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Diputada cree que los cambios en el gabinete se registrarán en 2019

POLÍTICA. Además, defendió al intendente Díaz de las críticas.
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En el marco de un seminario sobre el rol de la mujer en la política, la diputada por Antofagasta y vicepresidenta de Renovación Nacional, Paulina Núñez, se refirió a los posibles cambios que enfrentaría el gabinete regional, los que apuntarían a tres seremis y una gobernación.

"Yo me atrevería a decir que en el caso de la Región de Antofagasta, no vamos a tener cambios ahora. Imagino que al término del primer año habrá una evaluación de cómo lo hizo cada uno en el primer periodo de gobierno y creo que es un tiempo prudente para evaluar", aseguró.

Además manifestó que "en el caso del gabinete regional cada ministro está evaluando cómo se están desenvolviendo sus seremis y ahora que hay cambios de ministros, ellos tienen todo el derecho y es su deber evaluar a quienes los representan en sus regiones".

Intendente

Tras ser consultada respecto a cómo visualizaba la gestión del intendente Díaz y la gobernadora de Antofagasta, dijo que "veo a un intendente empoderado, liderando y representando al ministro del Interior fuera de Chile, con el foco puesto en la región, en los temas que más nos preocupan, seguridad, empleo e inversión. En Antofagasta tenemos al mejor intendente de Chile y tengo la misma opinión sobre la labor que realiza la gobernadora".

También fue enfática en señalar que "quien se mantenga y quien salga es decisión del Presidente y en el caso de la gobernadora, del ministro del Interior. Llevamos 5 meses, estamos haciendo bien las cosas, hoy lo noto porque ando en terreno, la gente conoce a los seremis y el Gobierno Regional está bien evaluado. Si a mí me preguntan, yo no haría ningún cambio hasta al menos un año de gobierno", concluyó Núñez.

Visibilidad

Desde la oposición, la diputada PR Marcela Hernando manifestó que no necesariamente pueden haber cambios a nivel regional, porque el gobierno valora mucho el aspecto comunicacional. "En la medida en que ellos estimen que los seremis tienen buena visibilidad y buen discurso, no los van a cambiar", dijo.

Sin embargo, aseguró que "la mayoría de los seremis de la región no tienen mucha visibilidad, excepto el intendente y la gobernadora de Antofagasta, los demás son bastante incógnitos, no los hemos visto mucho, entonces si hay cambios van a estar basados en esos criterios de discurso e imagen pública", puntualizó Hernando.

Playa Blanca: familias describen su vida entre locales nocturnos

CIUDAD. Residentes del sector alegan que constantes ruidos molestos merman su calidad de vida. Acusan que debido al aumento de locales nocturnos, deben lidiar con música hasta altas horas de la noche y que se registran desórdenes.
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Llegar a la casa después de una larga jornada laboral es sin dudas para la mayoría de las personas, uno de los momentos más esperados del día, un momento para disfrutar en familia o individualmente.

Pero para los vecinos del sector Playa Blanca (costanera sur de la ciudad), volver a su domicilio se está transformando en un problema. Cuando tratan de estacionar frente a sus casas se percatan que hay vehículos ocupando el espacio, mientras su conductor está en alguno de los pubs que aparecieron en el sector en los últimos años.

Luego de encontrar estacionamiento en las cuadras cercanas, los residentes de Playa Blanca ingresan a sus casas para advertir que las dificultades continúan. En alguno de los locales nocturnos ubicado en un sector residencial, el bajo de música a alto volumen hace vibrar las ventanas.

Esta ha sido la manera en que los vecinos han comprobado que el tranquilo barrio al que llegaron décadas atrás ha cambiado, afectando directamente a su calidad de vida.

Si no es el ruido de los camiones de alto tonelaje que circulan constantemente por la costanera, es la música de los pubs la que les impide conciliar el sueño.

Esto ocurre pese a que según el Decreto 38 del Ministerio del Medio Ambiente (2011), se permiten ruidos para zonas residenciales (entre las 7 y 21 horas), que no superen los 55 decibeles. Esta medición equivale al mismo ruido que haría un aire acondicionado puesto en una ventana. Y de 45 decibeles a contar de las 21 horas a las 7 de la mañana, normas que, en este caso, claramente no se cumplen.

Esta es la experiencia que cuentan los residentes de Playa Blanca, que durante los últimos cinco años experimentó un considerable aumento de locales nocturnos.

Según vecino Gustavo Brito (quien vive hace 51 años en el sector), estos negocios no existían en medio del barrio residencial. Pero la situación cambió drásticamente, ya que hoy al menos hay dos locales nocturnos por cada cuadra.

Brito ya está cansado. Su trabajo como vendedor para la minería consume gran parte de su día. A sus 54 años, lo único que quiere al salir del trabajo es llegar a relajarse con su familia, sus hijos más grandes y su pequeña hija de dos años, quien es la que más sufre con los molestos ruidos.

"Nosotros hemos peleado harto con estos locales. Ahora ya no hay respeto ni por los horarios ni por los decibeles a los que supuestamente tienen que poner la música. Mi bebé varias veces no ha podido dormir por el ruido y es ahí donde tenemos que ir a los locales para hablar con los dueños y pedirles que por favor bajen el volumen", explicó.

Agregó que los locales solo bajan la música por poco tiempo, que después de pasados unos 20 o 30 minutos, cuando se van los dueños, vuelven a subirla.

"Nosotros teníamos un mejor trato con el dueño anterior del local, pero ahora hay otro y con él no tenemos mucho trato. Las veces que hemos llamado a Carabineros, cuando pueden venir, van y piden que se baje la música, cosa que hacen para volver a subirla cuando se van. Al final no se hace nada con esto, esta lucha con los pubs la perdimos los vecinos", dijo Brito.

Y añadió que "yo no sé quien fue la persona a la que se le ocurrió otorgar los permisos para que estos locales se ubicaran en un sector residencial. No me lo explico".

Denuncia

Debido a todo esto, un vecino abogado del sector, Alfredo Cádiz, realizó una denuncia colectiva por ruidos molestos, la cual también fue a presentar a la Superintendencia de Medio Ambiente.

Esta denuncia es sólo una de las 285 que se han realizado durante los dos primeros trimestres por ruidos molestos, según las estadísticas del Centro de Estudios y Análisis del Delito de la Subsecretaría de Prevención del Delito.

En comparación con los dos primeros trimestres del año anterior, existen 77 denuncias más a la misma fecha.

Estas nuevas cifras, motivaron un plan de cooperación entre el municipio de Antofagasta, Carabineros y la Superintendencia de Medio Ambiente, quien se comprometió, sonómetro en mano, a realizar mediciones sistemáticas a fin de entregar mayores pruebas que permitan a las autoridades pertinentes, tomar las acciones necesarias que motiven a los locatarios a actuar de acuerdo a la normativa vigente respecto del límite de los decibeles.

Al consultar sobre el tema al municipio, declararon que: "Hace poco tiempo celebramos un convenio de cooperación con Carabineros y Medio Ambiente, para capacitar a funcionarios municipales en el uso del sonómetro (...) esto permitirá medir exactamente cuántos son los decibeles que hay al momento de hacer la fiscalización y permitirá a las autoridades cursar multas más grandes a los locales que estén funcionando con la música por sobre lo establecido".

"Hay veces en las que no duermo por la música"

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María Cecilia Rodríguez 30 años viviendo en el sector "Desde que empezaron los pubs, estamos viviendo con la misma situación. Antes era mucho peor ya que no había mucha fiscalización o había menos que ahora. Después de la denuncia que hizo mi esposo (el abogado Alfredo Cádiz), el tema ha mejorado, no puedo decir que no. Hay días en los que la música se escucha muy fuerte, sí, pero también días en los que le bajan al volumen. No obstante, cuando la música está muy fuerte, no permite dormir. Mi marido trabaja, ambos somos adultos mayores, él, como abogado, necesita tener tranquilidad cuando está descansando. Afortunadamente, el pub detrás de mi casa, condicionó mejor su espacio para evitar que se escape la música".

Residentes cuentan sus experiencias "Cómo aceptan pubs en barrios residenciales"

Gustavo Brito 51 años viviendo en el sector "El cambio ha sido bastante brusco, no hay respeto ni en los horarios ni en los decibeles, entonces todos los ruidos de los pubs que están en la Costanera, se vienen a la casa de nosotros. Yo tengo una bebé de dos años, que con los ruidos no puede dormir y realmente tenemos que estar yendo a los locales para pedirles que por favor bajen el volumen. Hemos traído gente para que mida los decibeles y son bastante altos, pero al final no se hace nada, no hay solución (...) hemos tenido una lucha con los pubs de acá, que están a los pies de mi casa, han cerrado, pero después han llegado nuevos dueños y hay que empezar todas las conversaciones de nuevo".

"Voy a vender mi casa para poder estar tranquila"

María Inés Sayes 35 años viviendo en el sector

"Este antes era un barrio tranquilo. Los únicos ruidos que existían era cuando estaban los universitarios en la pensiones, lo cual era pasable. Pero ahora esta realidad ya se ha vuelto complicada. Hay un pub detrás de mi casa que pone música que retumba en la pieza. Además los autos de la gente que vienen a estos pubs, llegan y se estacionan afuera de nuestras casas, me botaron todos los fierritos que había puesto para delimitar el paso. Al final tuve que poner el cartel de que la casa se vendía, porque ya está siendo imposible vivir aquí. Si no es por el ruido, son los curados, que saliendo del pub vienen a hacer sus necesidades afuera de mi casa".

"A veces el ruido molesta, pero más los camiones"

Tonka Soko 10 años viviendo en el sector

"Para nosotros el tema del ruido ha sido toda la vida. No solo por los pubs, sino también por la gran cantidad de camiones que circulan por esta avenida. Si no es de noche, con los pubs, es en el día con los camiones. Tener algún momento de tranquilidad no se puede (...) el ruido no es todos los días, pero cuando hay música en vivo, ahí sí se nota el ruido y en verdad molesta. Más cuando los pubs no están adaptados para contener esa música que se toca en vivo, en ese caso molesta mucho más. He llamado a los locales, han bajado la música, pero después la suben nuevamente. Vivo con una persona de 84 años que necesita estar tranquilo, y eso no siempre se puede".