Cristian Castro Orozco
Fue en una tarde de julio de 1952 que una antofagastina embarazada de mellizos, al sentir contracciones de parto, fue derivada hasta el Hospital El Salvador, principal centro asistencial de la macrozona y el único que contaba en aquella época con una sala de maternidad.
El parto fue prematuro, por lo que los cuerpos de los mellizos (al no existir incubadoras neonatales modernas) fueron envueltos en algodón. Una vez puestos en la cuna, se les rodeó con botellas llenas de agua caliente para mantener la temperatura.
Paradójicamente uno de los mellizos siguió el camino de la medicina en su adultez, siendo en la actualidad el reconocido doctor Pedro Ziede.
Aniversario
Estas fueron algunas de las prácticas que a diario se realizaban en la sala de maternidad Ismael Larraín Mancheño del Hospital El Salvador, el cual estuvo en funcionamiento hasta las postrimerías de los 60's.
Una vez inaugurado el Hospital El Salvador (ver recuadro), fue el médico Ismael Larraín Mancheño quien gestionó y realizó las campañas para dotar a la unidad asistencial de un pabellón exclusivo para uso de las embarazadas. Las obras comenzaron en 1917 y terminaron a fines de 1918.
Pero desde su funcionamiento y hasta que la unidad es trasladada al recinto que ahora ocupa el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, el cuidado de las pacientes estaba a cargo de monjas.
Así lo recuerda la matrona y exacadémica de esa carrera de la Universidad de Antofagasta, Edith Reyes, quien fue de la generación de las primeras profesionales que comenzaron a hacer su práctica en el área de maternidad del exhospital El Salvador.
"Hice mi práctica profesional justo en 1966, antes que se realizara el recambio de las instalaciones del exhospital hasta el edificio colindante que es el Dr. Leonardo Guzmán que estaba en avenida Argentina. Tengo en mi imagen la clara panorámica de cómo lucían las salas de maternidad. Eran largos pasillos de pisos lustrosos de madera. A ambos costados, las camillas de las pacientes, una al lado de la otra. Muy nostálgico", recuerda.
atención
Para el Dr. Aliro Bolados, quien también es el presidente del Colegio Médico, la impronta de las monjas era de ser diligentes en el trato, debido a que la comunidad identificaba al recinto asistencial con la figura de Dios.
"Pasaba algo muy curioso. La construcción del Hospital El Salvador no solo fue gestionada por un religioso (Mons. Luis Silva Lezaeta), sino que cuando entrabas por el único acceso que había, que es el famoso pórtico que aún se mantiene en pie en av. Argentina, con lo primero que te encontrabas en ese tiempo, y aún hoy, era con la imagen de Cristo, quien aparecía recibiéndote con los brazos abiertos. Por eso las religiosas se encargaban de dar una muy buena atención a los usuarios", relata Bolados.
Otra de las funcionarias que llegó a trabajar al interior de la antigua sala de maternidad Ismael Larraín Mancheño del exhospital El Salvador fue Haydee Iturra, quien cuenta que una de las cosas que les llamó la atención era la imponencia de las salas.
"Para mi una de las cosas relevantes eran las salas de maternidad, que eran verdaderos galpones con más de 30 camas por lado. Cuando realicé mi práctica en el lugar, los partos se atendían en la misma cama de la paciente, a la cual se le ponía un levantapelvis, unos paños por debajo para el fluido corporal y una se ponía a un costado de la camilla para dirigir el trabajo de parto. En ese tiempo los partos se sucedían con frecuencia dado a que las mujeres solían tener de cinco a más niños", explica.
Salas con santos
El Dr. Pedro Ziede recuerda que solía jugar por las inmediaciones de la sala de maternidad dado a que su padre, el doctor Edmundo Ziede, también trabajaba en el exhospital El Salvador, pero en el área de urología.
"Ahora en las salas de los hospitales te disponen hasta unos tres pacientes. Antes no, todos iban en la misma sala. Los pisos eran de madera y se asemeja mucho a los hospitales de campaña que ponían para los soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Lo otro que recuerdo es que estas salas no estaba numeradas, sino que llevaban nombres de santos, como por ejemplo sala San José o sala Santa María, por darte algunos ejemplos", dijo.
Además, recordó que "las monjas se preocupaban del cuidado de los enfermos. Ellas no eran profesionales, pero tenían la experiencia y la iban transmitiendo de boca en boca, incluso con las primeras profesionales que entraron al lugar".
Con motivo del centenario de la unidad, durante esta semana se realizó una ceremonia al interior del auditorio Mecesup del área clínica de la Universidad de Antofagasta (donde antes se hallaba el área de maternidad) para conmemorar la efemérides.
En la actividad, organizada por el Consejo Regional Antofagasta del Colegio de Matrones y Matronas de Chile, se descubrió una placa conmemorativa que hace alusión a la extinta área de maternidad.
El arquitecto e investigador Claudio Galeno, cuenta que el Hospital El Salvador fue construido a partir de 1906 y fue inaugurado parcialmente en 1913. Su estilo era de un historicismo neoclásico. "Estaba proyectado para 300 enfermos. Fue proyectado entre el obispo Luis Silva Lezaeta y el ingeniero Luis Jacob, quien trabajaba para la Dirección de Obras Públicas en Antofagasta. Para su diseño el obispo visitó otros hospitales importantes como los de Valparaíso y Santiago, y el 2 de Mayo de Lima. Recogió los principales adelantos en cuanto diseño de hospitales, lo cual era el sistema de ordenamiento en base a pabellones aislados. El lugar elegido fue porque era una ladera que tenía buena ventilación, y estaba conectado al ferrocarril que pasaba por Av. Argentina aún por esos años. En 1913 aún no estaba terminado, y siguió siendo construido hasta 1927. Lo administraban las religiosas de la congregación Figlie di Sant'Anna. Iba a tener una capilla en el centro del patio, detrás del pórtico de entrada, proyectado por el arquitecto Homero Castro Nordenflycht. Fue el conjunto hospitalario más avanzado en el norte de Chile, y seguía los patrones internacionales de los avances de la arquitectura hospitalaria. Además refleja la labor social de Silva Lezaeta y las inversiones estatales realizadas en Antofagasta en torno al Centenario de Chile". En la imagen aparece el ala norte del hospital Salvador, que correspondía al área de maternidad.