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Intendente anuncia plan para deportar reclusos extranjeros

COORDINACIONES. Medida se aplicará en todo el país, según el gobierno.
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La Intendencia comenzará a trabajar en un plan de expulsiones que atiendan a la intención del gobierno central de deportar a ciudadanos extranjeros que se encuentren cumpliendo penas en cárceles locales.

Así lo confirmó el intendente Marco Antonio Díaz, quien explicó que el tema será abordado por una mesa de trabajo a contar de la próxima semana.

En esta instancia participará Extranjería, el equipo jurídico de la Intendencia, la Policía de Investigaciones y en forma especial organizaciones que resguarden los derechos migrantes. Esto, con la idea que tales entidades "aporten su mirada hacia este plan".

Criterios

Según anticipó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, las deportaciones afectarán a ciudadanos extranjeros que estén cumpliendo penas superiores a los 5 años.

"Ese es uno de los criterios, también se evaluarán variables como ingresos ilegales o la evasión a los controles que la autoridad detecte, o bien que se les sorprenda sin contar con la respectiva documentación para permanecer en territorio nacional", dijo Marco Antonio Díaz.

"Tendremos especial consideración con aquellos infractores de ley que se encuentren cumpliendo penas y que a la vez tengan familias arraigadas en el país, porque hay también ahí un tema no menor y que da cuenta de grupos familiares que podrían disgregarse. En ese sentido habrá un análisis del caso a caso y en ello buscaremos ser muy responsables", agregó la autoridad.

Proceso

La expulsión de extranjeros fue anunciada por Ubilla el lunes de esta semana.

El propio personero participó en proceso de expulsión de los primeros 59 inmigrantes que estaban cumpliendo penas en cárceles chilenas.

Según anunció el subsecretario, unos 2 mil reos podrían ser entregados a los organismos competentes de sus respectivos países, la mayoría de ellos vinculados a delitos de microtráfico.

Por otra parte, el intendente Díaz instó a los ciudadanos extranjeros a aprovechar las últimas semanas del proceso de regularización migratoria que se desarrolla en la región, y que a la fecha registra poco más de 7.700 inscritos.

El plazo para iniciar el proceso vence el 22 de julio y quienes no lo hagan corren riesgo de ser expulsados.

La última generación de pescadores de la caleta comienza a apagarse

TRADICIÓN. La mayoría tiene más de 60 años. De hecho, el sindicato que los agrupa no inscribe nuevos socios hace una década. Es la realidad de una actividad que ya no atrae a los jóvenes y que corre riesgo de desaparecer.
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Cristian Castro Orozco

Antofagasta no se podría entender su océano, pues el mar no es solo parte de su paisaje, sino también fuente de sus muchos recursos.

Por eso la pesca siempre fue una labor fundamental, tanto para los primeros habitantes del litoral como para los actuales pescadores. Pero los tiempos cambian y esta actividad, por lo menos a pequeña escala, está viviendo un lento deterioro.

El agotamiento de los recursos y las oportunidades que existen en otros ámbitos para las nuevas generaciones, hace que cada vez sean menos los hombres dedicados a la pesca.

Hoy, de hecho, no son muchos los pescadores y buzos artesanales que se dedican a tiempo completo a la actividad extractiva, dado que -aseguran- ya no existe la abundancia de antaño, cuando incluso los peces varaban en las playas y los moluscos atiborraban cada una de las rocas costeras.

"La cosa cambió hace mucho rato. La pesca a escala industrial barrió con todo el plancton y las anchoas que servían de alimentos a los peces más grandes. La producción fue mermando y ahora prácticamente tenemos que buscar en cada roca bajo el océano para encontrar moluscos o peces", cuenta un viejo pescador del Terminal Pesquero.

Pescadores

La Caleta de Antofagasta, principal espacio para el comercio de los productos del mar, agrupa a alrededor de 170 pescadores, quienes se encuentran organizados en dos sindicatos.

A diario, los más viejos fuman o beben dentro del mismo terminal, descansando de su jornada de trabajo, que comienza a las 6 de la madrugada y termina a las 9 horas, mientras que para los buzos se extiende desde las 8 hasta alrededor de las 15 horas.

En el lugar es fácil ver a las personas que comercializan pescados y productos bentónicos fileteando la mercancía o pesándola frente y dentro del mismo terminal.

A un costado de donde se hallan atracados botes y faluchos, se encuentran los pescadores más veteranos, aquellos cuya piel ha sido curtida por más de medio siglo de exposición al sol, el mar y la sal.

Sindicato

El dirigente del sindicato número dos de pescadores artesanales del terminal, Héctor Souza, cuenta que los últimos socios nuevos que se integraron a la asociación lo hicieron hace más de 10 años, lo que confirma que la actividad ya no atrae a los jóvenes.

"Los más nuevos que están aquí entraron hace ya 10 años. La actividad pesquera artesanal sufrió una decadencia por la depredación de la anchoa, provocada por la acción de los industriales. Por lo menos ahora la Ley de Pesca protege la milla en la cual trabajamos, lo que ha ido lentamente activando la reproducción de peces y productos bentónicos", dijo.

Souza tiene 56 años, y desde los 9 trabaja en el mar. Cuenta que ha visto desarrollarse el rubro en la ciudad. Pero también ha observado como lentamente va decayendo aquella actividad a la que dedicó sus años de juventud.

"Creo que los grandes desafíos que nos quedan como pescadores es construir una nueva caleta, renovar la grúa, y preocuparnos de la parte social. Con esto último quiero decir que los viejos pescadores terminan, jubilan, y nadie los ayuda. Nosotros, los pescadores que quedamos, los apoyamos, pero necesitamos más ayuda para brindársela a ellos. Esperamos poder recibir ese apoyo, porque estos hombres de verdad dieron lo mejor de sus vidas al océano", explicó.

A continuación, cinco testimonios de los pescadores más veteranos del terminal pesquero, quienes a pesar de los años, continúan su trabajo.

170 pescadores se encuentran organizados en dos sindicatos en el Terminal Pesquero de Antofagasta, y dentro de éstos, unos 20 están fuera de servicio por "antigüedad".

86 años tiene el pescador más longevo del terminal. Este trabajador hace un año que no sale a alta mar por problemas de salud.

29 de junio Se inició en la pesca a los 10 años.

Relatos de los "hombres de mar"

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"Soy de María Elena. A los 10 años me vine a Antofagasta y comencé a trabajar en el mar. Con todo lo que me ha tocado ver puedo escribir un libro, pero obviamente los tiempos cambiaron. Cuando era joven no había competencia y los peces se paseaban en grandes cardúmenes en las mismas costas de la ciudad. Le debo al mar todas mis experiencias". "Una vez la situación no era muy buena, por lo que con unos colegas pedimos permiso en Capitanía de Puerto para bucear en el naufragio del María Elisabeth (buque mercante hundido en 1965) y sacar unos fierros que tenía la embarcación, para comercializarlos. Ya trabajando bajo el mar, las planchas de los metales tenían expuestas muchas rebabas, las que con el efecto propio del mar, quedaron como verdaderas cuchillas. Una de ellas me cortó la manguera de oxígeno. Estamos hablando de que me quedé sin aire a más de 15 o 20 metros de profundidad. Justo en ese momento un compañero viene subiendo y le hice el gesto con la mano, así que me tomó y subimos juntos a la superficie compartiendo la boquilla de oxígeno". "Salí del regimiento y comencé a dedicarme a la pesca. Creo que ya nadie se dedica como antes a este oficio. Nosotros nos quedábamos días en el mar, independiente de si la pesca era buena o mala. Independiente a lo que te ocurra. Una vez quedé en panne mar adentro con el bote. Tuve que armar la vela y demoré tres días en llegar a tierra, siempre maniobrando la vela, para no zozobrar"."

86 años

70 años

"Llevo más de 60 años en el mar. Fui el primero de mi familia y después me siguió mi hermano, quien falleció el año pasado. Una vez me dieron por muerto, pero fue una exconviviente con problemas de alcohol quien contó a mis compañeros pescadores que me había ahogado en el mar, solo para que le dieran dinero y así costear los gastos del funeral. Todos le creyeron". "Podría decir que soy el más joven de entre los pescadores que llevan años en el terminal. Comencé en el mar cuando tenía 14 años y actualmente soy asistente de buzo. Mi padre era pescador y mi hijo también lo es. Tengo un nieto, y ojalá no siga trabajando en este rubro, pues la pesca va en decadencia y espero un mejor futuro para él. Al mar no hay que temerle, pero sí respetarle."

75 años

70 años

57 años

Juan Villarroel,

Francisco Arias,

Juan Villacura,

Ricardo Ojeda,

Carlos Brante,