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Tras su debut como profesional en 2002 vistiendo los colores de Deportes Antofagasta de la mano de entrenador Luis Marcoleta, Cristián "Chapa" Rojas (32), ha sido testigo, como jugador y amante de los colores, de algunos los pasajes más complicados de la institución, así como también de los más gloriosos en su historia.
Con más de una década en el equipo albiceleste, el defensa es hoy una voz autorizada para repasar los últimos años del club, desde que se vio amenazado por la quiebra (debido a graves problemas económicos) y la posibilidad de perder la categoría, hasta el actual momento que vive el CDA, a punto de clasificar por primera vez a una copa internacional y peleando la posibilidad de ser campeón del fútbol de honor chileno.
¿Qué recuerdos tiene de su debut con la camiseta Puma?
-Para mí fue un sueño cumplido, lleno de sacrificio, remé mucho contra la corriente en ese tiempo para cumplirlo, pero sin duda valió absolutamente la pena.
Inicios
En sus primeros años en el club, Rojas tuvo que luchar por un puesto dentro de los titulares, cosa no fácil, ya que tenía grandes jugadores en esa posición. Fue recién en 2005, con la llegada de estratego Hernán Ibarra, que se ganó un lugar dentro del equipo titular.
"Ese año subimos a Primera División luego de un largo tiempo en Segunda, alrededor de 8 u 9 años. En la interna del plantel de ese año, creo que para mÍ fue por lejos el mejor grupo humano que me tocó integrar, lleno de grandes personas, con una calidad humana inigualable. Víctor Oyarzún, hoy gerente técnico e integrante del plantel de ese año puede dar fe de esto", comentó el jugador albiceleste.
¿Cómo fue vivir la quiebra del club? ¿Que fue lo más duro de ese proceso?
-La viví de cerca, ya que como todos saben mi padre (Manuel Rojas), más otro grupo de personas que históricamente han tenido un apego incondicional al club, hicieron lo imposible para que no se llegara a este punto, ya que para nosotros, los jugadores y sobre todo los jugadores de casa, se nos apagaba una oportunidad única de defender los colores de la institución. Lo importante de todo es que este grupo, en ese tiempo con el nombre de "comisión interventora", realizó las gestiones necesarias para conseguir los recursos y así poder mantener el club en la Segunda División del torneo chileno.
Lo más lindo de todo ese año, fue que luego de pasar por toda esa incertidumbre que generaba el no poder inscribir al equipo, se armó un equipo pensando en el no descenso de la categoría y así mantener y tratar de sacar a flote al equipo, e institución también, y nos encontramos con un ascenso a Primera División impensado, pero lleno de sacrificio y respaldado por el gran grupo de personas que integraron ese plantel y camarín. Fue un año con un comienzo lleno de preguntas y terminó siendo un año redondo, en todo sentido.
¿Qué ha significado Deportes Antofagasta en su carrera?-
-El club para mí es todo, me entregó una oportunidad única en mi vida, defender sus colores e ingresar a este mundo del fútbol, en el cual aprendí muchas cosas invaluables. Soy la persona que soy gracias a los valores adquiridos de mis padres y trato de ser mejor persona gracias al fútbol.
Actualidad
¿Cuáles son las diferencias entre aquel CDA a punto de perder la categoría por la quiebra y el actual?
-Las diferencias son muchas. Hoy por hoy en lo deportivo hay sensaciones parecidas, pero en lo institucional la diferencia mucha. Es imposible negar que el club camina de buena manera, nosotros los jugadores tenemos una estabilidad económica que nos permite centrarnos en rendir netamente en lo profesional y la consecuencia de aquello la vemos reflejado en lo deportivo.
¿Tiene alguna deuda deportiva cómo futbolista?
-Quiero ser campeón, pero no en cualquier equipo, quiero ser campeón en mi club, en Deportes Antofagasta, entiendo que los años pasan y con ello mi carrera profesional. Por eso espero poder, antes de retirarme, decir que fui campeón en Club Deportes Antofagasta, de no poder lograrlo creo que sería mi más grande deuda con la institución que me entregó mucho más de lo que le di.