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Compromiso

"La minería es en sí una industria que convoca voluntades y es momento de volver a enfrentarla de esta forma".
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Sin lugar a dudas la minería es una industria que aporta al desarrollo de una hoja de ruta para todo el país. Los aportes son del orden económico y en el posicionamiento de conceptos y estrategias que contribuyen a un cambio de visión, aunque quizás muchas veces esto pasa desapercibido o no se valora en su real dimensión.

Es en minería dónde se han generado grandes cambios en la forma de enfrentar la seguridad o instalado las conversaciones respecto a igualdad de género, encadenamiento productivo y analizado qué es sustentabilidad.

Es claro que la magnitud de las operaciones mineras trae consigo una gran responsabilidad.Entendemos que las cifras y plazos que se manejan muchas veces escapan de las conversaciones cotidianas y es por eso que también tenemos el deber de difundir pequeños grandes logros que no solo son parte del "negocio", sino que suman un granito de arena a la búsqueda de mejores condiciones de vida para el entorno, tomando nuestra matriz productiva como un punto de partida, como parte de las soluciones y no como si fuera una especie de rival foráneo.

Dentro de esta mirada, un caso concreto de éxito es el que pudimos presentar hace un par de semanas: la puesta en marcha de una nueva tecnología que, a través de la incorporación de tolvas herméticas, entrega una respuesta real a las aprehensiones de la comunidad que buscaba mayor seguridad en el transporte de concentrados de cobre. El compromiso se cumplió.

Si bien es cierto, existen normativas que son respetadas, al ser parte de la comunidad, es atendible que se manifiesten puntos de vista diversos en torno a ciertas externalidades. Sin embargo, es crucial que de esas divergencias se logren conclusiones positivas, tales como las resultantes del Acuerdo de Producción Limpia Puerto Antofagasta, donde las empresas, de manera voluntaria, se alinearon al sector público para implementar acciones cuyo fin último es demostrar que cuando existe la disposición a escucharse y avanzar, se pueden lograr acuerdos y alcanzar metas.

Las tolvas herméticas, más allá de una innovación tecnológica exitosa, nos muestran que con metas claras es más fácil recorrer el camino. Dijimos que los camiones encarpados serían erradicados y cumplimos. La empresa Tragal recogió el guante y propuso su respuesta, la que fue ejecutada por otra empresa local: encadenamiento productivo, talento local, tecnología aplicada.

Cada día aparecen nuevos desafíos y estoy cierto en que forman parte de las perspectivas para la próxima década. De acuerdo a la Comisión Chilena del Cobre, se proyecta que la producción de este metal hacia 2027 alcance los 5,873 millones de toneladas, lo que representa un aumento de 1,7% respecto de la medición realizada en 2015 y una tasa de crecimiento de 0,13% anualmente.

Sabemos que tenemos un compromiso, tanto por los objetivos de cada empresa, como por nosotros mismos, que habitamos y trabajamos en el corazón de la minería. Aquí se forman nuestras familias y por ello, apostamos por difundir una información confiable que pueda incentivar a los actores sociales hacia la transición a una producción más sustentable.

Carlos Rojas

Gerente de Asuntos Externos Sierra Gorda SCM

Individualismo y consumo

Bien puede pensarse que el desarrollo de la sociedad pasa por solucionar los problemas de desconfianza generalizada que existen. Es un tema blando, pero fundamental. Fíjense en la mayoría de las demandas que sacuden la sociedad. Casi todas tienen que ver con reclamos específicos, de grupos de interés y cada vez menos con exigencias para beneficio general.
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La mayoría de las veces censuramos la irrupción de tanto individualismo galopante, porque es cierto, vivimos en una sociedad que premia más el triunfo que la colaboración, el éxito más que la mera competencia, lo que no es del todo recomendable, en tanto tiene notorios efectos indeseados en la forma en que nos relacionamos.

El biólogo Humberto Maturana sostiene que los seres humanos somos producto del amor y somos sujetos generadores de aquello, es decir, aquella es nuestra característica; pero nos corrompemos en el tiempo, con los malos ejemplos y modelos.

Claro está, el individualismo no es malo en sí mismo, es positivo cuando permite a la persona forjar su espíritu, cuando le permite emprender, crear, pero es malo cuando su vida se reduce a ello, a satisfacer solo su deseo, pasando por alto lo que son requerimientos mayores, propios de nuestra historia como seres humanos. Cuando nos conducimos en soledad apreciamos al resto como virtuales enemigos y esa visión no acarrea nada bueno.

El problema es que, honestamente, no sabemos lo mucho que ha logrado permear esta característica entre todos nosotros.

La condición es amplificada por las redes sociales, que entregan un "micrófono" a todo aquel que juegue en esas redes: Facebook, Twitter, Instagram son parlantes extraordinarios, donde cada uno de los millones de conectados intenta forjar y promover una identidad pública, cuyo valor no es la persona, sino la popularidad.

Fíjense en la mayoría de las demandas que sacuden la sociedad. Casi todas tienen que ver con reclamos específicos, de grupos de interés particulares y cada vez menos con exigencias para beneficio general. Hoy se demanda desde el interés particular, porque pareciera que la lógica del consumo, del consumidor, se ha apoderado de todas las esferas de la sociedad, convirtiéndose en la más relevante.

No se trata de hacerlo desaparecer, pero sí de dejarlo explícito: El consumo y el individualismo han ganado muchísimo terreno, tanto que aparecen asociados a altos valores simbólicos, pero de un vacío que es incapaz de llenar las complejidades de la vida.

Representatividad

"En estos días nuevamente nuestro municipio puede, eventualmente, entrar en un proceso complejo".
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Que la política viene en una espiral de caída en términos de su prestigio es algo sabido y lo peor es que algunos, no pocos, se alegran del hecho. Es un lugar común con un café o un vaso en la mano alcanzar un largo listado de eventos que contribuyen a fundamentar el aserto de que la política es un factor nefasto en el existir ciudadano esto, lamentablemente, sin distinguir que lo político es absolutamente necesario para la existencia democrática y que la política tiene distintos grados de eficiencia y observancia ética en su práctica y en su hacer.

Uno de los factores que incide, entre muchos otros, en esta percepción negativa es la crisis de representatividad, esa relación social, ligada fundamentalmente al poder, que se funda en la confianza que deposita una persona en otra para que represente sus intereses y demandas frente a otros intereses y que se dirime a través del voto en elecciones libres e informadas.

En estos días nuevamente nuestro municipio puede, eventualmente, entrar en un proceso complejo, que somete al máximo de tensión el criterio de representatividad, puesto que si los tribunales de justicia determinan inhabilidad de ejercer el cargo a la persona electa alcalde, la subrogancia podría permitir en primera instancia que los concejales puedan, por mayoría absoluta, elegir de entre ellos el alcalde subrogante y sus números de representación van desde 3 mil 556, el más votado, hasta 964 votos el ultimo elegido. Si esto no se logra se debe elegir entre los dos más votados, cuyos sufragios son 3 mil 556 y 2 mil 286, el que le sigue. Si esto aún no resuelve el vacío, se elige al más votado: 3 mil 556. El detalle es que la autoridad elegida a ser subrogada originalmente obtuvo 17 mil 916 votos.

Si esto ya supone una afectación grave, en el caso del municipio, al principio básico de representatividad lo más serio es que en la legislación hasta ahora a la vista supone exactamente el mismo mecanismo para el caso de la subrogancia del futuro gobernador regional, solo que en este caso se cambia a los concejales por los consejeros regionales generando, hipotéticamente, las mismas asimetrías de representatividad.

El proceso de regionalización y descentralización debería considerar mecanismos que garanticen la representación democrática de nuestras autoridades, si no, nos exponemos a incrementar el desprestigio de la política y lo que es más grave a entregar atribuciones y responsabilidades a personas que no fueron elegidas para representarnos en esos niveles de decisión.

Situación que podría derivar en que alguien que no es capaz de llenar con sus votantes el Teatro Municipal de nuestra ciudad termine dirigiendo los caminos a seguir en la larga senda del desarrollo regional.

César Trabucco

Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta