"Nos ha entrado un virus que hace que desconfiemos de todos"
Chile no puede convertirse en un país bananero, porque, para empezar, no tenemos bananas, bromea el fiscal regional Alberto Ayala Gutiérrez.
El jefe del Ministerio Público no oculta su preocupación por los altos y crecientes niveles de desconfianza ciudadana en las personas e instituciones del país. En su opinión, la cuestión esconde el grave riesgo de caer en la tentación de aventuras populistas, tal cual está sucediendo en otras naciones.
Ayala enfatiza que sus comentarios son desde "la ciencia política", por cuanto su cargo "prohíbe juicios políticos contingentes". Sin embargo es enfático en su mensaje: "Creo en la transversalidad. Este país no le pertenece a un grupo de personas o a un determinado partido u orientación. Este país nos pertenece a todos los chilenos que día a día nos levantamos para trabajar, no solo empujados desde el punto de vista individual, sino colectivo", apuntó.
¿Cómo es esto que la sociedad chilena está enferma? Es un juicio bien duro.
- Sí, la verdad es que yo creo en mi país, creo en las instituciones, en la democracia, creo que todas las personas, cualquiera sea su orientación, quieren la paz social en Chile, pero también, cuando digo que estamos en una sociedad enferma es que nos ha entrado, y de lo cual somos todos culpables, un virus que hace que desconfiemos de todos y de todas las instituciones y eso le hace muy mal a un país.
Y no tiene mayor fundamento, porque si bien han existido actos de corrupción en distintas instituciones de nuestro país, esa es la excepción. Basta conocer lo que es la realidad internacional, el sistema comparado, para concluir de que si bien estos actos son sancionables y condenables, son la excepción.
Somos un país con instituciones, que no solo son importantes, sino que históricamente han actuado correctamente desde el punto de vista de probidad, con buenas o malas decisiones, pero dentro de la legalidad vigente.
En consecuencia, hemos descubierto que en todos los estamentos hay situaciones anómalas, algunas de ellas eventualmente constitutivas de delito, pero eso no significa que nos transforme a todos en seres corruptos, ni que las instituciones sean corruptas, ni que la corrupción sea un tema generalizado en el país.
Falta de liderazgo
Ayala es abogado de la Universidad de Chile y fue el primer fiscal regional de Antofagasta, en el génesis de la reforma procesal penal. Posteriormente dirigió las fiscalías de la Región de Los Lagos y Metropolitana Oriente. La semana pasada participó de un seminario junto a expositores del Poder Judicial y la Defensoría, donde abordó el asunto.
En la ocasión, insistió que "hay que defender las instituciones republicanas".
¿Qué explica esta percepción?
- Falta liderazgo en el país, falta en todos los estamentos gente que lidere las instituciones y logre recomponer las confianzas. Y en eso, todos los que estamos en cargos públicos tenemos responsabilidad y principalmente los medios de comunicación social en la forma que no solo informan, sino que también perciban la consecuencia de cómo están informando.
Lo que parece más complejo es que es la clase política no está liderando estos temas.
- Por eso la clase política tiene una responsabilidad muy grande. Yo creo en los partidos políticos y es hora de que se sienten a conversar todos, dejando de lado intereses particulares muy legítimos para empezar a pensar en Chile, en qué queremos construir.
No podemos transformarnos en un país bananero. Lo peor que le puede pasar a nuestro país es caer en el populismo. El populismo tiene consecuencias desastrosas en materia de democracia, desarrollo, de todo. En consecuencia tenemos que hacer un estudio, un aro en el camino y preguntarnos qué nos ha estado pasando y cuán responsables somos cada uno en que esto haya ido en crecimiento.
¿Es tan real el riesgo que advierte del populismo?
- Es real si no somos capaces de sentarnos a conversar claramente qué tipo de sociedad es la que queremos construir.
Esto, claramente, lo tiene que liderar la clase política.
- Por supuesto, pero no solo la clase política. ¡Nosotros somos quienes elegimos a los políticos! En consecuencia, cuando vamos a votar por un determinado candidato, tenemos que preguntarles claramente. Tenemos que dejar de votar por personas y tenemos que votar por programas políticos.
Enfatizó bastante en la necesidad que el país se siente a conversar respecto del futuro que quiere construir.
- Así es. Pero confío. La mayoría de los chilenos y de la clase política es gente muy bien intencionada, de composiciones diferentes, muy legítimas, pero todos quieren construir un Chile mejor. No me cabe la menor duda de que nadie está de acuerdo con lo que ha sucedido, lo que no significa necesariamente que los hechos hayan sido constitutivos de delito, pero hay cosas o malas prácticas que tenemos que sacar para pensar en el Chile del futuro.
Este "derrumbe" tiene que ver con casos bien concretos. El financiamiento irregular de la política, el abuso sexual de menores en la Iglesia.
- Claro, todos estos casos. Pero tenemos que pensar de que hay un principio de inocencia y no podemos hacer imputaciones en ese sentido, pero que claramente afectan el alma de nuestra nación.
"Falta liderazgo en el país, falta en todos los estamentos gente que lidere las instituciones y logre recomponer las confianzas"."