Secciones

Antonio: "eduquemos el arte de la felicidad"

E-mail Compartir

Antonio de la mortinidad, os ruego tu escucha, porque en educación , ya no queda margen de tiempo de espera y mañana será tarde; hoy, es imperativo escuchar las demandas de la niñez y juventud del norte para que , avancemos hacia una real educación inclusiva de calidad para un mundo feliz con autoridades, maestros y familias que, conscientes de su eterna misión y Vocación educadora, seamos agentes de cambio y re-humanización de la sociedad, abriendo los caminos de realidades fecundas para un tiempo nuevo.

Antonio, Caballero del Ancla, hoy, mi voz transita entre arquitecturas de soledades; más, mis versos continuarán abriendo surcos con trazos y trozos de mar y desierto, en el principio educador de la esencia humana., interpretando el sonido de la educación como herramienta de la esperanza hacia una vida feliz, para mirar, habitar, sentir, respirar y convivir la vida disfrutando la belleza de la existencia humana.

Santo Antonio, diseñemos la educación liberadora y sanadora desde la libertad personal y social; curiosamente, como nos lo enseña la flora y la fauna; porque, el mundo vegetal y animal desde su esencia natural, viven, crecen, florecen, respiran el aire, buscan el sol, nutren sus raíces, beben el agua y orientan sus procesos de crecimiento. O sea, la naturaleza no humana nos invita a construir nuestra grandeza desde la original sencillez y sin la auto flagelación del inconformismo existencial.

Antonio de humana ejemplaridad, ayúdame a cambiar los rostros de nuestras comunidades escolares y sociales, dibujadas de tristeza, insatisfacción, rebeldía e infelicidad que caminan abrumadas entre la multitud intoxicada por el poder y del dinero que oscurece el sentimiento generando insensatamente injusticia, sometimiento, desamor, estrés, violencia, vacío espiritual e incomunicación que produce la infelicidad del alma, desconociendo que "Todos somos seres humanos y merecemos igualdad ante la vida y sus leyes".

Antonio, doctor del cuerpo y del alma, haz que nuestros pensamientos y acciones permitan la cosecha y los frutos de nuestras vidas, siendo espejo de nuestras propias conciencias; entonces, renovemos nuestra existencia con sentido de plenitud y grado de serenidad compasiva desde una amplia sonrisa de humildad y bondad, para asumir los designios y misterios de la vida de las gentes de nuestro norte.

Amigo Antonio, desde mi pequeñez humana, nuevamente me visto de maestro y poeta que, agradecido, en la belleza y el placer del amanecer cada mañana con el horizonte de sal y de sol, medito los tiempos y abro el surco de tantas estaciones e intento iluminarme para, desde los castillos y las colinas del cielo y de la tierra , con mi mochila del alma, ensanchar los caminos de los otros, de los que sufren, para traducir, mi mensaje sereno, sencillo y directo, porque descubro que: "La felicidad no es un don, sino un bello arte que exige rigurosavoluntad y práctica".

Antonio de los pobres, vestido de maestro Quijote, procuraré, que mi canto y mi cuento, mi andar y desandar, sean los versos de sabiduría del guerrero, bellamente optimista y claramente realista, que intentará, a lo menos, una nota de esperanza, basada en la convicción que, aunque alcanzar la felicidad verdadera y perpetua no es nada fácil; es algo que a pesar de todo puede conseguirse. ¡desde la educación espiritual!

Antonio de la tierra y del cielo, ayúdame a reflejar lo aprendido en el tiempo, para que "todos juntos", en cada lugar y distancia, en la fe religiosa y la no religiosa, en espíritu y cuerpo, con la razón y la sinrazón, sea entre los montes, ríos, senderos tibetanos, los libros que educan y los que deseducan, la Biblia y los sabios de las alturas como Krishna, Buda, Jesús y Dalai, y en la libertad del espíritu ecléctico que trasciende, digamos:

"Sí, es posible educar en el arte de la felicidad".

un santo para antofagasta