Croacia sufrió con una dramática clasificación desde el punto penal
LOGRO. Sólo cinco minutos de intensidad mostraron los balcánicos ante Dinamarca, que sufrieron con un penal perdido en el alargue y con una gran actuación de los porteros en la tanda decisiva.
Pocos partidos en la Copa del Mundo ofrecieron la intensidad de los primeros cinco minutos del choque por octavos entre Croacia y Dinamarca desarrollado en Nizhni Novgoród.
De hecho, era impensado que al minuto, tras un lateral al área croata servido por Thomas Delaney, fuera Mathias Jorgensen quien se impusiera en un mar de piernas y abriera la cuenta tras una floja reacción del meta Danijel Subasic.
Pero poco duró la alegría de los nórdicos. En la primera ocasión que tuvieron los balcánicos, y tras un mal despeje su goleador Mario Mandzukic no perdonó y marcó el empate.
Luego del vibrante comienzo, ambas escuadras dieron origen a uno de los encuentros con mayor pobreza táctica de la fase de octavos, con una Croacia volcada en buscar los puntos débiles de un Kasper Schmeichel que detenía absolutamente todo, tanto en la primera, como en la segunda mitad, en la cual Dinamarca nunca pudo acercarse con claridad a la valla de los balcánicos.
En la fase de alargue, el cuadro danés no cesó en su repliegue, a excepción de los balones detenidos. Fue luego de uno de ellos cuando llegó un gran contragolpe croata encabezado por Ante Rebic, que fue derribado en el área por Jorgensen.
El juez argentino Nestor Pitana no dudó a la hora de cobrar la pena máxima a sólo cuatro minutos del final del suplementario, tras lo cual Luka Modric, la gran figura del elenco balcánico, tomó el balón para hacerse con la responsabilidad de definir el encuentro.
Pero el volante del Real Madrid no contaba con la brillante estirada de Schmeichel que impidió la celebración croata, y puso el suspenso hasta la serie de lanzamientos penales.
La otra definición
En la tanda decisiva, los arqueros fueron protagonistas. Subasic comenzó deteniendo el disparo de Christian Eriksen, a lo que Schmeichel contestó conjurando el de Milan Badelj.
Lo mismo pasó en el tercer turno, cuando los disparos del danés Lasse Schone y el croata Josip Pivaric terminaron en las manos seguras de los porteros.
Al final, la balanza se inclinó hacia Croacia, con el fallo de Nicolai Jorgensen y un gol de Iván Rakitic que consiguió un logro que los croatas no obtenían desde el mundial de Francia, en 1998.
Luego del duelo, Luka Modric -que no falló su disparo en la definición decisiva- hizo constar su satisfacción señalando que "no quise decir que este podría ser el partido más importante para nuestra generación, pero lo fue. Sabíamos que era una gran oportunidad".
Los dichos del volante fueron refrendados por el técnico Zlatko Dalic, quien señaló que "fue difícil, pero nos mantuvimos mentalmente fuertes y controlados. Hemos trabajado mucho y estar en cuartos es una recompensa".
El profundo lamento danés
Sin encontrar respuestas dentro de la inmensa frustración se encontraba el seleccionado de Dinamarca luego de la eliminación. "Nuestros tres mejores jugadores fallaron sus penales. Me siento triste por Kasper (Schmeichel ) y por todo el equipo. Pero eso es parte del fútbol. Estoy orgulloso de nuestra presentación. Los jugadores siguieron todo el plan partido a partido. El de hoy (ayer) se decidió por un margen muy corto", sostuvo el técnico Age Hareide. Por su parte, el propio Schmeichel señaló, intentando explicar lo que ocurrió, que "es un extraño sentimiento. No tuvimos suerte. Es difícil de aceptar. Tengo muchas emociones", agregando que "es enorme decepción, será útil en el futuro. Volveremos".