pueden pasar desapercibidas. Solo la cantidad de personas involucradas da cuenta de la alta sensibilidad que generan los problemas e inequidades que sufre más de la mitad de la población.

Mujeres, pueblos originarios, minorías sexuales, los pobres, las personas de color, los inmigrantes, los países periféricos, niños e incluso los ancianos, son algunos segmentos que padecen todos los días algún tipo de discriminación explícita o subyacente, que hasta ayer parecían normales, pero que hoy, en plena modernidad, resultan de un corte propio del Medioevo.

Pero es importante que la coyuntura del momento no impida apreciar los avances conseguidos, en especial para las mujeres, la mayoría de los cuales, sino todos, son logros de su propio esfuerzo y sacrificio, incluyendo vidas. El recuerdo mismo del 8 de marzo rememora la tragedia de Nueva York que costó la existencia de 120 féminas que protestaban por los salarios.

Desde entonces, la mujer, al menos en Occidente, consiguió cuestiones básicas: derecho a educarse, a votar, a elegir, a decidir, por lo que hoy ostenta mejor ciudadanía y potencial.

Sin embargo, aún resta mucho. Las mujeres ganan menos en muchas empresas, por trabajos similares que un hombre, pagan más por su seguro de salud y tienen pensiones más bajas, a pesar de que viven más. Es claro que la respuesta es económica, pero para eso está la política: para corregir y modelar lo que sea injusto u oprobioso para un sector.

En un plano más amplio, es presumible que este tipo de demandas sean cada vez más persistentes; de hecho lo son. Las exigencias de las mujeres tienen similitudes con aquellas de los pueblos originarios, las clases más desposeídas y cada uno de los segmentos que tienen algo preciso en común.

Si entendemos que estas quejas son legítimas, será la respuesta a esas demandas lo que generará diferencias. ¿Quieren cambios del "sistema" o quieren obtener los beneficios del mismo? La distinción no es menor, es de fondo en realidad y esa capacidad de comprenderla será la clave para que estas fricciones, propias de la historia y las sociedades, sean bien comprendidas y manejadas para bien el conjunto.