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Comer pescado causa menos gas de efecto invernadero que consumir carnes rojas

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La mayoría del pescado que se captura para el consumo humano produce menos carbono por kilo de proteína que las carnes rojas, según una investigación publicada en la revista Nature Climate Change que insta a reconsiderar la ingesta de proteínas para cuidar el planeta.

"La proteína animal es una fuente importante de nutrición, pero también es una de las que más contribuyen al cambio climático global", explicó Robert Parker, autor principal del estudio.

Estudio de alimentación

La producción de alimentos es responsable de un 25% de la emisión de gases de efecto invernadero producidos por el hombre, según la investigación realizada por académicos de la Universidad de Tasmania, en Australia, y de la Universidad British Columbia, una casa de estudios en Canadá.

El estudio alimenticio remarca que la emisión de carbono procedente de la pesca marina es más baja que el costo de la producción de carnes rojas como la vacuna o la ovina, ya que ambas pueden producir hasta 750 kilos de gas de efecto invernadero por cada kilo de carne. La pesca, en cambio, tiene una huella baja de carbono, similar a la que dejan las aves de corral como los pollos, según el informe de la casa de estudios australiana. El estudio internacional indica que la industria pesquera consumió cerca de 40 mil millones de litros de combustible en 2011 y que generó 179 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), equivalente al 4% del total emitido por la producción mundial de alimentos.

Las emisiones de la pesca global crecieron un 28% entre 1990 y 2011, un incremento que responde, según el reporte, a la "captura de crustáceos" en el mar, actividad que requiere el uso de combustible.

Caleb Gardner, coautor del estudio, señaló a la revista científica que "el precio de carbono de nuestros alimentos puede reducirse si la gente consume menos carnes rojas y más alternativas bajas en carbono como el pescado". Gardner puso como ejemplo el consumo de especies como la caballa o las sardinas, que tienen una baja demanda y que se utilizan para alimentar a los animales.

Sufrir una crisis financiera entre los 40 y 60 años afecta más la salud de las personas

INVESTIGACIÓN. Un análisis realizado por la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, a casi nueve mil individuos ratificó el vínculo entre el dinero y el bienestar. "Las autoridades deberían prestarle atención a esto", dijo la autora, Lindsay Pool.
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Las personas que sufrieron un gran golpe económico entre los 40 y los 60 años fueron más susceptibles a perder la vida en los años siguientes y a sufrir complicaciones de salud comparados con aquellas que no tuvieron esa mala experiencia, concluye una investigación realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern, en los Estados Unidos.

El estudio norteamericano indica que el riesgo de padecer alguna afección de salud por una eventual crisis financiera ocurrida después de los 40 años es igual para todas las personas de cualquier nivel socioeconómico, ya que no importa cuánto dinero tenía uno originalmente, sino que la pérdida provocaría un gran impacto entre esas edades.

Factores de riesgo

El análisis de la casa de estudios a casi nueve mil casos ratifica el vínculo conocido que existe entre el dinero y la salud personal. Otros estudios ya habían señalado que las personas de más bajos ingresos son más vulnerables a desarrollar enfermedades crónicas y a tener una menor expectativa de vida.

"Esto es algo que en realidad afecta a todos", dijo la principal investigadora del estudio estadounidense, Lindsay Pool. Según la académica, el estrés, las demoras en la atención médica, la drogadicción y los suicidios, entre otros factores, podrían contribuir a tener algún problema de salud a corto o a largo plazo. "Las autoridades deberían prestarle atención a esto", afirmó Pool.

Según la investigación de la Facultad de Medicina de la casa de estudios, se estima que una pérdida financiera súbita aumentaría el riesgo de muerte de una persona en un 50%, aunque el estudio no comprobó una relación directa. El multitudinario análisis fue publicado en la revista académica Journal of the American Medical Association.

Crisis en las finanzas

Los investigadores de la Universidad Northwestern, liderados por Lindsay Pool, analizaron los datos recabados durante dos décadas por el Departamento de Salud y Retiro, que cada dos años examina a un grupo de personas entre los 50 y los 70 años, además de registrar los fallecimientos. La investigación establece que una de cada cuatro personas en el mundo, aproximadamente, sufre una pérdida financiera aguda, es decir, superior al 75% de su valor neto en un espacio de dos años. En promedio, la cantidad de dinero que los participantes del estudio habían perdido era cercana a US$100 mil, un poco más de $60 millones.

Principales razones

Los casos analizados de personas con crisis financieras se registraron, en su mayoría, por una baja abrupta en el valor de las inversiones o por la pérdida de la vivienda por incapacidad de pago. Algunos ocurrieron durante una gran recesión económica en Estados Unidos, entre 2007 y 2009, mientras que otros antes o después de esa fecha. El efecto era más pronunciado si las personas habían perdido sus casas por la crisis económica y, particularmente, si contaban con menos recursos.

Manejo y consecuencias

Según el informe entregado por la universidad norteamericana, "es más probable que una mujer tenga una pérdida financiera que un hombre", pero la probabilidad de morir después de padecer ese golpe emocional, por una serie de consecuencias físicas y psicológicas, es igual para los dos.

La investigación también hizo ajustes para compensar cualquier diferencia en cuanto a estado civil, desempleo o estado de salud, mientras que en todos los niveles se evidenció una correlación entre sufrir una crisis financiera y morir.

Muy peligroso

Las conclusiones de la investigación demuestran que "una pérdida financiera desproporcionada es tan peligrosa como un nuevo diagnóstico de enfermedad cardíaca", según un artículo del doctor Alan Garber de la Universidad de Harvard. El académico, que también colaboró en el estudio, destaca que los médicos deben estar enterados de cómo sus pacientes se ven afectados por este tipo de dificultades económicas.

Fabiola Pérez Valdés, psicóloga clínica de la Universidad Católica, indica a este medio que una crisis financiera no sólo afecta a la persona que perdió el dinero o los bienes, sino que también repercute a nivel interpersonal.

"Las crisis económicas nunca afectan sólo a un individuo. Siempre hay familias detrás que están involucradas, en el sentido de que la falta de recursos económicos afecta en la rutina, en la salida con los amigos o en las vacaciones. También surge un tema importante sobre cómo el afectado comienza a relacionarse con otros después de la crisis", dice Pérez Valdés.

mil millones de litros de combustible consumió la industria pesquera en 2011, según la investigación 40

de ambas universidades. US$100