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El expectante momento del CDA

El club local registra una campaña inédita que es fruto de un trabajo que, en general, ha sido bien desarrollado. Bien por los Pumas y por nuestra ciudad. En medio siglo de vida el cuadro antofagastino muy pocas veces se ha encontrado en una posición tan expectante. La historia de la institución -debe reconocerse- no está plagada de éxitos.
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Este fin de semana el Torneo Nacional tendrá una atractiva fecha con partidos que podrían resultar decisivos en la carrera por el título del campeonato de fútbol de Primera A.

En Santiago se enfrentarán el líder del certamen Universidad Católica (1°) ante Colo Colo (6°), mientras en la Región de Valparaíso los protagonistas serán Unión La Calera (4°) con la Universidad de Chile (5°). Pero, sin duda, el partido más atractivo será el que protagonizarán Deportes Antofagasta y la Universidad de Concepción, quienes van en tercera y segunda posición en el certamen.

Es decir, de ganar los Pumas se ubicarían como sublíderes del torneo, solo por detrás de la UC, que independientemente del resultado que obtenga continuará en la primera posición.

En medio siglo de vida el cuadro antofagastino muy pocas veces se ha encontrado en una posición tan expectante. La historia de la institución -debe reconocerse- no está plagada de éxitos, más bien de desventuras y problemas, de modo que el momento es bastante inédito.

Varias razones podrían explicar el momento actual. Por un lado está el orden que tiene hoy el CDA desde lo institucional. El Club, hasta antes del concesionario, estaba quebrado, con deudas y ningún plan de desarrollo. Hoy no hay problema con el pago de salarios, equipamiento, cuestiones básicas para el funcionamiento, que hasta hace poco no eran la normalidad.

Por otro lado están los aciertos en las contrataciones de técnicos y jugadores. Sí es cuestionable la cantidad de entrenadores que han pasado en tan corto tiempo, lo que no parece aconsejable si se piensa en un devenir de largo plazo. En pocos años hemos visto a los chilenos José Cantillana y Fernando Vergara, el español Beñat San José y los argentinos Nicolás Larcamón y Gerardo Ameli. Ojalá se consolide la idea de este último en el tiempo.

Los éxitos del CDA, y de cualquier institución, no son, entonces, casuales; es por esto que las cosas han mejorado. El club pasea el nombre de nuestra ciudad por Chile, es un emblema antofagastino y sus éxitos son los de todos.

El balance hídrico de los salares no es opcional

"Hacer la vista gorda con el entorno es algo que hoy ya no es opción para las empresas que quieran participar del desarrollo".
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En las últimas semanas el rostro de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, ha estado muy presente. El mensaje ha sido uno: las empresas deben hacerse responsables de su quehacer sin afectar con ello a la población, y será el Estado el que velará porque eso suceda. A esta advertencia se suma el movimiento de una comunidad empoderada que es parte de una sociedad cada vez más comprometida con el bienestar y con hacer valer sus derechos.

Este tema corre para todas las compañías y no sólo para las ubicadas en la Bahía de Quintero. En este sentido, lo que ocurra con el balance hídrico de las cuencas hidrográficas e hidrogeológicas, y también con la criticidad de las aguas subterráneas del norte es muy relevante, especialmente para las que son parte del desarrollo de la minería.

En este contexto, casos puntuales como los de las mineras Escondida y Zaldívar y sus solicitudes de agua cobran relevancia. Distintos estudios dan cuenta del importante impacto que las faenas mineras han tenido en las aguas subterráneas en la zona sur del Salar de Atacama con impacto en la flora y fauna de nuestro frágil ecosistema desértico.

En el caso del litio y toda la minería no metálica, esto se vuelve aún más relevante, porque gran parte de las reservas de litio y potasio están en las aguas subterráneas de los salares de nuestro país y se necesita sacar agua por pozos para hacer la extracción del mineral. Las lagunas y bofedales que se encuentran en los salares son producto de cuencas endorreicas que no tienen salidas naturales a otras cuencas. Su única alimentación de agua son las esporádicas precipitaciones y su salida es la evaporación y la extracción de pozos. Por eso, su equilibrio -que permite la vida a distintas especies, entre ellas los característicos flamencos- es tan importante.

Desde hace un tiempo la normativa exige a las distintas operaciones productivas que realicen un balance hídrico adecuado en los salares y en las cuencas donde se ubican, lo que incluye la medición exacta y sin supuestos de este equilibrio hídrico. La Dirección General de Aguas (DGA) ha instalado lisímetros para medir la evaporación de estas aguas subterráneas, y así sumar la información que éstos entregan a los tradicionales domos de evaporación, que estiman la evaporación de agua subterránea por métodos indirectos. Con el cambio de estos domos a los lisímetros -mucho más precisos en su medición- la DGA busca tener un mejor control de los recursos de agua del país y del impacto de las distintas faenas. La autoridad está atenta.

Todo esto refuerza la idea de que son las mismas empresas las que deben ejercer el primer control. El autocontrol de las compañías es clave para la sustentabilidad de su negocio, del ambiente y de las comunidades en las que están insertas. Para ello se vuelve cada vez más relevante que entiendan cómo funcionan las cuencas, cuál es su balance hídrico y cómo se comportan con las faenas productivas.

La buena noticia es que existe tecnología que entrega información exacta y relevante, como es el caso de los lisímetros, que les permitirá cumplir con la normativa exigida por el Estado y con los requerimientos de las propias comunidades. Por lo tanto, ya no hay excusa para no cumplir.

Pau Barceló

Gerente de Hidrogeología Suez Chile

Innovación social para el adulto mayor

"En América Latina y el Caribe, según datos de la Cepal, se está produciendo una inversión de la pirámide poblacional".
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Chile y el mundo se encuentran en un punto de inflexión en materia de desafíos sociales. En 2015 el PNUD declaró 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dentro de los cuales se encuentra erradicar la pobreza en diferentes grupos de alta vulnerabilidad. Como instituciones de educación superior no podemos estar ajenos a estos desafíos, es más, estamos llamados a formar personas que sean conscientes de su entorno y contribuir a la articulación de los diferentes actores de la sociedad, con el fin de impactar en la mejor calidad de vida de los ciudadanos.

Ad portas del Día Internacional del Adulto Mayor, es importante reflexionar sobre la realidad que dominará las próximas décadas en este grupo vulnerable. En América Latina y el Caribe, según datos de la Cepal, se está produciendo una inversión de la pirámide poblacional, proyectándose para el 2050 un aumento de quienes tendrán 60 años o más, llegando al 26,6% de la población total; en nuestro país, hoy son el 11,4% (Censo 2017). A lo anterior se suma que el promedio de pensión de los adultos mayores en Chile es de $152.353, según datos de la Fundación SOL (2018), lo que los mantiene endeudados y viviendo en condiciones de precariedad.

En este contexto, ¿tenemos alguna excusa para no reflexionar sobre este tema y hacernos cargo de su futuro? ¿No debiese ser la tercera o cuarta edad el momento de disfrutar lo cosechado y vivir tranquilamente? Lamentablemente, esa no es la realidad del Chile actual. Sin embargo, estamos a tiempo de revertir esta situación, para lo cual se requiere del esfuerzo mancomunado de todos los sectores productivos y también de la sociedad civil. De estudiantes, académicos y universidades, trabajando y pensando en los adultos mayores, para desarrollar propuestas concretas que cambien el destino de miles de chilenos.

Desde Santo Tomás decidimos unirnos a este desafío, a través de la innovación social, destinando recursos para el mejoramiento de la calidad de vida de la tercera edad que vive en condición de vulnerabilidad. Esto es parte de nuestra nueva política de Vinculación con el Medio, cuya primera acción concreta es el concurso "Transformar para Impactar", abierto hasta el 8 de octubre (www.isocial.cl). Este considera apoyo económico, metodológico y de gestión, para promover proyectos sociales que impacten positivamente en las condiciones de vida de los adultos mayores.

Este es el inicio de un camino que esperamos pueda dar respuestas en el mediano plazo a problemáticas sectoriales, transformando el día a día de 2,4 millones de chilenos. Para Santo Tomás, la tríada territorio - comunidad - innovación, más que una política que nos inspire y regule, es la que nos asegurará una labor fructífera para el desarrollo de nuestros estudiantes, quienes egresarán con una experiencia de aprendizaje inolvidable, pero sobre todo, preparados para ser agentes de cambio en una sociedad que los necesita.

Patricia Noda

Vicerrectora de Vinculación con el Medio y Comunicaciones UST