Jonathan Mondaca Escobar
El exintendente de Antofagasta, Arturo Molina Henríquez (DC) asegura que hay dos motivos por los que fue contratado como asesor de la empresa Santa Marta: su perfil técnico (tiene un magíster en control de gestión) y los contactos que hizo en su rol de exjefe regional.
"Hay que ser claro en eso", dijo refiriéndose a este último motivo, manifestando que los contactos se remiten a lo estríctamente técnico. Molina trabaja como asesor de Santa Marta en el proyecto relleno sanitario Chaqueta Blanca, iniciativa que desde 2017 enfrenta una serie de dificultades para conseguir las patentes municipales y comenzar su operación.
El militante de la DC asumió como intendente en diciembre de 2016, época en que la compañía a cargo de la iniciativa tramitaba permisos sectoriales con el gobierno. La filtración de correos electrónicos revelando el lobby de la empresa para cerrar el vertedero La Chimba y forzar el inicio de Chaqueta Blanca, abrió una serie de preguntas que Molina estuvo dispuesto a responder.
¿En qué fecha comienza su vínculo con Santa Marta?
-La relación contractual inicia en octubre de 2018, siete meses después que salí de la Intendencia (el periodo legal de inhabilidad es de seis meses).
La empresa lo contacta...
-Claro, porque además de tener una carrera política, tengo estudios profesionales, soy ingeniero industrial con diplomados en administración de contratos y un magíster en control de gestión.
La empresa necesitaba a alguien con un perfil técnico para gestiones, reuniones y coordinaciones con autoridades y compañías locales, una persona que conociera esta zona, con vinculación política en todos los sectores. Las relaciones políticas no deben ser solo en un lado, hay que abrirse para cumplir los objetivos técnicos.
¿Qué contactos tuvo con la compañía antes de asesorarlos en el proyecto Chaqueta Blanca? ¿Los conocía antes de octubre de 2018?
-En mi calidad de intendente tuve solo una reunión con ellos (Santa Marta) para que me entregaran un resumen completo del proyecto. Eso fue cuando asumí.
Pero no solo revisé Chaqueta Blanca, también lo hice con la Avenida Grecia de Calama, las casas en Taltal y Mejillones, la ruta concesionada a Calama y el Paseo Matta. Me reuní con todos ellos para conocer el estado de los proyectos.
Esa fue la única vez que tuve contacto con la gente de Chaqueta Blanca, porque nosotros (Gobierno Regional) no éramos los mandantes del proyecto, es el municipio.
¿Esto se concretó con la entrega de informes o reuniones?
-Me reuní con cada uno de los que estaban construyendo proyectos para que me entregaran información y me acompañaban los seremis correspondientes de la época.
Santa Marta reconoció que Pablo Longueira ha prestado asesorías al proyecto, lobby fuertemente criticado porque se menciona al intendente Díaz a través de contactos con terceros. ¿Conoce usted al exsenador de la UDI?
-Obviamente sé quién es, pero no lo conozco ni tengo relación con ningún otro asesor que tenga la empresa en Santiago. Lo que sí sé, es que la compañía en la región tiene dos personas más junto a mí.
Respecto del lobby, hay una ley que señala que cuando un particular quiere conversar con una autoridad, debe llenar un formulario. Esto, a menos que la autoridad sea quien cite a la persona, en ese caso la ley del lobby no rige.
Sobre este tema, el foco debe estar puesto en cómo se hizo ese lobby, si cumplió con la normativa y ver si eso impactó en el trabajo en Antofagasta.
Tal como lo dijo la alcaldesa Karen Rojo, el proyecto está bastante avanzado, creo que en un 98% de obras terminadas. Tanto las autoridades del Gobierno Regional y comunal harán esfuerzos para la apertura de Chaqueta Blanca en beneficio de los vecinos del sector norte.
Usted es asesor de Santa Marta, que no ha logrado conseguir las patentes municipales para operar y al mismo tiempo, tiene un rol directivo en la CMDS. ¿Eso le genera algún tipo de complicación con la alcaldesa?
-No, tengo una muy buena relación con ella, la que se gestó cuando fui intendente, lo mismo con Sergio Vega en Mejillones o el alcalde de Tocopilla.
Soy parte del directorio de la CMDS, cargo ad honorem, que no recibe ni un peso y el rol es definir acciones para mejorar la educación y salud.
Tengo experiencia como alcalde de Calama, seremi de Energía e intendente, por lo que mis opiniones son desde ese punto de vista.
No hay incompatibilidad con la asesoría en Santa Marta, son dos carriles distintos.
Las principales críticas apuntan a que pudo favorecer de alguna manera a la empresa en su época de jefe regional.
-¿En qué pude favorecerlos? ¿en otorgar rápido los permisos? Estos recién se consiguieron en este gobierno, no salieron bajo mi gestión.
La Dirección de Obras Hidráulicas pidió varias modificaciones al proyecto, lo que aumentaba los recursos que se requerían. Nunca presenté al Consejo Regional una petición para entregar más plata.
Lo que también se cuestiona es que después de intendente, asesore a esta empresa...
-No solo asesoro a esta compañía, tengo una empresa familiar en la que somos dos, mi esposa y yo, y hacemos asesorías organizacionales. Me contrataron como técnico, no como político, pero hay que ser claro, uno usa los contactos que quedan de cuando fui autoridad.
Cuando se hacen asesorías, hay que relacionarse con las autoridades de turno, intendente, alcaldesa o seremis. Todas estas relaciones han sido siempre en un plano profesional, muy cordiales y únicamente en un plano técnico, nadie toca temas políticos.
Para mí, esto (las críticas) es oportunismo para algunos que se creen rectores de la moral y rasgan vestiduras. Pero son muchos los de mi sensibilidad política, socialistas, radicales, que trabajan en diferentes partes o han ocupado cargos en gobiernos de derecha.
El tema es que estoy inscrito como candidato a gobernador regional, tal vez esa es la oportunidad para empañarme. Pero como decía el Presidente Frei, hay que tener cuero de chancho para estar en política, es sin llorar.
¿Cuándo tuvo la última reunión con el municipio por Chaqueta Blanca?
-En enero vinieron gerentes y también estuvo la alcaldesa con su equipo.
Vimos las diferencias que hay como la construcción de la cancha que debe realizar la empresa y algunas observaciones de los inspectores de obras. En la reunión dimos cuenta que el proyecto está en un 98% terminado.
"¿En qué pude favorecerlos?, ¿en otorgar rápido los permisos? Estos recién se consiguieron en este gobierno, no salieron bajo mi gestión"."