Conducción y uso de drogas
Aunque no existen mayores precisiones respecto a cuántos automovilistas usan narcóticos ilegales, el problema existe y los accidentes dan cuenta de ello. Hace un tiempo se inició el trámite para penalizar de manera más contundente a quienes manejen y consuman algún tipo de estupefacientes. Los legisladores ya están dando cuenta que hay cambios conductuales.
Si bien el alcohol es el producto que tiene mayor presencia en las tragedias de tránsito, no puede obviarse el nocivo efecto de otras drogas, tanto así que entre 2004 y 2013 hubo 4.645 accidentes atribuibles a conductores drogados. En ellos, fallecieron 342 personas, mientras 7.921 resultaron lesionadas.
Aún sí, es poco lo que sabemos de la relación entre el consumo de estupefacientes y la conducción. Mientras existe bastante conciencia del peligro que conlleva el alcohol, no queda tan claro que los automovilistas tengan esa misma certeza respecto de drogas de distinto tipo.
Como se recordará, en febrero pasado se produjo el accidente de tránsito en Mendoza, Argentina, donde fallecieron tres niños chilenos de la Escuela de Fútbol Lo Boza, de Quilicura, que habían viajado a una jornada deportiva. Las investigaciones posteriores determinaron que el conductor del bus que los trasladaba admitió que había consumido cocaína y marihuana antes del viaje.
Esta situación llevó a presentar una moción en el Congreso Nacional, con el fin de sancionar en forma específica estos casos en que conductores hayan consumido sustancias prohibidas, poniendo en riesgo la vida de las personas que trasladan.
En el país y la región las sustancias ilegales más consumidas son la marihuana, la cocaína, la pasta base, a las que se han sumado otras de carácter sintético.
Dependiendo del tipo de narcótico que se consuma, ésta puede actuar de formas distintas, por ejemplo, algunas provocan estados de estimulación o euforia, en cuyo caso la persona se impacienta y podría no esperar la luz verde sino que acelerar antes. Otras deprimen la actividad cerebral, y el conductor podría no alcanzar a reaccionar ante un peatón que se cruza repentinamente. En otros casos, se perturba la actividad cerebral, de manera que es posible que el conductor no recuerda qué ocurrió.
La cifra de accidentes da cuenta que estos hechos ocurren con mayor recurrencia, cuestión que no puede soslayarse, por lo cual es necesario adoptar las medidas preventivas para evitar accidentes que cobran vidas y dejan lesionadas a muchas personas.