Martito
De tanto andar entre Borges y Cortázar, un día me incorporé al Grupo de Lectoras del Consulado Argentino en Antofagasta. Fue iniciar un camino que ilumina los últimos jueves de cada mes, preparando una lectura acordada. Y entre tanta comprensión lectora y nombres legendarios apareció el personaje, de aquellos que tenemos la suerte de encontrar muy de vez en cuando: María Sol Durini, Cónsul de Argentina en Antofagasta, Doctora en Filología Románica y Clásica por la Universidad Complutense de Madrid, recitadora de emociones y romántica de toda la vida. María Sol invita y acoge a quienes incorporamos la lectura a la mesa cotidiana.
Tal vez este grupo de lectoras le permite reafirmar los recuerdos de tantas patrias donde puso sus sueños. Entre tantos lugares vividos y soñados, vivió cinco años en Indonesia y su Departamento sostiene el peso de esa magia que no pudo dejar al continuar el viaje. Esa magia y el aire cosmopolita recorren los rincones y se sientan al lado de la poesía que los convoca. El mundo de la literatura irrumpe en estos jueves literarios que María Sol ha acercado a este grupo tan variado como complementario: jóvenes universitarias, dueñas de casa, poetas que se inician, académicas, antropólogas, ingenieras, más de una docena de cariño que invade el departamento.
María Sol y su esposo Miguel Nougués y García Uriburu son Cónsules Generales en Chile y portadores de una particular bonhomía que los hace compartir las aventuras culturales con un brillo siempre nuevo en la mirada. En un mundo tensionado, el grupo de lectura es un paréntesis lleno de detalles que permiten que el encuentro sea más que la obra leída.
Por todo ello, las palabras pequeñas e insuficientes, dan paso a aquellas otras que necesitan dejar testimonio de años de dedicación a la maravilla, dejar en claro que la búsqueda siempre puede sembrar claridad.
Las marionetas de Praga y los puppos sicilianos seguirán viajando para iluminar otros caminos de Sol y Miguel.
Patricia Bennett