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Cada vez son más los espacios urbanos vacíos que están siendo recuperados por la misma comunidad, a través de la plantación de especies arbóreas y la autoconstrucción de equipamiento, iniciativa que nace de los propios vecinos organizados y que han solicitado la colaboración de autoridades y privados para avanzar en el mejoramiento de la ciudad.

Un ejemplo de esto es la plaza comunitaria de la población Cardenal Silva Henríquez II etapa, ubicada en la calle Vladimir Saavedra, en el sector alto de La Chimba.

"Para ejecutar esta iniciativa nos organizamos y postulamos a un proyecto municipal denominado Antofagasta Verde, logrando concretar una plaza ecológica con material reciclado, utilizando palet y neumáticos. También recibimos una capacitación por parte de Conaf respecto a los árboles que se dan en la zona", explicó Hilda Rojas, vecina y presidenta del centro de madres Las Dalias.

La dirigente adelantó que las aspiraciones que tienen como organización funcional, es recuperar el sitio que está entre la plaza ecológica (calle Vladimir Saavedra) y un sector de áreas verdes consolidado en calle Mamalluca, para construir un mirador urbano.

Otra vecina que también participó en los inicios del nuevo espacio de áreas verdes es Angélica Celis, quien relató que tras organizarse recibieron mucha ayuda.

"Un vecino colocó la retroexcavadora y ensanchó el espacio, también un grupo de amigos, que ubicamos por las redes sociales, nos prestó ayuda, logrando cambiar esto que era un basural", aseveró la vecina del sector.

Celis destacó que es muy bueno que la gente colabore y no espere que las autoridades hagan todo. "Nos esforzamos para que esto se conserve y nos costó mucho que las personas encargadas del paisajismo de la ciudad, regaran la nuevas especies plantadas, lo que actualmente sí sucede".

Sector sur

Mirna Valencia es la presidenta de la junta de vecinos Vientos del Sur del sector Coviefi, y también manifestó que poseen este tipo de iniciativas en su barrio y que han creado cinco plazas vecinales para transformar los terrenos eriazos.

"Es loable y digno de aplausos que los vecinos en forma voluntaria y con iniciativa propia se pongan a colocar arbolitos, ya que esto involucra esfuerzo personal y económico", enfatizó la dirigente, quien destacó que es mucho más agradable ver un espacio con verde que pura tierra.

"Estamos en déficit de áreas verdes según la exigencia internacional, entonces si a algún vecino se le ocurre poner una plantita afuera de su casa, hay que aplaudirlo porque es un esfuerzo más para generar bienestar y calidad de vida al entorno", puntualizó la presidenta de Vientos del Sur.

Según la dirigenta, la única situación que resta por resolver es el tema del riego, donde intentan que el municipio los ayude. "La solicitud está hecha pero falta que se concrete. Esto es cuestión de lógica, si el vecino se está organizando y por sus propios medios está creando áreas verdes, deberíamos contar con un apoyo para que fructifique, más si son de la tercera edad", sostuvo.

Aporte de Privados

Un actor clave para la comunidad es la empresa del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB), que ha sido criticada por el estado de la línea en varios puntos de la ciudad. Por lo mismo, desde el año pasado la firma ha trabajado con vecinos para mejorar algunos sectores que bordean la línea del tren y que son constantemente limpiados por la proliferación de microbasurales.

La empresa creó un programa de arborización en el sector ferroviario, según informó el encargado de comunidades de la zona costa, Paulo Delgado.

"En varios sectores de Antofagasta hemos encontrado que hay mucha basura. Pero no pasa solo por limpiar, sino por no ensuciar. Y para mejorar, hemos establecido alianzas con los vecinos que viven cerca del tren para comprometerlos. Desde que iniciamos, hemos plantado 5 mil árboles, en el norte, centro y sur, respondiendo a la necesidades de los propios vecinos", aseguró Delgado, quien informó que de los 20,5 kilómetros de faja férrea que cruza la ciudad, ya han logrado arborizar casi cuatro".

La compañía ferroviaria invitó a la comunidad que vive cerca del paso del tren y que quiera mejorar su entorno, a que escriban sus solicitudes al correo paulo.delgado@fcab.cl.

Garita Houston

Otro ejemplo de recuperación de un sector baldío por parte de un privado, pero a menor escala, es el caso de la empresa de transportes Garita Houston, ubicada en calle Loa con Vallenar, sector cercano al nuevo Hospital Regional, quienes intervinieron un sitio que constantemente presentaba acumulación de basura y escombros.

"Con puros materiales reciclados, los trabajadores y vecinos empezamos a construir y a plantar", narró Elena Rojo, jefa administrativa de la empresa transportista y gestora de la iniciativa, quien agregó que se acercaron a la municipalidad para pedir ayuda, obteniendo cuatro máquinas de ejercicios para el emergente espacio público.

Autorizaciones

El Secretario Comunal de Planificación de la Municipalidad de Antofagasta, Dante Novoa, explicó que para poder ejecutar una iniciativa de estas características, primero se deben realizar las consultas al municipio para saber quien es el dueño del sitio y cual es su uso. "Si fuera un terreno que corresponde a un bien nacional de uso público, afectado como área verde, no hay inconveniente de que los vecinos planten. En el caso que el retazo correspondiera a Bienes Nacionales, la única alternativa es que el municipio realice una solicitud formal para una concesión, y una vez obtenida podríamos autorizar a que la comunidad intervenga".

sitios eriazos de la ciudad

En la intersección de las calles Prat con Manuel Rodríguez, se puede apreciar esta intervención que considera la recuperación del espacio vacío a través de la colocación de árboles y plantas, más la ejecución de obras artísticas esculturales realizadas con materiales reciclados.

En la calles Pedro Gamboni con Navidad, en la población Gran Vía . se mantiene en muy buenas condiciones esta plaza que fue consolidada hace muchos años por los vecinos, apreciándose el positivo crecimiento de los árboles y de la vegetación. Quienes viven en el sector, cuentan que el sitio no tenía uso y que ante el riesgo que se convirtiera en un basural, decidieron aprovecharlo. Así comenzaron a plantar árboles y hacerse cargo del regadío. Hoy el espacio recibe mantenimiento municipal y está reconocido como área verde.