Jair Bolsonaro, el candidato presidencial del Partido Social Liberal, el mismo que el año pasado dijo en EE.UU., en un encuentro con un centenar de brasileños residentes en ese país, que "(Donald) Trump es un ejemplo para mí", se instaló en el balotaje del próximo 28 de octubre, donde se medirá con Fernando Haddad, el abanderado del Partido de los Trabajadores (PT).
El resultado observado en Brasil no puede sorprendernos. Es parte de algo más grande, de un fenómeno que también explica lo visto en Estados Unidos con la asunción de Donald Trump, con el Reino Unido y el Brexit (salida desde la Unión Europea) y el auge de los nacionalismos y la extrema derecha en parte importante de Europa.
El problema es que los bloques tradicionales, en especial la izquierda ligada a la social democracia, no entienden las transformaciones sociales de la actualidad. ¿Por qué, cuál es la razón?
La aproximación que más se repite es que el tipo de fenómenos que hoy se observan tiene desde los bloques que han gobernado el mundo una mirada que no cuaja con lo que observa el ciudadano común.
Lo terrible es que efectivamente un margen relevante de la sociedad mira, por ejemplo, con desconfianza fenómenos como la globalización misma o la migración o la burocracia paralizante del Estado que muchas veces termina solo en statu quo para beneficio de unos pocos.
Eso no se está entendiendo y peor aun, no hay respuestas ni propuestas a una realidad que hasta ahora solo apreciaremos aumentar hasta el peligro.
Por cierto que hay distinciones. Mientras en América Latina este acercamiento tiene por protagonistas paradojales a un electorado que es el gran beneficiado con la globalización, en el mundo desarrollado ese margen está determinado por quienes han sido perjudicados por el mismo fenómeno.
Si se piensa que se trata de casos puntuales, puede que el error de cálculo sea enorme. Hay demasiados factores que hacen pensar que esta forma de entender el poder y la política llegaron para quedarse por un buen rato, para riesgo de las libertades, la democracia y avances que se creían firmes y sólidos.