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El temor a una crisis a diez años de la caída de Lehman Brothers

ACCIONES. El fantasma del bajo control a los activos financieros, sumado al sobreendeudamiento, toma cuerpo en un escenario de concentración bancaria.
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Redacción

Esta semana se cumple una década desde la caída en 2008 de uno de los principales bancos estadounidenses, Lehman Brothers, símbolo del inicio de la mayor crisis financiera global desde 1929. Un tsunami que los economistas esperan que no se reproduzca, pese a temer al bajo control de los fondos y los altos niveles de endeudamiento.

La caída de Lehman Brothers fue la gota que colmó el vaso en una práctica que asumieron determinadas entidades financieras con las "subprimes" o créditos hipotecarios de alto riesgo, en un sistema financiero poco transparente que demostró la necesidad de una mayor regulación.

Entonces, EE.UU. aprobó un rescate de los activos por US$700 mil millones y, posteriormente, activó un plan de estímulo por US$790 mil millones.

Al año siguiente, en 2009, el G20 acordó impulsar la regulación del sistema financiero internacional, debido a que la economía mundial había sufrido una contracción de un 2,1%, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las olas provocadas por el terremoto registrado en el número 725 de la Séptima Avenida de Nueva York, hicieron que cayera el 20% del comercio mundial, un 80% de los países entró en recesión, y se puso en cuestión la fortaleza del euro a raíz de las graves dificultades experimentadas por Grecia, Portugal y España.

Esto último llevó al Banco Central Europeo (BCE) a emprender un plan de readquisición de la deuda pública, junto con ajustar los presupuestos de los servicios públicos.

"Lehman Brothers es un símbolo, porque todo empezó mucho antes", dijo a la agencia de noticias Efe Nicolas Veron, experto en regulación financiera y profesor en el Peterson Institute for International Economics.

Para el autor de "La gran depresión. Crónicas del capitalismo financiero", antes del colapso de Lehman Brothers hay que recordar el rescate, en 2007, de la Reserva Federal de Bears Stearns que terminó siendo devorada por JP Morgan tras su mala praxis con las hipotecas basura.

El mismo día en que quebró Lehman Brothers, Bank of America y Merrill Lynch se fusionaron y, poco después, Goldman Sachs y Morgan Stanley se convirtieron en un holding.

Los economistas ven dos riesgos principales en el sector financiero: el poder de los fondos de inversión y el sobreendeudamiento público y corporativo, al que ahora, diez años después, se añade la concentración bancaria.

Regulación internacional

La política arancelaria de EE.UU. contribuye a la tensión, según el catedrático en Finanzas Internacionales de la Universidad de Oxford, Edmund Fitzerald, quien dijo a la agencia de noticias Efe que la concentración bancaria derivada de la crisis debe compensarse con una mayor "segmentación" que sirva de "cortafuegos", y contemplar cada vez más la banca como un servicio público, con una "supervisión aún más activa: (...) La regulación bancaria tiene que ser aún más internacional", señaló quien cree que hay que acabar con el "agujero negro" de los paraísos fiscales.

Una oportunidad ante la crisis

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Hemos visto cómo en el último tiempo grandes empresas que han conformado la realidad industrial de las regiones han sufrido los embates de la economía global. ¿Qué pasa con esos trabajadores? ¿Qué sucede con las pymes que de una u otra forma les prestaban algún tipo de servicio?

Este acontecer no es sólo de Chile porque en Europa pasó y está pasando, al igual que en Estados Unidos. Vemos como en la medida en que los países se desarrollan y el mundo cambia, inevitablemente el comercio y la estructura empresarial también se suma al fenómeno.

Nuestro país es un gran exportador de bienes y servicios. En 2017 nuestros envíos alcanzaron los US$ 68 mil millones y creemos, por cómo vemos el crecimiento de la economía, que este año deberíamos superar los US$ 80 mil millones en exportaciones. De este monto casi el 50% corresponde a las exportaciones no cobre, que responden a la diversificación que ha experimentado nuestra canasta exportadora.

Como ProChile, más que crisis, queremos llamar a esas pymes a que lo vean como una oportunidad de mirar más allá de nuestras fronteras. Para afrontar este escenario ProChile se ha propuesto una serie de desafíos, que responden a la contingencia que vemos en el país y en el mundo.

Nos hemos puesto como tarea fundamental apoyar a las pymes con oferta exportable y servicio con valor agregado, que tengan un alto impacto y potencial internacional durante el tiempo, así como aumentar y diversificar nuestras exportaciones a través de nuestras 16 oficinas regionales.

Por otra parte, nuestras 56 oficinas comerciales en el exterior se están focalizando para conectar esa oferta de alto impacto con las necesidades de los mercados, apoyando con inteligencia exportadora, es decir, monitoreo, estudios de mercado y de tendencias, para poder entregar información de primera línea a las pequeñas empresas.

Hoy vemos, además, la existencia de un talento emprendedor, visionario e innovador, con capacidad de internacionalización, pero que requiere de nuestra ayuda para salir al mundo.

Nuestra institución durante sus 44 años de existencia ha sido un factor relevante al servicio de las empresas exportadoras, toda vez que éstas son importantes en la generación de mayor empleo, inclusión social, desarrollo humano y contribución al Producto Interno Bruto nacional.

Las crisis son necesarias para replantearse nuevos rumbos con mayor convicción y unidamente. En ProChile estamos al servicio de quienes quieran dar este salto.

Jorge O'Ryan Schütz

* Director de ProChile