Redacción
Chile se mantiene como el segundo país menos corrupto de América Latina, aunque descendió un puesto y se posicionó en el 27° lugar a nivel mundial, entre 183 países medidos por un ranking de la ONG Transparencia Internacional (TI), publicado ayer.
De acuerdo al 26° Índice de Percepción de Corrupción (CPI), Chile mantuvo los 67 puntos que obtuvo en 2017 -sobre un máximo de 100-, pero cayó de la posición 26 a la 27, lo que es una baja total de 6 puestos en los últimos cuatro años.
Para el director ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht, la caída sostenida se debe sobre todo a la corrupción en Carabineros y las Fuerzas Armadas, y el financiamiento ilegal de la política.
"Desde 2014 se ve este shock que hemos vivido, de reconocer que en ciertos estamentos discrecionales que aún existen en el país había una corrupción mucho más importante. El caso de Carabineros es uno muy paradigmático y hemos visto cómo eso ha golpeado su confianza", comentó.
Añadió que "lo que se está investigando en general no es nuevo, en el caso de Carabineros es de hace diez años (...) También el financiamiento ilegal de la política viene de largo tiempo".
"No podemos ser tajantes en decir que hay menos corrupción, pero sí bastante enfáticos en que hoy la conocemos mejor", reflexionó Precht.
El Gobierno, en tanto, reaccionó a través de su ministra Vocera, Cecilia Pérez: "No somos un país corrupto, al contrario, hemos avanzado entre todos los poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para ir perfeccionando nuestro sistema institucional, buscando mayor transparencia, que es lo que hoy exige la ciudadanía".
Mejores y peores
El informe considera a Somalia, Siria y Sudán del Sur como los peor calificados del mundo, respectivamente. Dinamarca y Nueva Zelanda ocupan el primer y segundo lugar como los más transparentes.
En Latinoamérica, el líder es Uruguay (puesto 23), seguido de Chile (27) y Costa Rica (48). Por su parte, Venezuela (168), Nicaragua (152) y Guatemala (144) son los peores.
Para mejorar la lucha contra la corrupción y reforzar la democracia, TI recomienda a los gobiernos "fortalecer las instituciones" responsables de controlar al poder político, aplicar las leyes sobre delitos económicos, promover el activismo ciudadano y apoyar a los medios "libres e independientes".