Una de las aristas que se avecina en los casos de los abusos sexuales al interior de la Iglesia Católica es la reparación económica de las víctimas, es decir, indemnizaciones. Con cierta esperanza, imagino, algunas víctimas veían la fuerte e inédita reacción del Papa como algo que podría ayudarles en ese aspecto. Sin embargo, la última declaración del enviado especial Charles Scicluna pone una lápida sobre esas legítimas y merecidas indemnizaciones.
Charles Scicluna dijo en el fondo que las indemnizaciones correspondían, pero son quienes cometieron los delitos los responsables de pagar. Con esa declaración lo que hizo Scicluna fue explícitamente decir que la Iglesia, el Estado Vaticano, no se hará responsable, no pagará voluntariamente ni un solo peso.
Además, está diciendo que la Iglesia no fue responsable de los delitos. Eso carece de verdad y es un cinismo enorme. Acaso no fue la Iglesia la que ocultó las evidencias, la que sabiendo que tenía pervertidos en sus filas los cambiaba de parroquias.
Muchos esperábamos que la reparación de la Iglesia fuese completa, indemnizando voluntariamente a las víctimas y con ello dando una señal refundacional que acompañara al perdón. Pero no. Las lucas no se tocan. En el plano judicial, las víctimas perseguirán a la Iglesia Católica y esta institución se defenderá con seguramente los abogados más caros del país, quienes solicitarán el sobreseimiento de los delitos en base al tiempo transcurrido.
Por otra parte, si la demanda avanza en contra de autores individuales, sacerdotes, la indemnización sería muy baja, porque todos sabemos que no tienen patrimonio.
Con todo, el Papa Francisco se perdió una oportunidad histórica de avanzar en serio en este tema, pero finalmente se privilegió -aunque duela decirlo- a cuidar el dinero por sobre cuidar a los niños.
Esto también nos lleva a reflexionar sobre el papel del Estado Chileno en todo lo que ha pasado y debe invitar al Gobierno a cuestionar su relación con la Iglesia Católica Chilena.
¿Debe seguir teniendo exenciones tributarias? ¿Debe seguir siendo sostenedora de establecimientos educacionales? ¿Debe seguir a cargo de casas del Sename? El Estado Chileno y el Gobierno han estado muy silenciosos al respecto y es hora de conocer su opinión.
Simón Perretta
Consultor en asuntos públicos