Asimov y la automatización
Para que el beneficio de los avances tecnológicos sea repartido, se requiere un esfuerzo individual, pero también cambios políticos. Sino el riesgo será más grande que las oportunidades, tal como dice la OCDE. Según la OCDE, Chile es uno de los países donde más empleos están amenazados por la automatización. Y los cambios ya los estamos viendo.
El ideal sería que mientras un robot limpia la casa, el otro prepara la comida. Al mismo tiempo en un verde valle un ejército de robots cultiva y ordeña. Mientras tanto los humanos podemos dedicarnos a tomar cerveza en una hamaca, viajar, hacer deporte, en fin, al ocio y el hedonismo. Eso sí, para que nada se salga de control, todos los androides deben estar programados con las tres reglas de la robótica propuestas por Asimov: "Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño"; "Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª ley" y "Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley".
La literatura de ciencia ficción suele predecir el futuro, o mostrarnos sus múltiples posibilidades. La versión optimista sería que los beneficios de la automatización del trabajo sean repartidos entre toda la humanidad. Ya que se necesitan menos manos, que se reparta el trabajo de una manera más eficiente. Pero parece ser que el mundo va por otro camino: ya que se necesitan menos manos...
La automatización y el avance de la tecnología debería ser un beneficio para la humanidad, pero se está convirtiendo en una amenaza al empleo. De hecho, hemos visto como incluso se está precarizando el trabajo a través de las apps, donde no hay empleador responsable ni seguro contra accidentes.
Una parte de la adaptación a esta nueva revolución industrial debe ser asumida individualmente. Trabajadores deberán volver a educarse, con la inversión que esto significa, para no quedar marginados.
Pero también se requieren cambios a nivel de Estado.
Según la OCDE, Chile es uno de los países donde más empleos están amenazados por la automatización. Y los cambios ya los estamos viendo. Cajeros de autoservicio en supermercados y bencineras, cortes de la carne preenvasados, pago de cuentas por internet: elementos que han simplificado la vida de los consumidores, pero que han significado reducción de personal.