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Garbage: "Todas las personas tienen algo de oscuridad"

MÚSICA. El grupo lanzó la reedición de "Version 2.0", con remasterizaciones de "I think I'm paranoid" y "Push it".
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La banda de rock alternativo Garbage, liderada por Shirley Manson, está de regreso en los escenarios con la reedición de "Version 2.0" (1998), que incluye el clásico noventero "I think I'm paranoid". Su baterista, Butch Vig, dijo que el tono sombrío de la banda, con canciones sobre la soledad o la incomprensión, sigue funcionando porque "todas las personas tienen algo de oscuridad".

"Creo que son temas que no desaparecen. Todas las personas tienen algo de oscuridad. De hecho, si eres la persona más feliz del mundo probablemente estés seriamente jodido y escondas algo como que eres un asesino o un psicópata", señaló a la agencia EFE.

"Parte de la experiencia humana es lidiar con el dolor, la decepción y las cosas de la vida que no van como esperamos. Amo la música que me deprime (...). No siempre quiero ponerme una canción rítmica o de fiesta. Me encantan todos los estilos de música, pero lo que de verdad me hace sentir bien son los temas con algo oscuro o melancólico. Y creo que mucha gente se siente así", agregó.

Veinte años después de su lanzamiento, Garbage reeditó el segundo disco de su carrera, "Version 2.0", que alcanzó gran popularidad gracias a canciones como "Push it" y "I think I'm paranoid".

La nueva edición de la placa, que incluye cara B y remasterización, es la excusa de la banda para irse de gira por Europa y Norteamérica a partir de septiembre.

"Supongo que depende de los fans decidir (si 'Version 2.0.' es el mejor trabajo del grupo), pero sí creo que, en cierto modo, define lo que somos. Tomamos lo que aprendimos en nuestro primer disco ('Garbage', 1995) y lo destilamos en una producción más grande, como en una pantalla panorámica en tres dimensiones", describió Vig.

"Siempre me ha gustado la idea de una yuxtaposición que pueda ser cualquier cosa: una letra oscura con una brillante melodía pop o lo contrario; una base de hip hop con un teclado electrónico encima o guitarras punk sobre una exhuberante sección de cuerdas", argumentó sobre el éxito del disco que celebró 20 años de vigencia.

La cartelera se renueva con tres filmes fuera del circuito hollywoodense

CINE. Reflexiones sobre la fuerza de las oportunidades y el deseo que las antecede, son el cuerpo de las nuevas películas.
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Amelia Carvallo

Para renovar los filmes disponibles este invierno, el próximo jueves llegan tres nuevas películas a las salas nacionales que escapan a la denominación del "hecho en Estados Unidos", entendido como parte de la industria fílmica. Se trata de la argentina "Animal", la francesa "La Madame" y la italiana "Los oportunistas", que darán en el gusto a quienes gustan del séptimo arte producido fuera de las factorías estadounidenses.

La primera película es un drama con ribetes de thriller que tiene al actor trasandino Guillermo Francella de protagonista; el segundo filme es una comedia de enredos estelarizada por un elenco multinacional: la española Rossy de Palma, el estadounidense Harvey Keitel y la australiana Toni Collette; la tercera es un psicodrama coral dirigido por el romano Paolo Genovese, quien se hiciera conocido en 2016 con su ópera prima "Perfectos desconocidos".

Animal

Dirigida por el argentino Armando Bo, que ganó el Oscar al Mejor Guión por "Birdman" en 2014 y que es también dueño del guión de "Biutiful", su primera película nos presenta a Antonio Decoud, un hombre ejemplar y dechado de virtudes, un recto padre de familia de conducta intachable que se ve envuelto en una madeja infernal, junto a una joven pareja de jóvenes marginales que en los adelantos se ve plena de sangre y muy oscura.

Bisnieto, nieto e hijo en una familia de productores, actores y cineastas, Bo creció viendo películas protagonizadas por Coca Sarli, musa de su abuelo que se llama igual que él. Llegó a Hollywood de la mano del mexicano Alejandro González Inárritu y ahora se anima con esta historia filmada en su patria y protagonizada por Guillermo Francella, a quien conoció en Argentina mientras rodaba un comercial de cerveza Quilmes.

De "Animal" dijo a Clarín que la considera una mezcla de "thriller, drama y comedia negra" y contó que todo partió de un siniestro recorte de diario que vio donde se ofrecía "cambio casa por riñón".

La madame

Dirigida por la francesa Amanda Sthers, quien tiene una carrera ya como novelista y dramaturga, su argumento parte en un romántico París con la espléndida fiesta que da una acaudalada pareja de americanos formada por Anne y Bob -Toni Colette y Harvey Keitel- quienes incluyen de improviso a María -su ama de llaves que es la española Rossy de Palma- en la cena para que no hayan trece comensales.

La pareja de socialités pasa por un momento de apuros económicos y no prevén que uno de los invitados, un millonario coleccionista de arte, se enamorará de esta misteriosa mujer que pretende ser de la nobleza española. Este sorpresivo flechazo los deja en muy mal pie ya que necesitan adueñarse de una pintura de Caravaggio del coleccionista para salir de sus problemas financieros.

Los líos y malentendidos generan las situaciones cómicas y se van superponiendo hasta un punto en que la farsa termina por confesarse y se afronta entremedio la completa evolución del personaje de Rossy de Palma. La "chica Almodóvar" sigue conservando su expresivo rostro, momento en el cual comienza a preguntarse por cuál es su lugar en la vida y la comedia cede paso a una reflexión de tipo moral.

Los oportunistas

Tener cuidado con lo que se desea, esa es una de las premisas principales de esta película italiana sobre un grupo de 10 personas, sin aparente nexo entre ellas, y que no se conocen, que son convocadas por un hombre que les promete cumplir sus deseos a cambio de que hagan lo que les pide: unas especies de pruebas cada vez más retorcidas que ponen a prueba la calidad moral y ética de los involucrados.

El lugar al cual los invita "El hombre", que es como se hace llamar el tipo que cita a estas personas, es "The place", un misterioso restaurante donde llegan a imponerse de las tareas que deberán llevar a cabo, acciones que pondrán sobre el tapete a cuánto se está dispuesto para alcanzar los deseos personales.

Sobre su película, Paolo Genovese ha dicho que le interesaba desnudar los demonios contra los que se batalla cuando está en juego el deseo, la libertad de elecciones y las consecuencias de éstas.