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Celebremos los 150 años de Antofagasta

"Antofagasta hoy es muy distinta a lo que fue ese asentamiento minero y puerto de desembarque".
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Antofagasta es una comuna joven pero con una riqueza histórica que hoy nos invita a conocerla, en momentos en que estamos próximos a celebrar los 150 años desde su fundación aquel 22 de octubre de 1868. El arraigo y la identidad de un pueblo, parte por conocer su historia. El legado de sus primeros hombres, de sus héroes y por reconocer sus raíces, por eso es que con este festejo queremos iniciar una nueva relación con la comuna, una en la que seamos capaces de respetarla, reconocerla y protegerla, que inspire orgullo y ganas de vivirla.

Esta es la primera vez que en nuestra comuna se da la relevancia que merece a esta desconocida pero importante fecha, con la intención de instaurarla como una efeméride digna de celebrar por todos los antofagastinos y por quienes sienten amor por Antofagasta, -en especial por nuestros niños- quienes son los encargados de preservar ante las generaciones futuras.

Por eso hemos sido muy cuidadosos en preparar el programa de actividades para celebrar esta ocasión, incorporando importantes símbolos patrimoniales de Antofagasta, como una forma de resaltar también estos espacios dentro de lo que es la esencia e historia de Antofagasta, como el Kiosco de Retreta de la Plaza Colón, el Odeón del recién inaugurado Parque Brasil, el Cementerio General, La Casa de la Cultura, edificio patrimonial que albergó a la Municipalidad de Antofagasta en sus primeros años y el Museo Regional de Antofagasta.

Antofagasta hoy es muy distinta a lo que fue ese asentamiento minero y puerto de desembarque que en sus inicios fue conocida oficialmente como "La Chimba", conformada por 17 manzanas y una plaza. Sin duda que en estos años hemos sufrido periodos de estancamiento, pero también disfrutamos del progreso y desarrollo, con deudas pendientes (obviamente), pero con las ganas de superarlas y convertirnos en una ciudad inteligente, eficiente y sostenible, porque la celebración de estos 150 años llega justo en el momento en la que estamos replanteando y reordenando la ciudad con la actualización del Plan Regulador, titánica tarea que nos hemos propuesto para dar un gran salto como comuna.

Por supuesto que en estos 150 años no podemos dejar de reconocer la huella que nuestros hermanos bolivianos han dejado en esta tierra, ni el aporte de aquellos connacionales y extranjeros que -buscando nuevas oportunidades- han sido cobijados por ella, por eso es que esta fiesta debe ser de todos y para todos,… celebrando nuestra historia y nuestra identidad.

Karen Rojo Venegas

Alcaldesa de Antofagasta

Chile Fracturado: Quo Vadis

"En medio de esta crisis se aprecia escasez de personas o instituciones dedicadas a la reflexión y el pensamiento".
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Quo vadis en latin significa ¿adónde vas?, expresión usada en encrucijadas y tensiones. Tiene sentido cuando el país muestra a) una profunda crisis institucional, b) una evidente fractura generacional y c) el contexto mundial una crisis social, ambiental y climática.

a) La crisis institucional es estructural, alcanza a lo social, cultural, religioso, espiritual, político, económico y social. Los medios nos dan cuenta de sus efectos en las instituciones, sus principales y tradicionales actores se derrumban ante el peso de las pruebas, cuestionados o repudiados por la opinión pública o procesados por los tribunales. Todas las instituciones sufren el impacto de esta crisis sistémica. Como un terremoto que fractura muros, edificios y estructuras de las instituciones más importantes y fundamentales de la sociedad.

b) La fractura generacional se hace evidente al observar la realidad educacional. Es elocuente en la política, con su evidente proceso de nueva polarización, cuestionada por corrupción, nepotismo y endogamia, con nueva generación que quiere enterrar a los actores de la transición; en lo económico se expresa en el subempleo y bajas remuneraciones; el escaso valor del mérito dominado por el compadrazgo. En lo social la fractura generacional se hace evidente cuando preguntamos por la visión de futuro a nuestros jóvenes; sus expectativas de acceso a una vivienda propia; la estabilidad laboral para proyectar su vida; el acceso seguro a salud y educación. Eso tiene consecuencias en los matrimonios, la natalidad, el dejar la casa paterna, entre muchas otras. En general, hemos heredado un mundo que no es generoso ni amigable con la generación de reemplazo y nos responsabilizan.

c) Sobre la crisis global y sus diversas dimensiones, en lo socioeconómico está marcada por la concentración de la riqueza; consecuencia de esto observamos gigantescos procesos migratorios buscando mejores horizontes; los consecuentes problemas de gobernabilidad; que pone en cuestionamiento la vigencia de organizaciones supranacionales. Causantes de la crisis e ineptas frente a la solución, además de marcadamente ideologizadas, en uno u otro sentido: Naciones Unidas, OEA, Banco Mundial, OCDE, etc. En lo cultural enfrentamos graves dificultades vinculadas a la aplicación de marcos teóricos y sus efectos en la sociedad, por ejemplo, la inter y multi culturalidad, en relación a las distintas minorías; la identidad e idiosincracia cultural. Muy vinculado a lo anterior, especialmente a las cosmovisiones de los pueblos ancestrales, está el problema de la crisis ambiental y sus efectos en la crisis climática.

En medio de esta crisis se aprecia escasez de personas o instituciones dedicadas a la reflexión y el pensamiento; las universidades en su sobrevivencia de mercado; no hay centros dedicados a los estudios sociales para políticas públicas bien fundamentadas; los medios de comunicación no disponen de estos espacios. En la política se observa el imperio de la mediocridad, la endogamia y el nepotismo. ¿Podrá la sociedad civil y sus instituciones señeras promover los valores democráticos, laicos y republicanos? Es tiempo de dejar de parchar muros y hacer el rediseño estructural de nuestra institucionalidad. ¡Antes que otros la impongan!

Carlos Cantero

Doctor en Sociología

Menor velocidad en las ciudades

Para el éxito de la legislación es prioritario que quienes asumen la tarea de guiar un vehículo tomen conciencia de la responsabilidad que tienen. Según Carabineros, en los accidentes influyen factores como la velocidad, la imprudencia de conductores y de peatones, la conducción descuidada y manejar bajo la influencia del alcohol.
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El número de accidentes vehiculares con víctimas fatales en Antofagasta es enorme. Choque de móviles, atropellos, volcamientos, son recurrentes y, casi siempre tienen como factores protagonistas el alcohol, la velocidad y una conducción temeraria.

La entrada en vigencia de la ley que disminuyó la velocidad máxima en zona urbana, de 60 a 50 kilómetros por hora, ha sido apoyada por una campaña de educación y luego con operativos de control que están realizando Carabineros y las autoridades, con el fin de cerciorarse de su cumplimiento y que los automovilistas entiendan la necesidad de manejar con prudencia en las calles de las distintas ciudades.

El exceso de velocidad fue la segunda causa de muerte en los accidentes el año pasado, aunque en el primer lugar se mantuvo la imprudencia de los peatones, sobre todo al cruzar en lugares no habilitados.

Durante los últimos días, autoridades de la zona han participado en operativos realizados por Carabineros, para fiscalizar la nueva ley y para cerciorarse de que los conductores cumplan el límite de 50 kilómetros por hora en la ciudad. Han señalado que esta normativa es crucial para resguardar la seguridad de peatones y ciclistas, que representan el 42% de las víctimas fatales en los accidentes. Por ello, quienes son sorprendidos incumpliendo la ley, arriesgan multas entre 70 mil y 140 mil pesos, y la suspensión de la licencia de conducir puede ir de 5 a 45 días.

El 90% de los accidentes ocurren por imprudencias o fallas humanas, lo que nos hace los primeros responsables para mantener la seguridad vial. Muchos de estos accidentes que ocurren con resultados de muertes podrían ser evitables.

En general, la baja en el límite de velocidad ha sido bien recibida en todos los sectores, porque hay que entender que el sistema vial no es solamente de los automovilistas y locomoción colectiva, sino también de los peatones, de los ciclistas y, sobre todo, de los usuarios vulnerables.

Entender aquello es fundamental para el éxito del cuerpo legal. Las calles no son pistas de carrera y no son exclusivas de los vehículos motorizados.