Un reciente estudio del geógrafo Ricardo Truffello, director del Observatorio de Ciudades UC, entregó una muy interesante reflexión respecto al problema de las áreas verdes en las ciudades. El asunto es más crítico de lo que se cree.
El experto citó que es inexacto generalizar las áreas verdes por habitante de toda una ciudad, porque la desigualdad es obvia y es más compleja que lo meramente económico. Así, por ejemplo, Santiago tiene un promedio, pero la gente de Pudahuel, no tiene las mismas áreas verdes y espacios comunes que quien vive en Las condes o Vitacura, sentencia el también académico del Instituto de Estudios Urbanos de esa casa de estudios.
El análisis es perfectamente replicable en Antofagasta. Y debemos repetir el juicio: la capital regional tiene un promedio, pero los números no son similares en jardines del sur, entre quienes viven cerca del borde costero, o aquellos que habitan en los sectores más altos, a pie de montaña.
La desigualdad se manifiesta de esa forma también.
De acuerdo a datos de Creo Antofagasta, en la ciudad existe un promedio de 2,5 m2 por habitante, considerando las playas y omitiendo los bandejones y medianas. Hay antecedentes -que muchos discuten- en torno a que la OMS sugiere alcanzar un promedio de nueve metros por persona.
Pero las zonas más críticas están en el centro alto, donde existen menos de 0,5 m2 por habitante; la zona norte, también está bajo el indicador, es decir, solo el centro y centro sur de la ciudad se encuentran sobre el citado promedio, que ya es bajo.
Antofagasta se encuentra en un problema complejo en lo general y crítico en sitios específicos, lo que aparece como una situación a abordar con decisión y creatividad. Creo Antofagasta tiene planes para reutilizar agua que hoy se pierde y va al mar, lo que abre chances de generar verde en zonas bajo el estándar.
Esto es fundamental considerando que son los espacios públicos necesarios para la calidad de vida de la población, especialmente para quienes menos tienen. Es allí, donde se genera la ciudadanía y la confianza comunitaria.