Padre de Lorena en el juicio: "Él quebró a nuestra familia"
FEMICIDIO. Homicidio ocurrió en abril de 2017 en clínica oftalmológica.
Con la declaración de su exsuegro y padre de la víctima, continuó el segundo día de juicio oral por el delito de femicidio que se sigue en contra José Rojas Escobar, el óptico contactólogo, que en abril del año pasado dio muerte a quien fuera su esposa, Lorena Carrasco Aguilera.
El crimen ocurrió al interior de una clínica oftalmológica ubicada en calle Condell y la muerte de la joven madre de produjo en el contexto de una discusión en el curso de la cual el acusado la tomó del cuello y la asfixió. Dejó el cuerpo oculto en el lugar y solo fue encontrado al día siguiente.
La Fiscalía está solicitando la aplicación de la pena de presidio perpetuo calificado, mientras que la defensa sostiene que José Rojas actuó bajo un estado de "arrebato y obcecación". No controvirtieron ni el delito ni la participación del imputado, destacando como circunstancia atenuante que a su representado le asiste la irreprochable conducta anterior.
Al subir al estrado el padre de la víctima no pudo contener las lágrimas al recordar la pérdida de su única hija y el difícil proceso por el que atraviesan como familia, especialmente porque debieron asumir los cuidados personales de los dos hijos de la pareja, que actualmente tiene 3 y 8 años.
En parte de su intervención aseguró que lo ocurrido "quebró a la familia porque sus nietos perdieron a ambos padres". Dio pormenores de las primeras horas de la desaparición de Lorena, luego que saliera en dirección al centro de la ciudad para asistir a una mediación, ya que estaba en proceso de separación.
Recordó las conversaciones con su hija, que le confesó en varias ocasiones que sentía miedo de José porque éste la observaba cuando ella estaba durmiendo y lo sorprendía mirándola a los pies de la cama. Ella sentía que él la vigilaba en todo momento.
"Como lo vamos a explicar a nuestros nietos que fue su propio padre quien le arrebató la vida a Lorena", dijo.
Además relató que antes del crimen y cuando su hija abandonó el domicilio familiar para irse a la casa de ellos, ocurrieron varias situaciones que calificó como "extrañas".
En el juicio intervino además el empleador que tuvo el acusado, que describió cómo era su conducta durante el año en que prestó servicios en la clínica. El juicio sigue hoy.