Los centros históricos de muchas ciudades de Chile están en transformación y el de Antofagasta no queda al margen. El cambio en sí mismo es un proceso natural y necesario, porque las ciudades son espacios dinámicos, pero conviene preguntarse en qué dirección se están moviendo, en definitiva, en qué se están convirtiendo.
En el caso local el diagnóstico es más o menos compartido. El casco histórico ha sido abandonado por las familias y por gran parte del comercio más tradicional, que no ha logrado convivir con las nuevas actividades que han ido ganando espacios, por ejemplo, con la presencia de un gran número de locales nocturnos y de diversión.
Según datos de 2017 de la municipalidad, en el sector central de Antofagasta están vigentes 282 patentes de alcoholes de distinto tipo, y de ese total el 64% se ubica en cinco calles: 69 en Condell (24,6%), 43 en Matta (15,2%), 23 en Latorre (8,55%), 22 en Sucre (8,15%) y otros 22 en Maipú (8,15%).
En esa misma área existen 35 farmacias, ocho supermercados, 16 sucursales bancarias y una veintena de colegios y jardines infantiles. Qué indican los números...
Es claro que en el casco central de Antofagasta existe una excesiva concentración de locales de venta de alcohol, lo que genera complejos climas y situaciones que poco aportan a la seguridad. Así, no es raro ver estudiantes que aguardan locomoción en calle Condell a sólo metros de un cabaret o personas ebrias instaladas en los espacios públicos.
Tampoco puede extrañar entonces que algunas calles sean evitadas por las familias a determinadas horas, generando zonas oscuras que quedan entregadas a la actividad de unos pocos y no de toda la comunidad, como en justicia debería ser.
La situación del centro ha sido advertida varias veces, pero pocos resultados han dado los mensajes. Se requiere a estas alturas una mejor planificación y una mirada de ciudad más profunda, porque la venta de alcohol y la actividad nocturna viene acompañada de ciertos males que se deben evitar.
Antofagasta aún está a tiempo de recuperar su centro histórico. No permitamos que un espacio ciudadano tan importante se pierda para siempre.