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Todas las Patrias

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No es solo el autor de Norte Grande. Osvaldo Maya menciona una lista de calificaciones que prueban que Andrés Sabella es un autor multifacético. Para muchos, lo que más vale es su trabajo escritural de novela y cuentos. Para otros, su prolífera tarea poética es lo más importante. A nadie deja indiferente, sin embargo, la cantidad de otras actividades interesantes como su extraordinario dibujo, su tarea periodística, la generosidad con que publica obras de amigos y conocidos.

Cuando escribe, sus temas abarcan prácticamente todo: el dolor, el amor, la alegría, la generosidad, el mar, la tierra, el cielo, la unión entre los seres humanos, y este último aspecto que menciono, no siempre se considera al revisar su producción literaria

Veo la obra Sabelliana tan bien reflejada en ese conmovedor himno a la hermandad humana, entendida como la unión de las personas de todas las etnias y de piel de todos los colores, que quisiera fuese más leída y comprendida. Me refiero a: "Todas las patrias reunidas en el corazón del hombre". Allí recalca que "los corazones son todos iguales: El del Amarillo, el del Blanco, el del Cobrizo, el del Malayo, el del Negro", y todos "colocan su corazón junto a la Tierra"

Y su sueño dice: "Entonces/ la sangre ahogó las fronteras, /y una bandera, una sola,/ engrandeció el nacimiento del hombre" Insiste Andrés: "Los límites fueron la rosa, el pan,/ el rocío inmaculado./ El corazón del hombre cambió de forma:/ parecía una flor".En este tiempo en que en nuestros colegios tenemos como alumnos a niños de variadas naciones vecinas ¿No sería hermoso que pudiesen leer este bello poema que insta a la unión de los pueblos?

Al escribir estas líneas no me di cuenta de que estuve "hablando" en tiempo presente, como si Andrés no se hubiese ido nunca y en cualquier momento pudiera corregirme alguna palabra o agregar su opinión. No es difícil sentirlo cerca, su recuerdo está vivo y las tareas que nos dejó, son muchas…

Andrés Sabella

Cecilia Castillo

Estrenan documental que retrata la cultura haitiana en nuestro país

CINE. "Petit Frère" narra cómo es la llegada de los isleños al país, sus costumbres y la nostalgia por el Caribe.
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Amelia Carvallo

Una propuesta que mezcla lo colectivo con lo personal, una memoria viva que une ensoñaciones y realidad, constituye "Petit Frère", el documental narrado por Wilner Petit-Frère, un inmigrante haitiano que observa y plasma en un boletín impreso noticias de interés para sus compatriotas, residentes en Santiago.

La cinta llegará a salas nacionales el próximo 30 de agosto.

Oschec

Rodrigo Robledo es santiaguino y estudió dirección audiovisual en la Universidad Católica, donde se encantó por el género documental cuando tomó el taller de la cineasta Paola Castillo ("Genoveva"), y conoció al codirector, el argentino Roberto Collío, que estudió en el Centro de Investigación Cinematográfica de Buenos Aires, en el rodaje del proyecto de título de un compañero.

"Yo quería desarrollar una especie de proyecto medio basado en 'Ciento', un programa de autoregistro y bien documental, que emitieron TVN y Chilevisión entre 2001 y 2002. Junto a Collío le dimos una vuelta y empezamos a perfilar en 2011 algo que llamamos como 'los nuevos actores sociales'", explicó Robledo. "Uno de ellos era un migrante haitiano, en ese entonces un mundo desconocido, era afrodescendiente, estaba la barrera del idioma. Conseguimos el contacto de Oschec, la Organización Sociocultural de los Haitianos en Chile, y ahí conocimos al protagonista del documental: Wilner Petit Frère. El proyecto original perdió fuerza, pero nos centramos en la vida de Petit, quien además hacía un boletín en creole", agregó el director.

¿Qué fue lo que más les atrajo del protagonista?

-Era muy organizado y puntual, además escribía cosas muy interesantes. Cuando lo conocimos había escrito ya dos ediciones que las costeaba él, y cuando le propusimos el documental pudimos ayudarlo con el tercer boletín. Ahora hace uno, pero en forma digital.

¿Qué temas publicaba?

-Era muy misceláneo porque tomaba temas de Haití, Chile y el mundo, un collage de informaciones distintas, como un magazine. Además funcionaba como una especie de manual de supervivencia para el haitiano que llegaba al país, enseñaba adónde tenían que ir para diversos trámites y recopilaba un poco de historia de Chile, noticias de interés mundial, cosas que pasaban en Haití, noticias raras.

CULTURA muy rica

Robledo contó que en este trabajo tuvieron que ir a los lugares donde se reúnen los haitianos en Santiago, como el Santuario del Padre Hurtado en Estación Central, Quilicura e Independencia, siendo estas últimas dos comunas las que congregan a las más grandes organizaciones de haitianos.

¿Qué conociste de los haitianos durante el tiempo que grababas?

-Al principio estaban muy a la defensiva porque no les gusta que los medios los retraten bajo esa forma paternalista que adoptan, destacando siempre el sufrimiento, la pobreza, el drama. Los dirigentes que conocíamos siempre nos destacaban que no eran pobres en todo sentido, que tienen una cultura muy rica y compleja. Son buenos para compartir entre vecinos, tienen muchas celebraciones y les gusta salir a la calle a hacer sus celebraciones nacionales: tienen el Día de la Bandera, el Día de la Independencia, de la Batalla de Vertières, cuando abolieron la esclavitud.

¿Cómo es la nostalgia?

-A veces es de la familia porque muchas veces solo llega el papá y hay cosas muy explícitas, como el clima que les afecta, extrañan sus costumbres. Hasta el pan les debe saber raro.

de agosto se estrena en salas el documental, que ya estuvo en el Santiago Festival Internacional de Cine. 30

comenzó a gestarse el proyecto, cuando el director aún era estudiante en la Universidad Católica. 2011