Claudio Lapostól Maruéjouls
"Era sencillo en su actuar, respetuoso in extremis, cálido y cercano. De voz pausada pero firme, de mirada serena y directa".
Es probable que, a ciertos lectores, el nombre de esta columna no les otorgue significado alguno, sin embargo, a todos quienes abrazan el ideal descentralizador, que no son pocos, la sola mención de Claudio Lapostól, recientemente fallecido, les hará reconocer a una de las voces más respetadas y potentes en el tema, de las últimas cuatro décadas.
Era un convencido, honesto y consecuente promotor de la regionalización, como una forma de caminar hacia un desarrollo equilibrado y armónico del país. Soñaba un país distinto. Un país donde las regiones tuvieran una mayor participación y gestión en su desarrollo. Basado en esta plataforma ideológica, fundó la Corporación Privada para el Desarrollo de la Región del Biobío, Corbíobío, la primera entidad privada creada para impulsar el regionalismo. Desde esta tribuna contagió a muchos otros líderes regionales que siguieron su huella. Antofagasta no escapó de su influencia.
Ingeniero civil de la Universidad de Chile, titulado con la máxima nota. Docente de su casa de estudios y también de la Universidad de Concepción. Director de diversas instituciones públicas y privadas. Fundador y primer presidente de la Corporación para la Regionalización de Chile, Corchile. Me atrevo a asegurar que cualquier avance en la descentralización, que se está apreciando en Chile, sin duda alguna, será producto de la utópica y peregrina idea, por la cual luchó incansablemente Claudio.
Ingresó a Cementos Bío Bío en el año 1965, empresa en la cual desempeñó diversos cargos, los cuales le permitieron situarse como un especialista de alto nivel en la fabricación y uso del cemento y el hormigón. En 1984 asumió la gerencia general, puesto en el cual permaneció hasta su retiro en el año 2001. Es en este último cargo, en el cual me correspondió interactuar con Claudio y poder apreciar sus enormes cualidades humanas. Era sencillo en su actuar, respetuoso in extremis, cálido y cercano. De voz pausada pero firme, de mirada serena y directa.
Nunca lo aprecié irritado ni fuera de sí. De firmes argumentos y convicciones. Ejerció un liderazgo en el que facilitaba el empoderamiento de sus ejecutivos. Gran impulsor de la planificación estratégica y de la internacionalización de la compañía. Alejado de extravagancias, de discursos rimbombantes y de pirotecnias gerenciales. Fuerte promotor que las empresas del grupo Bío Bío tuvieran una participación activa y constructiva en las comunidades donde desarrollaban sus operaciones. En resumen, ha partido el mayor líder regionalista de los últimos tiempos, un profesional de excelencia, un ejecutivo eficiente y eficaz y, por sobre todo, un ser humano excepcional. Me quedo con un indeleble y sincero sentimiento de gratitud hacia él.
Carlos Tarragó
Corporación Proa Antofagasta