Violeta Parra
En el aniversario 101 de su nacimiento, recordamos a Violeta Parra como la mujer chilena que dejó un invaluable legado artístico producto de su amor por la música folclórica nacional y de su vocación de investigadora sobre folclor, sin olvidar que, además de cantautora, fue también pintora, escultora, ceramista y bordadora, es decir, una artista polifacética.
Para inspirarse, Violeta, entre otras cosas, recorrió gran parte del país. Con respecto al norte, incluso anunció su venida al desierto y a la pampa componiendo "Mañana me voy pa'l norte". Viajó a la pampa y con su guitarra recorrió a pleno sol sus oficinas salitreras y las mineras en busca de inspiración. De aquello, entre otras creaciones, nació "Arriba quemando el sol".
En "Run Run se fue pa'l norte", canción cuyo texto expresa su desilusión por el rompimiento de un idilio amoroso, menciona a nuestra ciudad como lugar de paso en el viaje de alejamiento de Run Run (que era como ella llamaba a su pareja, un suizo que vivió con ella tanto en Chile como en su estadía en Europa): "Se va de Antofagasta sin dar una señal", siendo nuestra ciudad el lugar de un alto en el viaje de Run Run hacia Bolivia.
Violeta fue una artista de la tierra, de la tierra profunda, amalgamadora de vivencias entre lo social -de lo cual era como un imán receptor- y lo personal, de esto último expresando claramente sus tristezas con el ya mencionado "Run Run…"; sus anhelos en "Volver a los diecisiete", y sus agradecimientos profundos en "Gracias a la vida".
En el contenido de tipo social de muchas de sus canciones nos percatamos de la genial simbiosis que la cantautora hacía entre su agudeza y su conocimiento folclórico musical para retratar, con rico e ingenioso texto, las condiciones de vida, la humildad y la pobreza de, por ejemplo, la gente del campo en canciones como "Rin de angelito" y "Casamiento de negros", y la vida minera en el desierto en "Arriba quemando el sol".
Andrés Sabella
Rafael Ramos Psijas