Coaniquem busca ampliar atenciones para responder a creciente demanda
INICIATIVA. Actualmente, el centro ubicado en Avenida Pedro Aguirre Cerda 11.385, atiende a más de mil niños al año, pero la demanda es de 2.700 casos. De estos, un 40% corresponde a pacientes entre los 0 y 4 años. La institución planea llegar a las 1.500 atenciones en 2020.
En los tres años que lleva en la ciudad la antofagastina por adopción, Hilda Aguilera (proveniente de Bolivia), jamás había escuchado hablar de Coaniquem. No obstante, cuando su hijo Iker, de tan solo un año y dos meses, se quemó con agua hirviendo ambas piernas, este nombre nunca más le fue indiferente.
Fueron sus amigas, otras mamás, quienes le recomendaron llevar a Iker al centro de Coaniquen ubicado en avenida Pedro Aguirre Cerda 11.385. Desde entonces -dice-, la evolución de su hijo ha sido sorprendente; el triste recuerdo de ver a su hijo quemado con agua hirviendo, va quedando atrás.
El caso de Hilda e Iker, es tan solo uno de los más de mil que anualmente ve Coaniquem al año.
Según cifras entregadas por la institución, en la región existe una demanda de más de 2.700 niños con algún tipo de diagnóstico que debiese ser atendido en el centro. Sin embargo, no todos ellos pueden acceder a la atención y es ahí donde está el principal desafío de la institución. De aquí al 2020 la meta es poder llegar a las 1.500 atenciones y tratamientos anuales dentro de la región.
Datos
De las mil atenciones anuales que realiza Coaniquem, un 40% son para niños y niñas, entre 0 y 4 años, que han llegado al centro tras sufrir algún tipo de lesión por quemaduras con líquido caliente (la mayoría de los casos), superficies calientes, artefactos eléctricos y lesiones por entrar en contacto directo con la electricidad (casos menores).
"En virtud de nuestro programa por nuestro aniversario 40, queremos abrir las puertas y salir a la búsqueda de aquellos niños que no están viniendo y que debieran venir al centro porque necesitan del trabajo de Coaniquem. Queremos en un plazo de dos años subir de mil a 1.500 pacientes en el centro de Antofagasta. Por lo cual hemos estado recorriendo la región, hemos estado también en Calama, en Copiapó, vamos a estar próximamente en Iquique", comentó el fundador de Coaniquem, el doctor Jorge Rojas Segers.
Y para ello, según acotó Rojas, están en importantes conversaciones con empresas locales, siendo la empresa de electricidad, Elecda, perteneciente al Grupo CGE, uno de los principales socios para poder implementar la nueva tecnología en el centro regional de Coaniquem, que apunte al tratamiento y rehabilitación de las secuelas por quemaduras y las cicatrices.
La idea, argumentó la directora del centro norte, la doctora Valentina Chubretovic, es poder mejorar la calidad de vida de los usuarios y dar solución eficaz y en menos tiempo, a todas aquellas personas cuyo tratamiento llegó tarde o no se hizo y tienen que cargar con una cicatriz.
"Esta nueva implementación de equipos va principalmente orientada hacia la secuela, no al tratamiento del policlínico agudo, sino cuando el paciente ya tiene una cicatriz o la piel ya cerró (...) La cicatriz no va creciendo a medida que el niño sí lo hace, mantiene esa contracción, por lo que el niño va a necesitar muchas cirugías durante la vida para poder mantener esa cicatriz y su piel entorno a ella, de manera funcional. Entonces estos nuevos equipos apuntarían a tener que disminuir esas intervenciones", precisó.
Acotó que también se implementarán equipos que ayuden a tener un mejor diagnóstico respecto de la cicatriz en cuestión para poder determinar cuál es el mejor camino para disminuir o atenuar la cicatriz, además de flexibilizar los tejidos en torno a esta para que el usuario recupere su flexibilidad y flectación del miembro.
Sobre el punto, el doctor y director de la gestión médica de Coaniquem (Santiago), Rolando Saavedra, manifestó que la rehabilitación es un proceso largo y que termina recién cuando el niño ha alcanzado su desarrollo corporal.
"Hay momentos que con el tratamiento uno logra mantener al niño en buenas condiciones, donde él puede utilizar sus manos y sus extremidades, o corregir defectos estéticos de la cara; pero después ese niño va creciendo y nuevamente empieza a enfrentar el problema; es por eso que el tratamiento debe terminarse cuando el niño ya alcanza su desarrollo físico al final de la adolescencia, cuando su cuerpo ya no tiene grandes cambios", dijo.
Acotó que dentro del concepto de rehabilitación integral, no solo se mejora el aspecto funcional y físico, sino también el sicológico, psicosocial y espiritual; este último tiene mucha importancia, ya que permite que los padres, cuando uno de sus hijos sufre una quemadura, puedan dejar de lado la culpa.
A pesar del reconocimiento que tiene Coaniquem a nivel nacional por la labor que realiza, no es fácil conseguir todos los fondos que se requieren para ayudar a los niños. Rodrigo Tagle, gerente general de Coaniquem, explica que "este tipo de organizaciones, son muy caras de financiar, porque son 100% gratuitas y aunque tengamos un convenio con Estado que nos aporta el 40% de los gastos operacionales totales, es evidente que necesitamos recursos. Por ello es tan importante el aporte que puedan hacer las personas y las colectas anuales que hacemos en las calles".
"No conocía a Coaniquem, unas amigas me dijeron que aquí habían profesionales especializados en la quemaduras. Así fue, ahora mi hijo está mucho mejor".
Hilda Aguilera,, madre de paciente"
"En el centro la atienden súper bien y las especialistas se dedican a crear un vínculo con ella, eso ayuda mucho en el tema de recuperación y en las curaciones".
Carolina Herrera,, madre de paciente"
de los casos de lesiones por quemaduras, corresponden a niños entre 0 y 4 años de edad. 40%