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Áreas verdes y multicanchas

"Antofagasta es la ciudad que posee menos superficie de áreas verdes por ciudadano en todo el país". "Es necesaria la participación de todos en la construcción permanente y fortalecimiento del valor compartido".
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El título de esta columna se refiere a dos temas comunitarios que son sensibles, ya que ambos apuntan directamente al nivel de calidad de vida que otorga la infraestructura de la ciudad. En la actualidad, éstos son evaluados negativamente por los antofagastinos. Esta impresión la ratifica un estudio sobre el entorno urbano, dado a conocer por la Cámara Chilena de la Construcción, el cual ubica a Antofagasta como una de las ciudades con más carencias en estas materias.

En efecto, Antofagasta es la ciudad que posee menos superficie de áreas verdes por ciudadano en todo el país. A su vez, este indicador, está muy por debajo del promedio que considera la OMS y también la Ocde.

Esta situación es vergonzosa y reprochable. Vergonzosa porque una ciudad del nivel de Antofagasta no puede exhibir tal déficit y, vergonzosa, porque esta carencia también es en parte, culpa de los ciudadanos que no cuidamos nuestro entorno y en muchos casos lo destruimos. También es responsabilidad de los distintos estamentos públicos involucrados en el tema, debido a que no han priorizado ir solucionando el déficit que se arrastra por décadas.

El anuncio de inicios de año de la Municipalidad de una inversión de más de $20 mil millones, para recuperar unas 28 hectáreas de áreas verdes, sin duda que merece un aplauso, sobre todo si esta acción se transforma en una constante en los programas de ésta y de futuras administraciones municipales.

En relación al calamitoso estado en que se encuentran muchas multicanchas en diversos barrios antofagastinos, podemos, categóricamente afirmar que una buena cantidad de ellas fueron construidas en cumplimiento de compromisos políticos, sin considerar la existencia de una organización vecinal capaz de hacerse cargo de su eficiente resguardo, utilización y gestión.

Con la patética radiografía que nos muestran diversos registros fotográficos de la prensa, donde se aprecian recintos deportivos abandonados, destruidos y tomados por okupas, cabe una pregunta ¿para esto se han gastado ingentes recursos públicos? Es muy probable que una buena parte de estas multicanchas hayan sido construidas con aportes del Core, si fuera así, cabe otra pregunta ¿existe una evaluación técnica previa y una adecuada accountability posterior de este organismo, para evaluar si los recursos que aporta se están utilizando en forma óptima?

Sin duda alguna que la comentada situación, no puede continuar igual, ya que el modelo actual no pasa la prueba de la blancura. Debería haber un protocolo multisectorial donde confluyan, al menos, las juntas de vecinos beneficiadas, la Municipalidad, la Digeder y otros, para organizar eventos que lleven entretención, deporte y cultura, a sectores que mucho lo requieren.


Educación Inicial: Oportunidad Regional

El pasado jueves fue promulgada la ley que crea la Subsecretaría de la Niñez, servicio que deberá asumir un rol activo en la definición de una nueva política en pos del cuidado de la infancia. Sin duda es una muy buena noticia, ya que envía una clara señal sobre la relevancia de tener una política pública que cautele los derechos de nuestros niños en todas sus dimensiones, más allá de la impostergable reestructuración del Sename.

Este nuevo escenario, nos desafía a potenciar nuestro rol gremial y avanzar hacia una etapa renovada, que refuerce el liderazgo en Educación Inicial, aspecto fundamental en la formación de quienes forjarán el Chile del futuro, aquel que todos soñamos.

En este contexto, hemos concretado la nueva versión del Programa de Responsabilidad Social Empresarial, (PRSE), que ha centrado su eje en torno al concepto de "Valor Compartido" De esta manera, la iniciativa gremial encauza su gestión, asumiendo un compromiso transversal, más allá del beneficio asociado a las comunidades, centrando su atención justamente en un eje clave para el desarrollo y sustentabilidad regional: la educación inicial.

Dada la reconocida importancia que la etapa preescolar tiene en la formación de los seres humanos, desde 2012, el PRSE del gremio ha focalizado sus propósitos en la educación inicial, entregando capacitación a los agentes educativos responsables del proceso formativo de los infantes. Nuestro sueño es avanzar hacia el desarrollo sustentable de la Región de Antofagasta, posicionándola como "región líder en educación de calidad, desde la primera infancia". Lo anterior, siempre en alianza con instituciones que comparten esta visión como la Junta Nacional de Jardines Infantiles, (Junji), Fundación Integra y los municipios.

No obstante, no podemos descansar en lo realizado. Es necesaria la participación de todos en la construcción permanente y fortalecimiento del valor compartido, objetivo que va más allá de la responsabilidad social empresarial. Hablamos de la oportunidad de utilizar habilidades, recursos y capacidad de gestión para liderar el progreso de nuestras comunidades y de quienes comienzan la vida: nuestras niñas y niños.

La Asociación de Industriales de Antofagasta y sus empresas socias, comprometidas con el capital humano y la sustentabilidad de nuestras comunidades, desde la primera infancia, entendemos que la responsabilidad social y la sustentabilidad, adquieren un nuevo sentido, que apunta a una nueva forma de éxito económico que no está en el margen de lo que hacen las empresas, sino en el centro. Así, en alianza con las instituciones públicas privadas, fortaleceremos la primera infancia, potenciaremos el desarrollo sustentable y cautelaremos los derechos fundamentales de nuestro futuro: ese es el sueño; esa es la oportunidad.

Carlos Tarragó

Presidente Corporación Proa

Fernando Cortez

Gerente general Asociación de Industriales de Antofagasta

¿Qué país es el que se quiere construir?

La mayoría de los chilenos confían en el sistema y el esfuerzo personal, pero no desprecian lo público; de hecho esperan que éste los acompañe y resguarde. El gobierno se ha centrado en la recuperación del crecimiento económico, asunto muy importante, pero no lo único. La administración debe mostrar más cartas, leer mejor las demandas y proponer ideas.
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Que el gobierno esté empeñado en recuperar la inversión y el crecimiento económico, sin duda es positivo, en la medida que esa expansión se traduce en desarrollo; pero aun así, tal objetivo está lejos de ser la verdad revelada y el principal hilo conductor para dirigir una sociedad tan atomizada, compleja y demandante como la chilena.

No se trata de desmerecer el crecimiento económico, por el contrario, pero sí de enfatizar que este gobierno -y cualquiera- debe ofrecer más que aquello, lo que implica tener una lectura más acabada de cuáles son las demandas de la población nacional.

Y aquí está lo complejo. Como se recordará, Sebastián Piñera conquistó el triunfo con no pocas dificultades y en un escenario muy determinado por la izquierdización del senador Alejandro Guillier, el candidato de la Nueva Mayoría. A no dudar, buena parte del centro político votó por la centroderecha ante el temor que generaron ciertos deslices del candidato y parlamentario.

Pero ese análisis, no puede ser el sustantivo. Lo contundente debe ser una propuesta más meditada para Chile y no sólo una mera respuesta a la administración anterior; ese discurso le sirvió a Piñera para ganar, lo que se facilitó por los malos resultados del gobierno de Michelle Bachelet.

Pero tal reclamo es insuficiente para dar el salto al desarrollo y menos para tratar de comprender qué quiere la gente, cuestión que facilitaría la disposición de políticas más precisas. ¿Cuál es el rol del Estado? ¿Qué espacios tienen los privados? ¿Cuáles son bienes de consumo y cuáles derechos? Esas preguntas, hasta ahora parecen confusas en una coalición heterogénea y demasiado concentrada en el combustible y demasiado poco en dónde ir y para qué.

Debería recordarse que los chilenos confían mayoritariamente en el sistema y el valor del esfuerzo personal, pero también esperan que lo público los acompañe en la educación, determinados servicios, la salud, la vejez, de modo que la riqueza no sea el único actor determinante.

Esa propuesta, o reflexión, sigue ausente, hasta ahora por parte de la centroderecha y el ejecutivo.