La generación de confianza y la gestación de un plan común y conocido, cambiar nuestro estado de ánimo aparecen como algunos de los desafíos elementales de nuestro territorio. Si no conseguimos aquello, difícilmente podremos solucionar los problemas que hoy nos aquejan y avanzar sobre los desafíos que vienen.
Hasta ahora Antofagasta ha tenido un éxito bastante notable, lo que se explica por el desarrollo de la minería, pero poco o nada por las más recientes administraciones comunales y regionales que están al debe en todo orden. Carecemos de un plan estructural y eso es responsabilidad, en especial, de quienes tienen un liderazgo y deben ejercerlo.
Pero tal característica debe ser colectiva y pensada para generar bien común, el liderazgo que hace falta en Antofagasta debe estar ligado al relacionamiento con los otros, tanto como con los éxitos individuales.
En efecto, en la ciudad y región tenemos casos de emprendedores, comerciantes y empresarios que han hecho fortunas relevantes. Bien por ellos, son necesarios, pero cuánto compromiso tienen y cuánto trabajo desarrollan, no para beneficio personal, sino para la comuna y región.
Los casos, lamentablemente, son muy pocos y los avances individuales no son suficientes para el desarrollo colectivo; son necesarios, pero no alcanzan si no ayudan a la generación de un espíritu de cuerpo de una identidad que hoy está diluida y que es demasiado relevante, pues sin esto no hay un aceite que ayude a minimizar las fricciones propias de la vida en sociedad, pero que, mucho más, facilite e imprima el deseo de pertenencia y compromiso con el otro que también vive aquí, pero respetando y comprendiendo al sujeto social, que es un fenómeno propio de la modernidad.
Por eso quienes ostentan alguna posición interesante deben tener un comportamiento que sea ejemplar, a fin de enfrentar la crisis de identidad, tan propia de la modernidad, que tiene nuestra Antofagasta.
Por estas razones urge más que nunca entender que las crisis que tiene la ciudad y región, en imagen pública, en la educación, en la salud, seguirán empeorando si no se enfrentan. Depende de todos nosotros, pero en especial mucho más de algunos.