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El peso del apellido

Chile, a pesar de una transformación sustantiva a partir de la consolidación de la clase media ha permeado las clases sociales, pero aún no parece suficiente. Por cierto la solución no es quitarle a la "élite", sino mejorar las condiciones de ascenso social para quienes menos tienen y en esto es fundamental la educación. Este es el vehículo más eficiente.
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"En Antofagasta un postulante con apellido común tiene menos posibilidades de ser contratado, ganando incluso 1.054.000 pesos menos que un candidato de apellido poco común".

Este es un detalle de la conclusión a la cual llegó un grupo de estudiantes locales quienes, realizando una investigación para su tesis de pregrado, constataron que la discriminación por apellidos en la etapa de reclutamiento, se refleja en la sociedad local.

El estudio "El peso del apellido en el proceso de selección personal en la ciudad de Antofagasta", desarrollado por alumnos de ingeniería comercial de la Universidad Católica del Norte (UCN), apoyados por el profesor Dusan Paredes, dio cuenta de una realidad que solo confirma la segregación existente en el país, la que apenas se ha movido el último siglo.

Otro caso es la ponencia "Los González y los Larraín en el Congreso chileno (1810-2018)", presentada por el sociólogo Naim Bro Khomasi en la conferencia sobre concentración de la riqueza organizada por el Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES), dio cuenta que entre 1810 y 2018 ha habido la misma cantidad de parlamentarios Larraín (107) que González (110).

Lo raro es que según datos del Registro Civil, González es el apellido que más chilenos comparten: 411.000 personas. En cambio, solo hay 4.300 Larraín, lo que implica que en el Parlamento ha existido algo así como un Larraín por cada 100 González.

¿Es Chile un país desigual? Claro que sí. ¿Es Chile un país segregador? Todo indica que también ello es efectivo a la luz de los resultados.

La élite se reproduce en colegios, trabajos, familias, sitios de esparcimiento, mientras los más necesitados -y aquí podemos incluír a quienes viven en regiones- no pueden acceder a los mismas ventajas.

El asunto ha sido comentado, incluso, por expertos extranjeros que no dejan de sorprenderse por una particularidad tan negativa de nuestra idiosincrasia.

Por cierto la solución no es quitarle a la "élite", sino mejorar las condiciones de ascenso social para quienes menos tienen y en esto es fundamental la educación. Es decir, si esta no mejora, la reproducción será la misma, porque no es un asunto de capacidades, sino de oportunidades, cuestión que el país debe resolver. Se trata del futuro que construimos.

Imagen de Antofagasta

"Las ciudades según la traten sus ciudadanos, será la imagen que transmitan".
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El último Barómetro Imagen Ciudad de 2018, elaborado por la ONG Visión Humana, deja a Antofagasta como la mona. En efecto, entre las 24 comunas evaluadas ocupamos el lugar 19, retrocediendo 9 puestos respecto del 2016. Sorprende que, en un par de años, la baja sea tan ostensible, dado que la ciudad no ha cambiado sustancialmente.

Un pasado editorial de este diario se refiere al tema, considerándolo una oportunidad para avanzar, rescatando las perspectivas futuras de la ciudad. Aun cuando comparto en parte esta posición, no creo que solo la existencia de oportunidades per se, sean razones suficientes para producir cambios sustanciales en las ciudades. Al respecto estimo que las oportunidades se aprovechan integralmente, cuando existen ciudadanos con voluntad, disposición y espíritu de colaboración comunitario para ello y esta actitud no se aprecia localmente.

Argumentos para lo anterior habría varios. Es sabido que muchas personas llegan por trabajo a Antofagasta, pensando que su estadía sería de un corto tiempo, sin embargo, dicho plazo se les alarga a diez o más años, pero continúan mostrando una mentalidad y conducta como si estuvieran de paso, sin haberse identificado con la ciudad y sin haber hecho aporte alguno. Al respecto puedo compartir una experiencia personal.

Por más de tres décadas compartí con una serie de ejecutivos en una empresa local y cuando llegó el momento del retiro laboral, la gran mayoría de ellos emigraron, sin dejar huella alguna en la comunidad. Otro caso que llama la atención lo constituyen muchos jóvenes profesionales antofagastinos, cuya única ilusión es poder conseguir una pega en la capital. Sin duda que, en algunos grupos de la comunidad, subyace una opinión negativa generalizada respecto de la ciudad.

Ahora bien, es legítimo esperar de la ciudad donde se vive o se llega, que ésta sea grata, con buenos servicios, ordenada, atractiva, entretenida y segura. Sin duda que, en lo anterior, la responsabilidad recae principalmente en los organismos públicos involucrados y, especialmente, en los planes y programas que consideren proyectos, tendientes a construir una ciudad mejor.

En todo caso, debemos recordar que las ciudades son entes que no tienen vida propia y que según la traten sus ciudadanos será la imagen que transmitan. En este plano es justo demandar que quienes las habitan, se comporten responsablemente y contribuyan en cuestiones tan simples como no ensuciar sus calles, transmitir amabilidad, no contaminar, respetar a vecinos y peatones, etc. Para finalizar me permitiré la licencia de parodiar a John Kennedy con la siguiente sentencia "No preguntes qué puede hacer tu ciudad por ti, sino que puedes hacer tú por tu ciudad" .

Carlos Tarragó

Presidente de Corporación Proa

¡Gobernadores regionales el 2020!

"No debemos aceptar excusas para seguir posponiendo la soberanía ciudadana".
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En los últimos días se han alzado voces poniendo en duda la conveniencia de cumplir con la fecha de octubre del 2020 para la elección de Gobernadores Regionales. A los regionalistas no debiera sorprendernos estos planteamientos centralistas, lo importante es tomar conciencia de este nuevo intento para frenar el proceso descentralizador en Chile. Incumplir este mandato constitucional es inaceptable para las regiones. En esta coyuntura, debemos alzar la voz para plantear con mucha claridad y energía colectiva para que se cumpla la ley: ¡Elección de Gobernadores Regionales el 2020!

Es importante reconocer y respaldar las declaraciones del Gobierno y de aquellos parlamentarios que consecuentemente han rechazado estos intentos centralistas.

No nos dejemos confundir con los argumentos centralistas tales como el de las insuficientes competencias que tendrían, la falta de recursos, dificultad o poco tiempo para encontrar candidatos, el conflicto entre el gobernador y el delegado presidencial, etc. y, seguramente aparecerán otros. Todos sabemos que la perfección no existe y que equivocarse forma parte del aprendizaje. Nuestros gobernadores regionales y su práctica concreta de gobierno será la herramienta más potente para ir perfeccionando la ley, el traspaso de competencias y recursos y, todo lo que sea conveniente para el desarrollo de las regiones y el país.

No debemos aceptar excusas para seguir posponiendo la soberanía ciudadana. La elección de Gobernadores Regionales es un hito histórico en nuestra historia republicana. Ello significa transitar desde el modelo de Estado unitario-centralizado, a un modelo mixto, unitario-descentralizado

Nuestros parlamentarios, autoridades regionales y comunales, universidades y, líderes regionales, debe coordinarse para hacer sentir la voz de la región para que se respete lo que establece la ley.

En consecuencia, más que seguir lamentando o de dificultar ese cambio de modelo, ahora la tarea para todos los actores públicos, privados, académicos y sociales, es contribuir, cada uno en lo suyo, con ideas, propuestas y dinámicas para facilitar y prestigiar ese tan esperado y necesario proceso.

Esta es una coyuntura política institucional muy desafiante para la descentralización en nuestro país. Las regiones debemos tener muy presente que el poder no se entrega desde el centro, sino que el poder regional debemos conquistarlo con proyectos potentes y movilización desde las regiones. Debemos respaldar a nuestros parlamentarios para asegurar este avance descentralizador histórico.

Fernando Cortez Guerra

Gerente general, Asociación de Industriales de Antofagasta