Secciones

Carpe Diem

"Se ha reproducido, equivocadamente la idea de que Carpe Diem es vivir la vida de modo loco y desenfadado".
E-mail Compartir

En la Oda 11, Libro 1 de Horacio, encontramos este poema de sólo ocho versos, donde la voz poética masculina dedica a esta mujer, Leucónoe (que algún autor interpreta como "la de mente lúcida") una sutil insinuación amorosa : "No te preguntes (sería un sacrilegio saberlo) qué fin/ nos tienen preparado a ti y a mí los dioses, Leucónoe;/ni consultes las tablas babilónicas./Lo mejor será soportar lo que venga. /Tanto si Júpiter nos ha concedido todavía muchos inviernos/como si éste que ahora azota las rocas porosas del mar Tirreno/es el último de nuestra vida, sé sabia, disfruta de tus vinos/ y no tengas una larga esperanza./Mientras estamos hablando se está escapando envidioso nuestro tiempo./Aprovecha el presente y confía lo mínimo en el porvenir" , donde "Aprovecha el presente" es el "Carpe Diem", no traducido literalmente, pero tiene el sentido de "coger" de "atrapar" el "día".

Convertido en tópico poético, el "Carpe Diem" tuvo una larga tradición en el desarrollo de la poesía. En este sentido, el Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega dice "Coged de vuestra alegre primavera/el dulce fruto, antes que el tiempo airado/ cubra de nieve la hermosa cumbre." En la misma idea de que pronto todo va a perecer, se marchitará y la importancia vital de aprehender el presente.

Carpe Diem es un lugar que nos invita a atrapar el día, a no pensar en el futuro. No apunta a la felicidad ni a la alegría, más bien se halla unido al memento mori, otro tópico que nos recuerda que vamos a morir. No tiene características hedonistas, ni se vincula al epicureísmo, sino que tiene el sentido de no mirar el futuro, confiar lo mínimo en el porvenir y agarrar el día con todo lo que tiene, con lo bueno, con lo malo, con las alegrías y las pasiones tristes.

Se ha reproducido, equivocadamente la idea de que Carpe Diem es vivir la vida de modo loco y desenfadado, vinculados a la alegría y el optimismo. Esta idea se multiplica en escaparates, poleras, artículos promocionales, bares y slogan. La felicidad, la alegría y el optimismo son considerados valores o estados del alma que son usados en discursos con fines productivos, al menos en ciertas zonas, tomando como ejemplo el preámbulo de la Constitución de Estados Unidos, donde la búsqueda de la felicidad es uno de los valores.

Existen unos versos de Píndaro que reafirman la vocación trascendente que nos regala la literatura, "No aspires, Alma mía a la inmortalidad/ pero agota el espacio de lo posible". En síntesis lo que viene a decir es que aceptemos lo que venga y como la vida es breve, disfrutemos ahora lo que podemos.

Alegría es distinto de atrapar el día sin pensar en el mañana. felicidad puede ser Punta Itata o cualquier balneario de nuestra costa, tomando el sol en la playa; seamos alegres y felices, pero vivamos intensamente en el presente y no estemos tan pendientes de otras coordenadas temporales acerca de las que no podemos prever que va a suceder. Carpe Diem.

Marcela Mercado

Gestora cultural

Conflicto en La Araucanía

Muchas cosas están muy mal, como la violencia evidente que hay en esa zona, pero también que un grupo de Carabineros lleve por nombre "Comando jungla". La Región de La Araucanía es la más pobre de Chile y lamentablemente continuará encabezando este triste ranking por largo tiempo, toda vez que la inversión ejecutada es igual a cero por largo tiempo.
E-mail Compartir

La muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, hecho ocurrido durante un operativo de Carabineros en Ercilla, Región de La Araucanía, desató una ola de violencia en distintos puntos del país y solo confirma el enorme impacto que tiene el mal denominado "conflicto mapuche", en casi todo Chile.

El deceso del joven es muy lamentable, debe investigarse a fondo, no es aconsejable adelantar juicios, pero claramente, no es la forma que los compatriotas esperan que sea llevado el diálogo con este pueblo originario.

Distintas encuestas así lo demuestran. La etnia ha ganado en empatía para con el resto de la sociedad.

Lo que es inaceptable es que las protestas terminen en escenas de caos y descontrol. Hubo quema de microbuses, un hotel y numerosos bienes públicos y privados; eso nada tiene que ver con las demandas.

Lo malo es que estos hechos terminan por tapar los verdaderos problemas que tiene el pueblo mapuche: mayor pobreza, desempleo, educación, falta de oportunidades que el resto de la población.

Lo complejo es que este conflicto está reduciendo las posibilidades de toda la población. La Región de La Araucanía es la más pobre de Chile y está lejos de salir desde esa posición, toda vez que está en el fondo de la inversión privada.

Quienes conocen la zona saben que solo las fuertes inyecciones de recursos públicos mantienen esa zona con cierto dinamismo y eso explica también el "Plan Araucanía" que pretende desarrollar el gobierno. Sin embargo, el problema ha sido muy mal llevado por sucesivas administraciones que siguen observando el tema como un asunto policial y de seguridad y no como lo que es: un problema con un evidente fondo político.

La izquierda y la derecha no han leído bien el fenómeno y solo eso puede explicar la serie de fracasos y violencia que desata cada hecho de gravedad.

Un ejemplo de lo anterior es el nombre del grupo de carabineros que opera en esa zona: "Comando jungla".... ¿Pensará alguien que acaso esto es Vietnam?

El asunto debe tomarse en serio, porque el daño al país de una magnitud inimaginable.

El rey va desnudo

"Cuando este sistema de capitalización tuvo que demostrar sus logros aparecieron las pensiones paupérrimas".
E-mail Compartir

Lleva por título el cuento escrito por el danés Hans Christian Andersen, cuya metáfora central gira en torno a situaciones en la que una amplia, y usualmente despojada de poder, mayoría de observadores decide de común acuerdo compartir una ignorancia colectiva de un hecho obvio aun cuando individualmente reconozcan lo absurdo de la situación.

Algo parecido nos ocurre en nuestra sociedad cuando discutimos sobre los sistemas de salud y de previsión permitiendo que instrumentos, AFP e Isapres, sean considerados sistemas cuando en realidad, con suerte, son herramientas que pueden participar en el conjunto de un sistema, pero no lo constituyen en su totalidad.

Así una empresa que administra fondos de capitalización individual y que vende asociado un seguro de sobrevivencia no es el sistema de previsión del país. A estas, sin embargo, se le permitió acumular recursos de los trabajadores y con ello ser parte muy importante del sistema financiero, tanto que poseen directores en las empresas más importantes del país, y por este hecho nos cobran comisiones importantes que se traducen en ingresos millonarios para ellos. Cuando este sistema de capitalización tuvo que demostrar sus logros aparecieron las pensiones paupérrimas que todos conocemos. El Estado debió intervenir y financiar con nuestros impuestos las pensiones solidarias mientras tanto los dueños de la AFP se hicieron cargo de todas las utilidades, y lo siguen haciendo, el Estado se hace cargo de todos los déficits. Negocio redondo.

En el ámbito de las Isapres, que en rigor son estrictamente compañías de seguros de salud, el tema es igual o peor, ellos operan en la lógica de compañías que compran, aceptan, determinados riesgos y cuando no les conviene sencillamente no lo hacen y allí se es que surgen las preexistencias ,que son como los autos chocados, las tasas diferenciadas para conductores muy arriesgados- léase mujeres en edad fértil-, o como los autos muy viejos que ya ni siquiera aseguran. Sus precios se manejan por tasas de siniestralidad y eso explica las ganancias exorbitantes de utilidad de esta industria. Aun así, no les basta y siguiendo con el símil ellos son dueños además de los talleres de reparación de siniestros, léase clínicas y laboratorios. Negocio redondo.

Así el negocio va desnudo, pero nosotros hemos aceptado vestirlo como sistemas de salud y previsión cubriéndolos con el prestigio de la eventual solidaridad que un sistema real implica. Un sistema que apunta a la dignidad y los derechos de las personas. Los costos de que vaya desnudo, amparado por el superintendente de pensiones Osvaldo Macías, los termina pagando el estado con los recursos que todos nosotros aportamos, vía impuestos, para que algunos, en pelotas, continúen lucrando a destajo.

César Trabucco

Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta