Pese a que estaba erradicada en Chile desde 1992, durante los últimos meses se han presentado varios casos de sarampión, importados por viajeros de países como Venezuela y Perú. Las autoridades de Salud han recordado los síntomas de esta enfermedad de transmisión por contacto, luego que se detectaran estas situaciones.
El sarampión se transmite por secreciones de la vía respiratoria que se diseminan por el aire al toser, reír o estornudar. Los síntomas son fiebre sobre 38 grados, manchas rojas en la piel, tos y conjuntivitis. Las complicaciones en pacientes pueden ser una importante disminución de la inmunidad, otitis, neumonía, convulsiones, encefalitis e incluso la muerte.
El Instituto de Salud Pública (ISP) informó que hasta el 4 de enero de 2019, a nivel nacional hay 23 casos confirmados.
Es necesario preguntarse por qué reaparece el sarampión, considerando que el último brote en Chile fue en 1988, y erradicada de manera completa en 1992, mientras que quedó eliminada de Latinoamérica en 2002. Los especialistas indican que la aparición del movimiento anti vacuna, que se basa en la teoría no comprobada de que las vacunas, al contener timerosal o etilmercurio utilizado como preservante, desarrollan trastornos autistas, generaron temor en las familias y retiraron a sus hijos de todo el sistema de inmunización que mantiene el Estado de Chile en forma gratuita, no sólo de la tres vírica sino de otras, como la antiinfluenza. En consecuencia, comenzaron a reaparecer enfermedades que ya estaban erradicadas.
Como ya se explicó, la enfermedad es altamente contagiosa y puede ser fatal o causar pérdida de audición y desórdenes mentales en los niños, y a menudo anticipa otras infecciones, como la difteria, en poblaciones con bajos índices de vacunación.
Lo cierto es que la única manera de volver a erradicar la enfermedad es vacunar a todos los niños, un asunto que tiene que ver con romper los miedos que ciertos grupos están instalando en la población y que, establecidos como verdad, pueden causar un enorme daño a todos.