La intelectual alemana Hannah Arendt autora del libro "Eichmann en Jerusalén" lo subtituló "un informe sobre la banalidad del mal" en este la intelectual trató de asomarse al horror de tratar de entender cómo un ser humano era capaz de cometer las atrocidades en que incurrió Adolf Eichmann en su abyecta trayectoria de crímenes contra la humanidad.
Una de sus conclusiones, hasta el día de hoy controversiales, es que este sujeto operó como un simple burócrata que cumplía ordenes sin reflexionar sobre las consecuencias de sus actos y solo por el cumplimiento de las órdenes a que estaba sujeto, esto es lo que denominó la banalidad del mal.
Es decir, sujetos que cometen barbaridades sin necesariamente ser los monstruos que uno podría imaginar, sino sujetos sometidos a sistemas burocráticos sin dotación valórica de ningún orden que les permita evaluar, mínimamente, la diferencia entre el bien y el mal.
La pregunta es ¿estos sujetos de dónde surgen? ¿Los paren así o se forman y si los forman quién lo hace? Respecto de esto se han gastado litros de tinta sin llegar a alguna conclusión que uno pudiera estimar definitiva.
El viernes 13 de abril a las 22 y 15 horas CNN dio a conocer un comunicado donde el presidente de los Estados Unidos informaba el inicio de bombardeo contra instalaciones sirias en Damasco, a partir de ahí y por más 1 hora y cuarenta minutos en cadena mundial, se justificaba el ataque por supuesta existencia de armas químicas, los inspectores llegarían después del bombardeo.
Las imágenes mostraban la trayectoria de misiles y la noche, la larga noche. Luego, abruptamente, finaliza la cadena mundial y empiezan a mostrar la jornada hípica del Valparaíso Sporting Club y a continuación una larga tanda de comerciales de Despegar.com, Lysol limpieza de gérmenes, Copec, Magistral desengrasante y una larga, larga tanda de comerciales.
Entre el bombardeo, los caballos y los productos no hubo pausa alguna ni mucho menos cambio en la tonalidad afectiva de los eventos. Una voz plana sin inflexión de emociones paso del horror de un misil, al azar del Sporting, y luego a la lista del mercado. Todo en el mismo nivel, todo en el mismo adormecimiento y los telespectadores continuamos observando como la caja idiota, no sé si como causa o efecto, nos banalizó brutalmente.
César Trabucco
Sociólogo y académico