La oposición francesa aúna sus críticas a Macron, aunque mociones no prosperan
FRANCIA. Parlamentarios de izquierda y derecha denunciaron la "deriva autocrática del Estado de Derecho". El Gobierno, en tanto, acusó "instrumentalización" del caso.
Pese a que ni siquiera se pusieron de acuerdo en la votación de las dos mociones de censura fracasadas contra el Gobierno de Emmanuel Macron, los partidos franceses de izquierda y centroderecha convergieron ayer en denunciar la "deriva autocrática del Estado de derecho" por el "caso Benalla".
La República en Marcha, partido gubernamental fundado por Macron, frenó las dos mociones de ayer, las primera que afronta el Ejecutivo desde que se formó en junio de 2017, debido a la gestión del caso Alexandre Benalla, el ex jefe de seguridad de Macron que golpeó a manifestantes haciéndose pasar por policía durante las protestas del 1 de mayo.
En la Asamblea Nacional, la principal fuerza opositora, la centroderechista Los Republicanos, recabó 143 apoyos en la primera moción, mientras que en la segunda los tres grupos de la izquierda sumaron 74, en ambos casos muy lejos de los 289 apoyos necesarios para desbancar al Gobierno francés.
Los Republicanos, propulsor de la primera moción, y los socialistas, impulsor de la segunda, no se votaron mutuamente.
En el debate previo a las dos mociones, sí que coincidieron los grupos de izquierda y de centroderecha en reprobar a un Ejecutivo "monárquico", "autocrático" y "autoritario" y pidieron a la mayoría parlamentaria no suscribir mediante el silencio la actuación del Palacio del Elíseo en el escándalo de Benalla, el de mayor calado que ha enfrentado Macron.
"Más allá del desprecio patente hacia la representación nacional, las graves disfunciones de nuestras instituciones subrayan la amenaza que supone la deriva autocrática del Estado de derecho", denunció el diputado comunista André Chassaigne.
"No es el asunto de un partido, tampoco un asunto de izquierda o de derecha. Es una cuestión de transparencia, de honor, de integridad, de ética", dijo el presidente del grupo parlamentario de Los Republicanos, Christian Jacob.
Por otro lado, el primer ministro francés, Édouard Philippe, acusó a la oposición de "instrumentalizar" el caso para ralentizar el debate sobre las transformaciones del Ejecutivo que, avisó, continuarán con la misma rapidez que hasta la fecha a partir de septiembre.
"Los actos del 1 de mayo no dicen nada sobre la presidencia de la República. Las tentativas de cuestionar al Presidente solo responden a intereses políticos", aseguró Philippe.