El ruido puede enfermar. Bien lo saben los vecinos de Playa Blanca. Durante años han sufrido con el ruido de los locales nocturnos que rodean su barrio. Desde las terrazas, paradójicamente construidas por motivos sanitarios (que los no fumadores no inhalen el humo de los fumadores), la música y las risas se cuelan hasta los dormitorios de los departamentos... toda la noche, todos los días.

Aquí chocan dos derechos: el de los dueños de pubs de tener un negocio legítimo y que cumple con la normativa, y el de los vecinos de vivir en un ambiente libre de contaminación. Pero hay una conocida frase que resuelve este conflicto: "La libertad de una persona termina donde comienza la de otra".

En este caso es absolutamente claro que son los dueños de pubs los que están transgrediendo el derecho, consagrado en la Constitución chilena, de vivir en un ambiente libre de contaminación a sus vecinos. Ese mismo artículo dice que: "Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado".

Luchar contra el ruido tiene varias complejidades. Es una contaminación invisible, muy difícil de controlar. Tan difícil que hasta el día de hoy las entidades gubernamentales a cargo no han efectuado mediciones, a pesar de que hace un tiempo el municipio anunció que adquirió un sonómetro. La última información al respecto, enviada por el municipio, da cuenta de que personal se está especializando en la utilización de este aparato.

Pero hay algunas acciones que dan cuenta de que, por lo menos, las autoridades comenzaron a preocuparse, gracias a que vecinos se han organizado para denunciar el ruido, como lo hizo la comunidad de Playa Blanca.

El concejo municipal reaccionó y anunció que desde el próximo año las denuncias por ruidos molestos serán parte del análisis previo a la renovación de patentes, esto gracias a una actualización de la ordenanza municipal.

Eso sí, cabe señalar que actualmente hay una ordenanza municipal que rige desde 2009 y que se aplicaría "especialmente a restaurantes, fuentes de soda y salas de juegos electrónicos". Al leerla, no es una mala ordenanza. El problema es que es letra muerta.

En Santiago la Sociedad de Fomento Fabril somete a la consideración del gobierno, un proyecto destinado a fomentar la educación de los artesanos y de las clases trabajadoras.

La iniciativa propone que el Estado fomente y subvencione el aprendizaje industrial en las mismas fábricas del país.

Apolo 8 inició el

regreso a la Tierra

Los tres astronautas norteamericanos de la nave Apolo 8 atravesaron la barrera cósmica en que confluyen las esferas de gravedad terrestre y lunar y tras su vertiginosa exploración al satélite natural iniciaron su regreso a la Tierra. Los astronautas hicieron un muy exitoso viaje que servirá para futuros planes.

En Chile, el régimen de contratación de los trabajadores portuarios está en los artículos 133° al 145° del Código del Trabajo. Actualmente, las leyes citadas y varios reglamentos laborales definen diversos regímenes de trabajo a los que deben atenerse las empresas del sector. Si en el futuro éstos fueran cambiados, las empresas deberán ajustar sus condiciones a la nueva realidad.

Al igual que en buena parte de los puertos del mundo, en Chile coexisten dos regímenes laborales: trabajadores permanentes (contrato indefinido o a plazo fijo) y trabajadores eventuales. Estos últimos se dan bajo dos sistemas: eventuales con Contrato de Provisión de Puestos de Trabajo (CPPT) y eventuales sin convenio. En el primero se establecen condiciones negociadas con los sindicatos, incluyendo en el convenio el pago de un mínimo de turnos garantizado, independiente de que se realicen. En el segundo caso, los trabajadores son requeridos en función de la estacionalidad de la recalada de naves. En todos los casos, el empleador paga las cotizaciones, bonos por colación, movilización, un aporte para contingencias y los aguinaldos que correspondan.

Según datos recogidos por la Cámara Marítima y Portuaria, el 95% de todos los trabajadores portuarios tiene AFP, un 1% tiene INP y del 4% restante no se cuenta con información. Respecto de los sistemas de salud, más del 17% tiene Isapre y el resto cotiza en Fonasa, en sus diversas modalidades. En cuanto a su formación, más del 90% tiene educación media completa o superior, con niveles de calificación acordes con las funciones que se les encomiendan. En términos de renta, el 54% de los trabajadores portuarios recibe una renta mensual de $650.000 hacia arriba (hasta $ 1.250.000 en el 18% de los casos). Si consideramos el tramo de $350.000 hacia arriba, el 84% de los trabajadores se ubica en este grupo. Este cálculo incluye tanto los trabajadores permanentes como los eventuales.

En el caso de un trabajador eventual, si éste realiza 20 turnos al mes (equivalente a una jornada de trabajo similar a la mayor parte de los chilenos empleados), recibe un ingreso mensual de aproximadamente $700.000. Un trabajador que hace 10 turnos al mes (equivalente a una media jornada laboral normal) tiene un ingreso aproximado de $350.000 mensual.

Es legítimo y necesario negociar y discutir condiciones laborales y de remuneraciones en todos los casos señalados: se ha hecho y se hace en forma bastante sistemática entre empresas y sindicatos (el 88% de los trabajadores portuarios está sindicalizado). Sin embargo, ninguna de esas discusiones puede desarrollarse en un ambiente de violencia, bloqueo de puertos y de amenaza para quienes quieren laborar.

Daniel Fernández K.

Presidente Cámara Marítima y Portuaria de Chile